Los ultras de Ben-Gvir se van del gobierno de Netanyahu

La amenaza, tantas veces anunciada y nunca definida, se volvió finalmente realidad. La tregua temporal con Hamas ha sido la última de las razones por las que el colono radical Itamar Ben-Gvir y su partido de extrema derecha Poder Judío han decidido renunciar a la coalición de gobierno que dirige Beniamin Netanyahu.

El ya exministro de Seguridad de Israel tenía la decisión tomada desde hace días, cuando se conoció el pacto, al que en su carta de salida calificó de “rendición al terrorismo”.

Junto a Ben-Gvir se marchan los otros cinco miembros de Poder Judío. Se trata de los ministros de Patrimonio, Amichai Eliyahu, y del Neguev, Galilea y Resiliencia Nacional, Yitzhak Wasserlauf; también se van los parlamentarios Zvika Fogel, Limor Son Har-Melech y Yitzhak Kroizer.

Sin estos seis escaños, Netanyahu mantiene la mayoría parlamentaria, aunque más ajustada, con 62 de los 120 asientos de la Knéset, el parlamento israelí. No obstante, Ben-Gvir ha dejado abierta la posibilidad de su regreso si la invasión israelí en Gaza “se retoma con toda su fuerza” y ha declarado que, mientras tanto, no será un escollo para la gestión política del primer ministro.

“No tenemos intención de trabajar para derrocar al gobierno, pero en cuestiones ideológicas votaremos según nuestra concepción y nuestra conciencia”, resumió en la carta remitida a Netanyahu, quien podría designar a tres integrantes del Likud para ocupar las carteras vacantes.

Según ha trascendido, en paralelo al día tan crucial que se vivió ayer domingo, el premier estuvo tejiendo su supervivencia política. Hasta hoy ha logrado mantener en pie al ejecutivo pese a las exigencias de sus socios ultras. Pero esto podría cambiar pronto si no cumple con reanudar la guerra después de la primera fase de la tregua de 42 días, lo que sería una violación del acuerdo alcanzado y el sacrificio de los 63 rehenes, vivos y fallecidos, que quedarían por intercambiar.

Pero esto es justamente lo que le volvió a pedir ayer Bezalel Smotrich, su ministro de Finanzas y líder del otro partido ultra en el gobierno, Sionismo Religioso. Smotrich elevó el listón de las exigencias al afirmar que una eventual reactivación de los ataques debe tener como objetivo la ocupación de la franja de Gaza y el regreso de los colonos porque “no hay otra forma de derrotar a Hamas”.

“Derribaré al gobierno si no vuelve a luchar de una manera que [nos lleve] a apoderarnos de toda Gaza y gobernarla”, sentenció en declaraciones a la Radio del Ejército.