Israel intercepta flotilla humanitaria rumbo a Gaza
Activistas denuncian secuestro en aguas internacionales; tras interceptar el barco con ayuda para la Franja de Gaza, Israel asegura que los devolverá a sus países de origen.




Una nueva confrontación en alta mar vuelve a poner el foco sobre el asedio a Gaza. En la madrugada del lunes, el ejército israelí interceptó el barco Madleen, perteneciente a la Flotilla de la Libertad, que se dirigía hacia la Franja palestina con ayuda humanitaria. A bordo viajaban doce activistas, entre ellos la joven ambientalista sueca Greta Thunberg, quienes denuncian haber sido “secuestrados” en aguas internacionales y advierten de la comisión de un crimen de guerra.
Thiago Ávila, activista brasileño a bordo, logró alertar sobre el abordaje a través de redes sociales. Según un comunicado de la propia Flotilla, drones israelíes arrojaron químicos no identificados antes de que fuerzas armadas abordaran la embarcación, cortando inmediatamente toda comunicación con el exterior.
La respuesta del Gobierno israelí ha sido tajante. El ministro de Defensa, Israel Katz, había anunciado con anterioridad que impediría la llegada de lo que denominó “la flotilla del odio”. Luego de la intercepción, se difundió una imagen de Thunberg escoltada por un soldado israelí mientras recibe un bollo, y el Ministerio de Exteriores calificó a los activistas como “celebridades” a bordo de un “yate selfie”. Según el mismo ministerio, los pasajeros serán devueltos a sus países de origen una vez desembarquen en el puerto de Ashdod.
La reacción diplomática no se ha hecho esperar. España convocó al representante israelí en Madrid para expresar su protesta formal, destacando que entre los detenidos se encuentra el ciudadano español Sergio Toribio. Por su parte, Hamás ha calificado la operación como “terrorismo de Estado”.
Israel insiste en que hay vías legítimas para el envío de ayuda, señalando que más de 1.200 camiones han ingresado a Gaza en las últimas dos semanas. Sin embargo, los organizadores de la Flotilla argumentan que su misión busca visibilizar un bloqueo que consideran ilegal y responsable de una catástrofe humanitaria crónica.
Un cerco de hierro y hambre
Desde 2007, cuando Hamás tomó el control de la Franja de Gaza, Israel —con apoyo de Egipto— ha impuesto un férreo bloqueo terrestre, marítimo y aéreo sobre el enclave palestino, argumentando razones de seguridad. Esta medida ha sido condenada por múltiples organismos internacionales, que la consideran una forma de castigo colectivo.
A lo largo de los años, diversas flotillas han intentado romper el cerco, con resultados que van desde la detención hasta, en casos anteriores, enfrentamientos letales. La actual ofensiva militar israelí, intensificada tras el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023, ha exacerbado aún más la crisis humanitaria en Gaza, donde la población civil paga el precio de un conflicto sin fin.