Mediterráneo: Divorcios dolorosos
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Estimados y estimadas
La mayoría de los analistas en Estados Unidos advirtieron desde el principio que lo de Elon Musk y Donald Trump no iba a durar. Algunos aventuraban que no iba a acabar bien. Argumentaban los caracteres fuertes y egocéntricos de ambos magnates, acostumbrados a mandar y a ser obedecidos sin más. Cuando Musk pareció aceptar un puesto en el Gobierno, otros advirtieron que el conflicto de intereses era más que evidente, pues sus empresas tecnológicas obtienen jugosos contratos del Estado, pero Trump atravesaba ese momento de intangibilidad que nada le restaba y entre ambos crearon aquella famosa oficina independiente, DOGE, para acometer una gran reforma del Estado eliminando gasto superfluo y muchísimos funcionarios.
Musk, con muchísimos contratos con el Estado, cuyo origen de su fortuna se encuentra en las concesiones mineras del Estado de Sudáfrica a su familia, y beneficiario de muchísimas políticas públicas para incentivar sus actividades empresariales en Estados Unidos, incluido el reciente veto a los automóviles eléctricos chinos, competencia directa de su marca más emblemática y contradictoria, Tesla, se identificó como libertario cuando empezó a coquetear con la política: Estado pequeño, superávit fiscal, libertad de mercado.
Aquí todo lo que ha escrito del tema New York Times:
- La crisis entre el mandatario y el magnate se complica
- Cómo se derrumbó la relación entre Musk y Trump
- Los republicanos de la Cámara, temerosos, intentan calmar a Musk
- ¿Porqué Musk relaciona a Trump con los archivos Epstein?
Trump, que en la práctica ha tenido muchos menos negocios con el Estado porque su fortuna se debe a pelotazos inmobiliarios y espectáculo televisivo, se metió a la política ya mayor con un fin mucho más filantrópico: Make America Great Again y su manual es el clásico: imperialismo y proteccionismo.
Aquí les dejo este interesante experimento de Ctxt: El desafío trumpista a la teoría de la democracia. Presentación del diario de Adam Przeworski, profesor de Ciencia Política de la Universidad de Nueva York
La mezcla de libertarios y conservadores se ha promovido en todo el mundo occidental por la esfera derechista, potenciando los puntos en común: rechazo a la justicia social o la igualdad de oportunidades, y haciendo equilibrios con otros temas como el aborto, el matrimonio homosexual o la legalización de las drogas. Se trataba de ganar gobiernos, pero todos sabían que el tema económico podría volverse una barrera insalvable. Y así ha sido.
- Lea también: Desborde reaccionario del capitalismo: la hipótesis tecnofeudal
- Y aquí el perfil de uno de los ideólogos de estos equilibrios: Curtis Yarvin, el profeta de la nueva reacción
El de Donald Trump con Elon Musk era el primer gran gobierno híbrido de estas dos corrientes y ha acabado en naufragio en apenas cinco meses. El poder político de Trump, partidario de utilizar los resortes del Estado y subordinar la economía a los intereses políticos nacionales con un ferviente antiglobalismo, se ha impuesto sobre el libertarismo ventajista y la batalla ha sido esencialmente la de los aranceles, donde Trump tiene claro que subirlos implica recuperar soberanía interviniendo directamente el mercado y adulterando todas las relaciones comerciales, que es exactamente todo lo contrario de la biblia liberal.
Los datos son los que son detrás de tanta literatura: La OCDE estimó que la economía crecerá un 2,9% en este 2025. Esta cifra supone dos décimas menos que las previstas en marzo y lo atribuye sin tapujos a las políticas de Trump, pues para Estados Unidos ha reducido su previsión del crecimiento del2,2% en marzo al 1,6% en junio durante 2025. Sin embargo, ese declive todavía es más pronunciado en sus países vecinos: México y Canadá. En sus casos, la organización pronostica un escenario de estancamiento o recesión.
Esta ruptura tan sonada deja huérfanos a algunos personajes como Javier Milei o Isabel Díaz Ayuso, pero efectivamente les facilita la ordenación del discurso. Con Musk alejado de Trump, los libertarios ya pueden criticar abiertamente la gestión de Trump en el tema arancelario y los conservadores de Trump recordar que las economías se subordinan a los intereses políticos y no al revés.
Esta ruptura va a complicar posibles alianzas entre estas dos corrientes en muchos países del mundo para acceder al poder, como en España con VOX y el PP, o en Brasil donde Bolsonaro y sus hijos tratan de jugar ambos roles en la misma familia; también complica al propio Javier Milei, encantado con Trump pero obviamente en las antípodas en lo que se refiere al planteamiento económico.
En Bolivia las elecciones ya están en marcha y en la derecha se han multiplicado las opciones articulándose precisamente sobre estos ejes, que ya han hecho inviable la fusión original y que al parecer, seguirán separando más que uniendo. Como sea, los referentes están dejando claras sus prioridades.
En esta edición hablaremos también de los paralelismos entre Ucrania y Taiwán; de los diez años del Ni Una Menos, de la nueva ola anti inmigración y aprovecho para comentarles que el próximo viernes estaremos festejando el XXXIV Aniversario y salvo catástrofe nuclear o similar, me excusaré de este compromiso.
Ucrania, Taiwán y la soberanía
Las posibilidades de llegar a un acuerdo de paz entre Ucrania y Rusia se disipan, aunque en realidad nadie lo vio muy factible nunca. El presidente estadounidense Donald Trump (que ha sido el protagonista absoluto de este semestre y por ende, de esta newsletter) aventuró en campaña que lo resolvería “en un día”. Se dispuso a ello quitándole el apoyo a Zelenski y dejando por tanto a toda Ucrania – sin armas, sin inteligencia, sin soldados –a merced de Putin, pero en algún momento la presión internacional (jamás reconocida) le hizo cambiar de opinión. Era evidente que su parcialidad con Rusia le pasaría factura.
Putin juega a otra marcha. La economía rusa no se ha desplomado como se preveía y simplemente se han reacomodado los flujos comerciales hacia el este, mientras que Europa ha quedado debilitada al tener que comprar gas y petróleo a – ¡tachán! – Estados Unidos, que además le está obligando a elevar su gasto militar. Estas semanas Ucrania ha lanzado ataques en territorio ruso y ha destruido parte de su poderío de aviación nuclear, pero igualmente se sigue calculando que Rusia puede resistir este ritmo de guerra un par de años más.
- Lea también: Las bajas de soldados en la guerra en Ucrania se acercan a 1,4 millones, según un estudio
Las condiciones de Putin para un Alto el Fuego son de máximos: Que la comunidad internacional reconozca como rusa la península de Crimea, anexionada por Moscú en 2014, y otras cuatro regiones ucranianas que el Kremlin reclama como suyas. Que Ucrania acepte convertirse en un país neutral, como Suiza; que no se integre en la OTAN – como se acordó en los 90 – y que convierta el ruso en idioma co-oficial. Además le exige a Zelenski elegir entre: retirar por completo sus tropas en cuatro de sus propias regiones (Lugansk, Donetsk, Zaporiyia —que alberga la mayor central nuclear de Europa, hoy en manos rusas— y Jersón) o cesar todos los redespliegues militares y renunciar definitivamente a la ayuda occidental en defensa, comunicaciones por satélite e inteligencia. Y además, convocar elecciones presidenciales y parlamentarias en un plazo máximo de 100 días previo levantamiento de la ley marcial.
- Lea también: Ucrania:¿es peligrosa la ofensiva rusa en Sumi?
Ucrania ha descartado esta negociación de un plumazo y el propio Trump, en su retórica habitual, cada vez menos convincente por lo reiterativa, ha empleado palabras gruesas contra Putin y ha amenazado con que le conocerían si pasaba los límites.
Lo cierto es que en paralelo está creciendo otra amenaza de similares proporciones: China rodea Taiwán y la posibilidad de invasión se habla más que nunca. Así lo señaló hace unos días el secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, al que Pekín acusó de desplegar armas en el Indo-Pacífico y de aumentar las tensiones en la región, todo esto mientras se mantiene la tensión comercial pese a la tregua de 90 días.
No es chiste: El estrecho de Taiwán representa un punto clave en una de las rutas comerciales más importantes del mundo. Por ahí transita el 20% del comercio mundial. Además, Taiwán alberga el 66% de la producción de microchips a nivel global. Mira el mapa aquí.
Obviamente Trump ha cambiado varias veces de opinión respecto a Taiwán, lo acusó de “robar sus microchips” y le amenazó con subir al100% los aranceles, algo que ha dado alas a China para desplegarse aún más en la región, pues todos han sufrido similares amenazas. Hay otro tema más trascendental: los temblores de la bolsa americana solo con el pulso por los aranceles, hace inviable que Trump decretara algún tipo de embargo total o parcial como sanción en caso de invasión.
- Lea también: La batalla de Taiwán: cómo Estados Unidos y China se preparan para una guerra de alta intensidad
Así, el presidente estadounidense puede estar cayendo en su propia trampa después de haber desplegado su estrategia unilateral cargada de desprecio hacia sus teóricos aliados y dando alas a otros competidores. Nadie cree que vaya a desatarse una guerra convencional de forma inminente, pero se esperan escaramuzas de diversa graduación.
Tanto Ucrania como Taiwán suponen guerras de agresión sobre territorios reclamados por potencias que de una u otra manera ganaron su independencia, aunque efectivamente hay interpretaciones divergentes en ese punto. En Bolivia llevamos hace unos años a La Haya un asunto similar y conviene seguir el desarrollo bélico para actualizar las posiciones diplomáticas al respecto. También ser coherente con lo que sucede y lo que se reclama.
El pulso de Ni Una Menos
No es que el feminismo naciera hace diez años, pero en este lado del mundo, la multitudinaria marcha de Buenos Aires del 3 de junio de 2015 contra la violencia hacia las mujeres rompió los nichos y movilizó como nunca antes. Una marcha de al menos medio millón de personas que trascendía clases sociales y las ideas políticas.
Dicen las crónicas que 2015 no fue un año especialmente violento para las mujeres, pero una serie de crímenes atroces movilizó las fibras del conjunto de la población. La transversalidad de la protesta y la concreción del tema: la violencia, generó un consenso social que después se trasladó a la política y todos los países empezaron a dar respuestas de una u otra forma a esta lacra, con mayor o menor acierto y mayor o menor suerte, pero sobre todo caló en la sociedad y se empezaron a condenar conductas violentas y machistas que tanto se habían naturalizado.
- El balance de Amnistía Internacional: A 10 años de Ni Una Menos: lo logrado y lo que peligra
La potencia del movimiento y la obviedad de la agenda lo convirtió pronto en un eje fundamental en la política, especialmente en los países de la órbita hispana con tradiciones patriarcales similares. Se consiguieron más avances por la igualdad en unos pocos años que en décadas, los colectivos feministas al fin se habían hecho entender y habían colocado sus ideas en el centro del sentido común. Lo normal nunca pudo ser golpear, vejar, abusar o discriminar.
- Lea también: No nos vamos a abandonar ahora
En Bolivia la Ley 348 se había aprobado unos años antes, en2013, casi como una norma de nicho a la que las autoridades le prestaban poca atención y carecía de recursos, pero a partir de 2015 se convirtió en ineludible.
Como cualquier movimiento político generó reacción, y en pleno 2025 resulta descorazonador la potencia de esa respuesta, que en algunos países está poniendo en cuestión incluso los pilares mismos de la protesta. Argentina, epicentro del nacimiento, es también hoy el epicentro de la reacción.
- Aquí lo cuenta CNN: Ni una menos: a los 10 años del grito en Argentina que se escuchó en toda América Latina
- Y aquí el editorial de Perfil: Día 538: Antifeminismo de Estado a 10 años de “Ni Una Menos”
En Bolivia incluso el joven candidato Andrónico Rodríguez señaló que la Ley348 es “antihombres” y abogó por su transformación a pesar de que los resultados son notables – se ha reducido el número de feminicidios promedio en 30% - y a pesar de que las cifras y la brutalidad siguen siendo insoportables. Tampoco el resto la considera un asunto de Estado, por si acaso.
El antifeminismo anida en las mismas corrientes individualistas que condenan la justicia social. Los argumentos suelen caer por sí solos, pero están en el auge. El tiempo pondrá cada cosa en su sitio, pero hay avances que no podrán ser cedidos.
Para seguir: Nueva ola anti migración
En medio de su polémica con el magnate Elon Musk y con demasiada incertidumbre económica sobre el impacto final que tengan la imposición unilateral de aranceles a todo el mundo, Trump ha vuelto a utilizar el comodín de la migración: desde el lunes tendrán prohibida la entrada a Estados Unidos los ciudadanos de Afganistán, Birmania, Chad, República del Congo, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Haití, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen; y además tendrán muchas restricciones los viajes desde Burundi, Cuba, Laos, Sierra Leona, Togo, Turkmenistán y Venezuela.
- Léelo en New York Times: ‘No los queremos’: Trump firma una prohibición de entrada para ciudadanos de 12países
Ninguno de ellos podrá ir a Estados Unidos ni sacar visado de turista ni de estudiante. La medida se suma a las medidas impuestas a universidad como Harvard, donde se ha prohibido que ingresen más extranjeros y en particular ciudadanos chinos, aunque el asunto está en estrados judiciales.
- Aquí por cierto algunos datos reveladores – de Connectas ni más ni menos - que desnudan la verdadera intención del asunto: La mayoría de los venezolanos enviados a El Salvador no tenía condena por crímenes en EE. UU.
El asunto entra en colisión con la convención de Derechos Humanos, pero ya sabemos que a casi nadie le importan mientras no les afecten. Bolivia no está en la lista, pero sí en la de la nueva reforma migratoria de Argentina, donde se exigen muchos requisitos tanto para turistas como para quienes intenten estudiar o instalarse en el país vecino buscando mejores oportunidades.
- Lea también: Andate a tu país (la reforma migratoria de Milei)
El fenómeno anti – inmigración no es solo potestad de Estados Unidos o de las ultraderechas europeas, tampoco es nuevo, sin embargo el empeoramiento de las condiciones de vida de las clases medias y bajas suele hacer que este asunto se ponga en primera plana para canalizar las culpabilidades.
LAS RECOMENDADAS
Entre las recomendadas para este fin de semana
- Esta entrevista a Boaventura De Sousa donde reflexiona sobre el capitalismo y el peso de oriente: La democracia dejó de responder, por eso resurge la extrema derecha
- Aquí algunos análisis de lo que fue la jornada electoral de jueces en México, donde solo participó el 13%
- Este de Diálogo Político: Análisis: elecciones judiciales en México
- Aquí este reportaje de Connectas sobre el asunto angular dela crisis política en Venezuela: Chevron en Venezuela: un dilema de Washington
- Este tema de Anfibia: Incendios: la reconfiguración verde del privilegio
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