El MAS se aleja de la izquierda

En lo económico, el MAS nunca se ha preocupado por la progresividad impositiva, base de cualquier socialdemocracia moderada y apenas del fraude fiscal. Eso sí, el SIN puede utilizar métodos expeditivos contra las pequeñas y medianas empresas mientras los grandes capitales se van rumbo a Panamá.La política de bonos es la favorita del neoliberalismo, pero los gestores de Bolivia se jactan del Juancito Pinto o de la Renta Dignidad, así como de los numerosos bonos en especie, subsidios y canastas alimentarias, mientras el sistema público de salud o la educación se sitúa a la cola del continente. Los últimos movimientos legislativos dejan también en la mira, sobre todo, al vicepresidente Álvaro García Linera, que se jacta en varios foros de ser un intelectual de izquierda reconocido y requerido para dar prestigiosas cátedras para las que no hace falta título.García Linera promulgó la Ley de cambio de Identidad de Género, una ley que no da derechos sino que regula una conquista que los propios transexuales han logrado en su día a día. Nadie se cambia el nombre en la cédula y después se viste de esa manera. La Ley de Identidad de Género no es la que los foros de izquierda ni el lobby gay reclaman, sino la del matrimonio de parejas del mismo sexo. Una ley de mención “prohibida” pero que si concede derechos a una minoría excluida. El MAS no está dispuesto a abrir el debate a ese nivel. Para colmo, la Ley de Identidad de Género prevé la marcha atrás en el cambio “por una sola vez”, una coletilla que demuestra que los legisladores no han entendido la naturaleza del pedido.La otra polémica propuesta es la de la Cadena Perpetua parta los violadores de menores, un asunto sensible, de fácil defensa populista y que exige, como se esperaba, un cambio constitucional que con toda probabilidad, si se lleva adelante, permitirá un nuevo mandato de Morales. ¿Quién puede negarse a la cadena perpetua para violadores de niños?El asunto de la cárcel como centro de reforma y redención frente a la visión de pagar con rigores ha diferenciado a izquierda y derecha desde su concepción, hasta la Iglesia Católica rechaza la cadena perpetua por la negación del perdón y redención.