Se busca jefe de la oposición para hacer política
Transcurridos casi cuatro meses desde las elecciones subnacionales en las que el Movimiento Al Socialismo (MAS) se vio obligado a hacer las maletas y desalojar el poder ejecutivo de la Gobernación de Tarija, el panorama político se ha oscurecido amenazando sobremanera la capacidad de avanzar en...



La falta de liderazgo en el Instrumento Político ha puesto en figurillas al partido de gobierno en Tarija, convirtiéndolo en un partido imprevisible sin capacidad de representar al grueso de sus votantes. Las agendas del oficialismo y de la oposición requieren pronto de un interlocutor válido. El próximo fin de semana el MAS enfrentará un Congreso cuya resolución pasa por ser muy trascendente para el corto plazo.
Janko y el pasadoPara muchos militantes, la toma del poder en 2010, derrocando al gobernador electo Mario Cossío fue una decisión apresurada. Para otros resultó un movimiento estratégico que permitió demostrar fuerza. Todos coinciden en que los resultados de la gestión perjudicaron al partido pese a que le permitió ampliar sus fronteras.El MAS experimentó en Tarija un crecimiento mucho más lento que el crecimiento acelerado que se registró en el país desde mediados de los 90 y que le permitió alcanzar el poder a Evo Morales con porcentajes nunca antes registrados en Bolivia en 2005. Para entonces, en Tarija solo unos pocos izquierdistas de base marxista y comunal junto con una parte convencida del movimiento campesino, que se convirtió poco a poco en hegemónica superando la tradición emenerrista y el movimiento más urbano popular de las Bartolinas, habían abrazado el proceso de cambio. Los dirigentes históricos mantuvieron un discurso firme del proceso con base socialista. El último de estos líderes ortodoxos que creyeron más en la calidad que en la cantidad fue Eulalio Sánchez, apartado del gabinete de Lino Condori en la recta final por hablar demasiado claro.El sucesor de Sánchez en el famoso Congreso de Entre Ríos de 2012 fue Roger Janko, representante de los interculturales y que fue el resultado de una carambola entre la activa y contradictoria subcentral de Cercado y los campesinos de segunda generación. Una solución de urgencia que convino también a las Bartolinas Sisas. Janko nunca ejerció el control del partido y ni siquiera una vocería calificada sumiendo al Instrumento en una indefinición plegada al poder que en ese momento ejercía con cierto despotismo el interino Lino Condori apoyado por cerebros encomendados desde la vicepresidencia. Poco después Condori acordó una forma de gestión apoyado en las provincias, desde donde se atendieron algunas demandas de los movimientos sociales. El partido quedó diluido como se vio al final de la legislatura a la hora de elegir candidatos y cuya facultad privativa la ejerció el presidente Evo Morales y el círculo que en ese momento logró aislarlo.Oliva y la paredEl resultado de las decisiones antes de aquellas elecciones empieza a tener sus consecuencias prácticas. El MAS no tiene liderazgo ni en la calle, ni en la Asamblea y en las provincias se ha empezado un lento repliegue tras haber soltado el mango de la sartén.Hasta ahora nadie en el Instrumento ha sido capaz de explicar las “virtudes” de la Ley Transitoria, aquella que restituía las competencias otorgadas a los ejecutivos en la era “pre-estatutaria” como si el Estatuto fuera papel mojado.Mientras el gobernador Adrián Oliva se esfuerza en mantener las lógicas buenas relaciones institucionales con el nivel central del Estado en general y con Evo Morales en particular, recibiendo a cambio la normal correspondencia, en Tarija el ruido de sables no deja de sonar. La economía ha aconsejado un atrincheramiento mientras se gestionan los créditos para cubrir el presupuesto comprometido en la Asamblea Plurinacional y el discurso de la crisis está permitiendo manejar los desembolsos en la relación con las provincias, sin embargo, el problema neurálgico se encuentra en la Asamblea Departamental.La innata capacidad política de Adrián Oliva no tiene interlocutor al otro lado y no se puede hacer política sin adversario que enfrente el debate. Hasta el momento Adrián Oliva ha encontrado una pared detrás de las carantoñas presidenciales que rebota cualquier propuesta. Luego de evidenciar que el camino no es ni la violencia ni la movilización, pues el 60 por ciento otorga la legitimidad suficiente, el equipo del gobernador trabaja en la estrategia a seguir con mayor profundidad que el propio Movimiento Al Socialismo en su nuevo amanecer como oposición. Debilidad inmediataEl poder causó cierta indigestión en los movimientos sociales que arropan al MAS en Tarija durante la gestión de Lino Condori. El esfuerzo de renovación en algunos de los más significativos, como la Federación de Campesinos y también en las direcciones provinciales, como la de Cercado, han vuelto a dejar la sensación de que quienes toman las decisiones se siguen escondiendo entre bambalinas mientras que al frente se envían a personas sin la necesaria capacidad de liderazgo. Una estrategia nociva para recuperar el proyecto.Si el MAS no es capaz de encontrar un interlocutor capaz de trazar línea entre los movimientos y alinear a las provincias con el objetivo de trabajar en favor del departamento, el camino a la destrucción orgánica primero y electoral después se acelerará. Si bien es cierto que al frente no hay una taza de leche, hay mimbres para gestionar el liderazgo tomando los riesgos necesarios.¿Hay nombres?Uno de los serios problemas que atraviesa el MAS precisamente para elegir un verdadero presidente capaz de dirigir y aglutinar a sus fuerzas sociales es la escasez de nombres dispuestos a asumir el compromiso además de la polarización de sus bases. Los movimientos sociales más ruidosos han cerrado filas para cerrar el paso a los “invitados” en el plano orgánico exhibiendo el Estatuto que prohíbe tal disposición, sin embargo, y aunque el mismo criterio no se ha empleado para elegir a los candidatos a cargos públicos a pesar de ser prescriptivo, en esta ocasión el rechazo es mayor.Por otro lado, hay un rechazo general en ambas direcciones a convertir a un cargo público en presidente del Instrumento, a pesar de que el presidente Evo Morales a instancias superiores si ejerce como presidente del Estado y del MAS. Si no se resuelve esta situación, lo más probable es que vuelva a aparecer un nombre desconocido para el gran público aunque tenga recorrido en lo orgánico o como mucho rescatar a algún ex, que además del propio Eulalio Sánchez, los nombres podrían ir desde Darío Gareca hasta Marcelo Poma pasando por Nilda Copa.Si el MAS entiende que debe hacer una gestión de oposición más hacia afuera que hacia adentro, podría optar por elegir a alguno de los cargos públicos actuales para que compatibilice con la dirección orgánica del partido y se preste al debate público con Adrián Oliva y su equipo. En la agenda los nombres de Álvaro Ruíz (alcalde de El Valle) y Walter Ferufino (subgobernador de O`Connor), ambos presidentes de las asociaciones de sus homólogos o bien alguien como el senador Milcíades Peñaloza. Si se opta por funcionarios de segundo nivel, el propio Pablo Canedo, actual director de la Oficina Trinacional de los ríos Pilcomayo y Bermejo podría entrar en las apuestas junto a otros coetáneos en la órbita del ministro de Hidrocarburos Luis Alberto Sánchez.El tiempo corre y las decisiones se acumulan. Tarija espera para que el debate pueda enriquecerse, por el propio bien.