Legado de la paz del Chaco
La Primera Guerra Mundial (1914-1918), culminó con el Tratado de Versalles del 28 de junio de 1919 que creó la Sociedad de las Naciones. La gran crisis económica de 1929 en los Estados Unidos paralizó la principal economía del planeta, a tal punto de no comprometerse en otras partes...
La Liga de las Naciones se caracterizó por la carencia de solidez política para resolver pacíficamente los conflictos que se presentaron o de la capacidad económica o militar para sancionar eficazmente a los eventuales agresores, como Japón en la invasión de Manchuria de 1931; un Hitler por Alemania, que repudió el 7 de marzo de 1935 el Tratado de Versalles y Mussolini, de Italia, que invadió Abisinia en octubre de 1935. En pleno desarrollo de la guerra, los cancilleres de Buenos Aires y Santiago, junto con los gobiernos de Perú y Brasil, lograron la firma del “Acta de Mendoza”, el 1 de febrero de 1933, y pidieron a los países beligerantes la suspensión de las hostilidades, pero no sucedió nada. El rol de la Sociedad de las Naciones en el conflicto del Chaco fue intrascendente, no obstante que Bolivia y Paraguay eran Estados miembros. Asimismo, el panorama internacional cambió sustancialmente, las potencias partidarias del statuo quo, Gran Bretaña y Francia, estaban siendo desafiadas por las favorables al cambio- Alemania, Japón e Italia- ante la mirada pasiva de Estados Unidos y la URSS.Transcurrió tres años de sangrienta lucha, el 12 de junio de 1935, en Buenos Aires, Argentina, los cancilleres de Bolivia y Paraguay, Tomas Manuel Elio y Luis Riart, respectivamente, firmaron el Protocolo Preliminar de Paz, ante la presencia del presidente argentino, Augusto P. Justo, cancilleres de Argentina, Saavedra Lamas, de Brasil, Macedo Soares y Chile, Nieto del Río, y otras personalidades de los países mediadores. Este instrumento internacional que dio provisionalmente fin a la Guerra del Chaco tiene valor de armisticio, los Estados firmantes se comprometieron a hacer cesar todas las hostilidades hasta el mediodía del 14 de junio de 1935. Las circunstancias militares del momento la justificaban, tanto por el cansancio general y la imposibilidad de exigir nuevos esfuerzos a la nación, como por haber llegado ambos ejércitos al límite de sus capacidades.El gran legado de bolivianos y paraguayos para las posteriores generaciones, es la paz, base fundamental en la que hoy ambos pueblos construyen denodadamente un destino común. El 24 de abril de 2009, la presidenta argentina Cristina Fernández entregó la Memoria Final de la demarcación de la frontera nacional a sus homólogos Morales y Lugo. Bolivia y Paraguay saldaron completamente sus límites. Tuvieron que transcurrir 71 años desde la firma del Tratado de Paz, Amistad y Límites de 21 de julio de 1938. Ambos países, en la actualidad, están en el camino de la integración, prueba de ello es URUPABOL. Buscan complementarse, expresan sus intereses, como lo hace a la fecha Paraguay con relación al intercambio de electricidad, compra de gas licuado de petróleo (GLP) y gas natural licuado (GNL), además de explorar en forma conjunta áreas hidrocarburíferas. Esto es posible gracias a nuestros héroes que ofrendaron su vida y a los que aún viven, corresponde recordarlos y honrarlos.Marco Antonio Barroso Mendizábal es abogado, diplomático y catedrático de DIP.