Álvaro García, el insustituible
Han pasado ya dos semanas desde que el Presidente Evo Morales tildara de “insustituible” al Vicepresidente Álvaro García Linera y los movimientos sociales y también buena parte de la institucionalidad del Movimiento Al Socialismo (MAS) no acaban de aclararse con el mensaje. Peor los...



El Vicepresidente Álvaro García Linera adelantó su jubilación, o al menos la anunció; ya a finales de 2016 aseguró que no volvería a presentarse a una elección presidencial. Al mismo tiempo, García Linera se desmarcaba de la responsabilidad política de haber convocado un referéndum que era tan fácil de perder, que se perdió y que hizo naufragar las aspiraciones de la reelección. Al final nadie había sido, pero se había perdido.A la vez que se desmarcaba de una nueva elección, García Linera alimentaba las posibilidades de Morales de lograr una nueva habilitación a pesar de lo dicho en las ánforas. A medida que pasan los meses se van reduciendo las opciones y apareciendo otras nuevas. Con la “chicana” de una nueva reinterpretación del Tribunal Constitucional casi descartada, en el aire quedan la chicana de la dupla al revés, Álvaro - Evo o la de, a lo Maduro, lanzar una Constituyente que modifique la Constitución y nos coloque en una nueva era mitológica poniendo el contador de las elecciones a cero por encima de lo que diga el propio texto. El Constitucional ya lo hizo.
Los enemigosEl problema de García Linera es que durante sus once años de gestión se ha ganado un montón de enemigos de los que piensan y que poco a poco han ido desapareciendo del gabinete. A su vez, ha ido llenado el Gobierno de burócratas, técnicos calificados, acólitos acríticos y sobre todo, invitados de la más ultra derecha reconvertidos al proceso no sin antes jurar por y sobre Evo al más puro estilo llunku.García Linera no era ni el más listo ni el más comprometido de la revolución ni de la agenda de octubre. Siempre tuvo su propia agenda. Tampoco era un líder que arrastrara masas, más bien al contrario, García Linera contaba con un reducido grupo de incondicionales y algunos conocidos a nivel internacional sin demasiada relevancia. Después de 11 años sigue más o menos igual, pero ha logrado controlar hasta el último resorte de poder en el Estado. Y el primero: Evo Morales lo ha declarado insustituible.La estrategia del leninista ha acabado por minar toda la industria nacional, cada vez más cerca de ser disuelta entre los trabajadores que se convertirían en propietarios. (vea vídeo editorial de El País eN)
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García Linera no ha dudado nunca en pregonar su estrategia contra el pequeño burgués nacional al mismo tiempo que pactaba con los grandes terratenientes o las transnacionales petroleras que, últimamente, dan tan buenos halagos a la política boliviana que no les ha impedido seguir beneficiándose nunca.En esas, el MAS tiene ahora en sus afueras un buen número de desempleados normales y corrientes, de los que madrugan y no conocen el nombre del ejecutivo de la COB, pero también campesinos que siguen sin poder regar, e hijos de campesinos que tuvieron que emigrar a las ciudades a hacer lo posible mientras se repetía la historia.El cierre de filas de Evo Morales con Álvaro García LInera fue entre cómica y dramática. Analistas pro y contras coinciden: No existía ninguna necesidad pública de hacer tal declaración de amor. Los más críticos con García Linera advierten que no es la primera vez que el Vicepresidente sale ganando en asuntos vitales, como cuando su nombre se coló en el mentado referéndum para restar y no sumar.La presión en el Movimiento Al Socialismo por conocer el siguiente paso; por desvelar la incógnita de Evo; se ha convertido en ansiedad. Amenazar con “la segundita” sirvió para cohesionar las bases y evitar que se desatara una verdadera guerra civil en el último mandato. Las bases no, pero los cargos medios, los dirigentes de medio pelo, los aspirantes requieren saber cuánto antes hasta donde pueden hacer la apuesta. “Compañeros de los movimientos sociales, el Vicepresidente es insustituible”. Evo gana tiempo antes de la batalla fratricida.
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