El MAS, hacia su mejor oportunidad perdida
Salvo que se concrete el especulado adelanto electoral de las subnacionales para hacerlo coincidir con las Presidenciales, queda algo menos de dos años para acudir a las ánforas a elegir Gobernador y una nueva Asamblea. Los cálculos son tal vez prematuros pero las tendencias pueden convertirse...
Salvo que se concrete el especulado adelanto electoral de las subnacionales para hacerlo coincidir con las Presidenciales, queda algo menos de dos años para acudir a las ánforas a elegir Gobernador y una nueva Asamblea. Los cálculos son tal vez prematuros pero las tendencias pueden convertirse en irreversibles. Es por esa razón por la que se recomienda hacer las cosas medianamente bien durante los cinco años que van de elección a elección.
La tendencia más asentada hasta el momento es la división del bloque “autonomista” opuesto al MAS a nivel departamental y también la fractura en el partido hegemónico de la Alcaldía de Cercado. Las declaraciones han subido de tono haciendo cada vez más irreversible la vuelta atrás o el pacto de caballeros todos contra el MAS, editado en otras ediciones, pues con las redes sociales y las hemerotecas digitales en apogeo, quedaría caricaturesco en determinados escenarios. Así pues, con Johnny Torres (MNR) y Mauricio Lea Plaza (CC) haciendo la guerra al Gobernador y viceversa se atisban claramente al menos dos frentes diferentes dentro de lo que se considera el bloque de la resistencia al MAS. Podría haber incluso más. Este bloque ha visto la relevancia de la segunda vuelta y el apoyo coyuntural, como el brindado por Alfaro a Oliva. En ese esquema también se ha encarnizado la batalla.
Los datos y los precedentes son para tenerlo en cuenta. El MAS entró en segunda vuelta con tal vez el peor candidato posible, Pablo Canedo, con el cual se identificaban muy pocos masistas de base. Este problema de idoneidad del candidato se va a ver matizado con la confección de una dupla con Vicegobernador, que permitirá añadir matices.
Por otro lado, el MAS ha penetrado en el Chaco, particularmente en Yacuiba, desde el poder ejecutivo hacia abajo, así lo demuestran las dos últimas consultas, tanto la del referéndum del 21F como la de las elecciones judiciales, donde se reconoce un mayor voto duro.
Morales ha ganado dos veces en Tarija, tanto en 2009 como en 2014, con porcentajes del 51 por ciento. Una división en las fuerzas no masistas muy marcadas podría dar la oportunidad buscada por el MAS de hacerse con el poder a través de las urnas sólo con mantener su suelo en Cercado, crecer poderosamente en el Chaco y mantener su abrumadora mayoría en las provincias. Esto último, con su 45 por ciento, pasará factura.
La tendencia más asentada hasta el momento es la división del bloque “autonomista” opuesto al MAS a nivel departamental y también la fractura en el partido hegemónico de la Alcaldía de Cercado. Las declaraciones han subido de tono haciendo cada vez más irreversible la vuelta atrás o el pacto de caballeros todos contra el MAS, editado en otras ediciones, pues con las redes sociales y las hemerotecas digitales en apogeo, quedaría caricaturesco en determinados escenarios. Así pues, con Johnny Torres (MNR) y Mauricio Lea Plaza (CC) haciendo la guerra al Gobernador y viceversa se atisban claramente al menos dos frentes diferentes dentro de lo que se considera el bloque de la resistencia al MAS. Podría haber incluso más. Este bloque ha visto la relevancia de la segunda vuelta y el apoyo coyuntural, como el brindado por Alfaro a Oliva. En ese esquema también se ha encarnizado la batalla.
Los datos y los precedentes son para tenerlo en cuenta. El MAS entró en segunda vuelta con tal vez el peor candidato posible, Pablo Canedo, con el cual se identificaban muy pocos masistas de base. Este problema de idoneidad del candidato se va a ver matizado con la confección de una dupla con Vicegobernador, que permitirá añadir matices.
Por otro lado, el MAS ha penetrado en el Chaco, particularmente en Yacuiba, desde el poder ejecutivo hacia abajo, así lo demuestran las dos últimas consultas, tanto la del referéndum del 21F como la de las elecciones judiciales, donde se reconoce un mayor voto duro.
Morales ha ganado dos veces en Tarija, tanto en 2009 como en 2014, con porcentajes del 51 por ciento. Una división en las fuerzas no masistas muy marcadas podría dar la oportunidad buscada por el MAS de hacerse con el poder a través de las urnas sólo con mantener su suelo en Cercado, crecer poderosamente en el Chaco y mantener su abrumadora mayoría en las provincias. Esto último, con su 45 por ciento, pasará factura.