En San Pedro, el papa retoma el contacto con los fieles



Cada día, una sorpresa. También el domingo, sin ningún anuncio previo, el papa Francisco apareció en la plaza de San Pedro.
En la misa del Domingo de Ramos no estaba prevista su presencia, pero una vez más Jorge Mario Bergoglio rompió el protocolo saludando a los fieles y pronunciando unas breves palabras: “Buena Semana Santa”, con un tono algo fatigado, pero sonriente, más firme en sus movimientos. Esta vez, sin necesidad de los tubos de oxígeno. La de ayer es una señal más de que el Pontífice, a pesar de la convalecencia, quiere estar presente en las celebraciones de la Semana Santa.
Los gestos inesperados se han repetido en los últimos días: el pasado domingo, Francisco apareció en la plaza de San Pedro para saludar a los fieles reunidos con motivo del Jubileo de los enfermos, y el miércoles recibió en Santa Marta al rey Carlos III del Reino Unido y a la reina Camila.
Otra prueba se produjo el jueves pasado, cuando el Pontífice se presentó en la basílica de San Pedro sin previo aviso, sin sotana, vestido con un poncho y unos pantalones negros comunes, sentado en su silla de ruedas empujada por sus asistentes. Los visitantes y las restauradoras que estaban trabajando en el interior de la basílica no lo reconocieron al principio. Y también el vídeo difundido en las redes sociales causó gran impresión por la total informalidad del atuendo, pero también por el buen humor que mostraba el Pontífice.
La explicación que dio la Santa Sede de este episodio es elocuente: “El Santo Padre estaba dando, acompañado en silla de ruedas, un paseo por el jardín interior de Santa Marta cuando expresó el deseo de ir a rezar a la basílica”.