Goni, a 12 años de la fuga
A sus 85 años, Gonzalo Sánchez de Lozada juega ya los descuentos de su existencia. Mucho más si algo de boliviano queda en él y recordamos que la esperanza de vida en Bolivia llega a los 67,22 años. Y aun considerando su marcada identidad “gringa” el ex presidente boliviano está...
En suma, ha entrado en una marcada etapa de senilidad, que rima con impunidad. Es una etapa que se inició hace 12 años. Un día como hoy, Gonzalo Sánchez de Lozada despertaba en el asiento de un avión Boeing 737. Había amanecido sobrevolando el Atlántico y en su vida se marcaba entonces un antes y un después. Era el final de sus sueños de poder, de poder político para ser más exactos. Es probable que aquella noche no haya dormido porque en esos instantes casi todo su poder, no sólo el político, se hallaba en juego.Un día antes, había barajado sus últimas cartas por mantenerse en la Presidencia de Bolivia antes de ser obligado a huir de La Paz. Ese 17 de octubre, cuando los mandos militares le advirtieron que no podían garantizar su seguridad, una muchedumbre tomaba la sede de Gobierno. Aquel hervidero humano en sus palos, en sus banderas, en sus petardos y dinamitas portaba una gran factura.No sólo le cobraba a Sánchez de Lozada la sangre de 95 muertos y más de 500 heridos que sumaban las masacres de octubre y febrero. El acumulado no sólo refutaba la negativa a las demandas de una Constituyente y un referéndum relacionado al uso de las reservas de gas. La eclosión iba más allá del hartazgo de la corrupción pactada, el desempleo crónico y la recesión económica creciente. Incluso la masa reclamaba más que la colosal entrega de las empresas estratégicas del Estado a las transnacionales. La muchedumbre también le encaraba a Sánchez de Lozada su indignación por su oscura opulencia con la que se había encaramado en el poder. Gonzalo Sánchez de Lozada, alias Goni, marcaba la grosera desigualdad de ser un corrupto multimillonario en medio del segundo país más pobre de América. Eso lo sabían la gente y no sólo por una natural intuición, sino porque surgieron denuncias documentadas que el magnate ni siquiera ensayó desmentir. El libro La Fortuna del Presidente (1), por ejemplo, describe detalladamente los 20 años de actividad política de Goni. Demuestra cómo, sea diputado, senador, Ministro de Planeamiento o Presidente de la República siempre usó el poder para beneficiar a su empresa minera Comsur.Las estructuras que articuló resultaron tan desvergonzadas que diversos empleados de Comsur o parientes de Sánchez de Lozada ejercieron altos cargos estatales. Cómo botón destacadísimo vale recordar que Antonio Sánchez de Lozada, el hermano de Goni, fungió como Contralor del República durante diez años (1982 – 1992). Heredó el cargo por los siguientes diez años a Marcelo Zalles, un pariente político. Obviamente ambos eran socios de Comsur y Antonio, tras dejar la Contraloría, fungió como senador de la República. Bajo ese esquema Comsur se hizo de concesiones mineras en prácticamente todo el eje minero del país. Zinc en Oruro, plata y estaño en Potosí, oro en La Paz, cobre y oro en Santa Cruz, eran parte de los negocios regulares de Comsur. Goni entró paralelamente en sociedades con decenas de socios chilenos, canadienses, estadounidenses, argentinos…Algunos de ellos con turbios antecedentes transnacionales, tal el caso de Marc Rich, fundador de la empresa Glencore (2).Tras esa singular carrera político – empresarial, Sánchez de Lozada acumuló una fortuna que no se ha precisado hasta hoy. Cuando asumió la Presidencia por segunda vez en 2002, declaró que tenía 50 millones de dólares. Sin embargo, tras haber huido de Bolivia, vendió a la Glencore su paquete accionario tasado en 600 millones de dólares (3). A ello se podría sumar acciones en sociedades extranjeras en las que participa y decenas de propiedades. Tan sólo en Bolivia se le embargaron 69 posesiones que incluyen desde inmuebles hasta acciones en la banca y propiedades agropecuarias (4). Y contra todo lo que Sánchez de Lozada hizo y acumuló delinquiendo también se levantaron miles y miles de bolivianos humildes hace 12 años. Sin embargo, Goni normalizó paulatinamente su vida en EEUU tras asegurar su fortuna entre 2003 y 2004. En julio de ese año el Gobierno estadounidense le reconoció la personería jurídica a su nuevo emprendimiento, Petrominas. La sede principal de la empresa se halla en el corazón de Washington y a 30 kilómetros de uno de los tres domicilios que Goni acredita. En diversas oportunidades realizó charlas académicas o empresariales. Incluso el 7 de julio de este año, Sánchez de Lozada escribió una carta al periódico “Financial Times”. En el texto, hizo una propuesta para resolver la crisis de la deuda en Grecia. Los procesos iniciados por las autoridades bolivianas para que sea juzgado por los sucesos de octubre no han prosperado. Solamente avanzó un proceso civil que las víctimas de la masacre de octubre gestionaron para obtener resarcimientos económicos. Por ello, el 14 de mayo pasado, Goni debió responder durante siete horas a preguntas sobre aquellos hechos. Frente a él se hallaban, sin bajarle la mirada, dirigentes de las organizaciones de los deudos de los muertos en la Guerra del Gas. Alguno de los testigos aseguró que se mostraba notoriamente nervioso.Pero, pese al sofocón del proceso que transita primeras etapas y algún otro cuando universitarios le encararon culpas, nada más ha sobresaltado a Goni. Los fantasmas de 20 años de delitos contra el Estado, de 20 años de millonarios robos a los bolivianos parecen difuminarse con el tiempo. Curiosamente, la virtual revolución de octubre de 2003, a diferencia de otras, no le devolvió hasta hoy ni un centavo del magnate al pueblo. La justicia no se dio modos para juzgarlo en ausencia, como lo hizo, por ejemplo, con el ex dictador Luis García Meza. Y el grueso de los socios de Sánchez de Lozada en Bolivia se ha adaptado magníficamente a las nuevas estructuras de poder.¿Será que algo, al margen de los recuerdos, incomodó a Goni este 17 de octubre de 2015? ¿Quizás sentir, una vez más, que ya no volverá como prometía al comienzo? ¿Tal vez saber, con sentida envidia, que precisamente este 17 Evo Morales se convirtió en el presidente que, continuadamente, más tiempo ha gobernado Bolivia?Y mientras el destino decide el momento, Goni transita sus últimos días en Washington libre y con tanta o mayor fortuna que antes. (1) La Fortuna del Presidente, publicado por el entonces senador y ex periodista Andrés Soliz Rada. Ha tenido ya tres ediciones, la más reciente en 2014. (2) De Marc Rich se han escrito varios libros e innumerables reportajes, realizó multimillonarios negocios bajo moldes non santos. En 2001, la justicia de EEUU le acusó por 51 delitos. Estuvo vinculado a dictaduras de todo color y a personajes tan notables como el traficante de armas Albert Bout. Pero también gozó de los favores de los grandes círculos del poder mundial. Murió en junio de 2013.(3) Citado en el suplemento Informe Especial de La Razón de octubre de 2013(4) Citado en el suplemento Informe Especial de La Razón de octubre de 2013