Procesos judiciales
Petro y el ABC de un golpe de Estado en América Latina
El mandatario hizo un recuento de las acciones de las que se han valido distintas instituciones en la región para deponer a mandatarios



La reciente trama golpista contra el presidente colombiano, Gustavo Petro, no ha sido la única acción de esa naturaleza en América Latina, donde a través de distintos mecanismos aparentemente institucionales varios exmandatarios izquierdistas han afrontado procesos judiciales o derrocamientos.
Gustavo Petro se refirió al expresidente peruano Pedro Castillo quien se encuentra preso
En una interacción en su cuenta de X, el mandatario ha desvelado los hilos de la compleja trama en su contra, que habría sido orquestada por su excanciller Álvaro Leyva, y que buscaba, incluso con el apoyo de EE.UU., sacarlo de su cargo.
"No es el plan de un loco, Leyva no está loco". En su opinión, las motivaciones que habría tenido el político conservador de larga trayectoria habrían sido el "odio y soberbia".
En los últimos meses, Leyva, suspendido de su cargo de ministro de Relaciones Exteriores por el Consejo de Estado, habría publicado una serie de cartas donde acusaba a Petro de consumir drogas, de haber traicionado el proyecto del Pacto Histórico, de tratar con desdén a jefes de Estado, entre otras.
Para conseguir su propósito, según una investigación periodística que reveló el plan contra Petro, el jurista colombiano habría pedido a varios parlamentarios estadounidenses, entre ellos el republicano Mario Díaz-Balart, que tratara de acercarse al secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, para plantear su proyecto golpista.
Las "coincidencias"
Petro señala que las "coincidencias" entre los procesos judiciales que se le han abierto a los líderes latinoamericanos de izquierda y progresistas no son más que intentos para derrocarlos a través de las instituciones internas o foráneas.
"Todos víctimas de golpes de Estado parlamentarios, todos presidentes de izquierda. Todos incómodos para los poderes económicos de las tres Américas. 'No dejan hacer negocios', dicen", expresa.
En su escrito se refiere a otros conocidos casos de 'lawfare' o persecución judicial en contra de expresidentes de la región. Así, habla de la inédita categoría jurídica del '"influjo psíquico", que la Fiscalía ecuatoriana usó para señalar que el exmandatario Rafael Correa podría haber inducido delitos sin que hubiera pruebas directas.
En su extenso análisis, también se refiere al expresidente peruano Pedro Castillo, quien se encuentra preso por los cargos de "sedición contra sí mismo", además de "abuso de autoridad y grave perturbación de la tranquilidad pública".
Petro manifestó que en el caso judicial contra el actual mandatario Luiz Inácio Lula da Silva hubo un "peculado sin apartamento", con referencia a la pena de casi nueve años que se le impuso por supuesto lavado de dinero y corrupción pasiva en el caso de un departamento triplex, en el marco de la 'Lava Jato'.
Sobre Cristina Fernández de Kircher asevera, con sarcasmo, que el exmandataria argentina había cometido un "autoatentado" y que por eso está bajo la figura de arresto domiciliario, por supuesta corrupción.
"Pero qué coincidencia que han querido apresar a Evo [Morales], Lula, Correa, Cristina, Castillo, Petro, hasta a [Nicolás] Maduro le pusieron precio a su cabeza, un juez extranjero", dice el jefe de Estado colombiano.