El ejército ruso asegura haber conquistado una nueva localidad

El sábado Moscú informó la toma de una nueva localidad en Donetsk, como parte de su avance hacia el estratégico bastión de Kurakhove. En la noche del viernes y la madrugada del sábado, el Ejército de Rusia atacó las regiones ucranianas de Jersón y Zaporizhia, respectivamente, dejando un saldo de al menos cuatro muertos y seis heridos en total. Mientras que el Gobierno de Ucrania instó a sus ciudadanos a prepararse ante cualquier escenario durante los próximos meses de invierno, en medio de continuos ataques rusos a las infraestructuras eléctricas del país.

Estos son los saldos de una noche de ataques rusos en Ucrania. Dos hombres, de 44 y 46 años, murieron en la población de Mala Tomajka, región de Zaporizhia, según informaron las autoridades locales a través de la agencia oficial Ukrinform este sábado.

Ivan Fedorov, jefe de la administración regional, comunicó a través de su cuenta de Telegram que los cuerpos de los fallecidos no pudieron ser recuperados inmediatamente debido a que el ataque se prolongó por varias horas.

Mientras que la región de Jersón, otro importante punto del conflicto, también fue blanco de ataques. Allí, dos personas murieron y seis más resultaron heridas, según confirmaron las autoridades del óblast.

Ingreso en Donetsk

Las fuerzas rusas informaron este mismo sábado la conquista de Zhelanne Drugue, una pequeña localidad en la región de Donetsk, como parte de su avance hacia el estratégico bastión de Kurakhove, en la parte sudoriental de esta línea del frente, que afectaría avances ucranianos logrados durante la contraofensiva del verano de 2024.

Según el ministerio de Defensa ruso, la toma de esta localidad representa un nuevo paso en la ofensiva rusa en el este de Ucrania.

Zhelanne Drugue, que antes de la guerra contaba con apenas 240 habitantes, se suma al avance que Rusia logró esta semana al capturar la localidad de Vuhledar, considerado como el mayor logro militar ruso de los últimos seis meses.

Moscú también informó que capturó otras cuatro localidades en la región de Donetsk durante la última semana, lo que facilita sus movimientos hacia hacia Kurakhove, importante centro de comunicaciones ucranianas.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, se pronunció y atribuyó la retirada de las fuerzas ucranianas de Vuhledar a la imposibilidad de usar misiles de largo alcance en suelo ruso, un permiso que ha solicitado repetitivamente a sus aliados occidentales.

Sin embargo, algunos altos mandos militares ucranianos han dicho a la prensa que la escasez de personal de sus tropas es uno de los mayores agravantes que han permitido el avance ruso.

De todas maneras, la semana pasada, el nuevo secretario general de la OTAN, Mark Rutte, visitó Kiev y allí el presidente Zelenski le pidió que adelantara gestiones para que los aliados de la alianza militar autoricen el uso de armas de largo alcance dentro de territorio ruso.

Ucrania alerta a su población con la llegada del invierno

Luego de su visita a la ciudad fronteriza de Sumy, uno de los blancos más recientes de Moscú, Oleksíi Kuleba, ministro de las Comunidades y los Territorios, advirtió que los ucranianos deben prepararse para posibles cortes de energía durante la "temporada de calefacción".

En invierno, las temperaturas en Ucrania suelen oscilar entre -4,8 y 2 grados celsius, lo que aumenta la vulnerabilidad de la población ante ataques a la red eléctrica.

Este será el tercer invierno que afrontarán los ucranianos desde el comienzo de la invasión rusa, incluso con cortes en la calefacción.

Kuleba, acompañado por Serguíi Sujomlin, jefe de la Agencia Estatal de Reconstrucción y Desarrollo de Infraestructuras, subrayó que proteger las instalaciones de generación de energía es una prioridad para su Gobierno.

El ministerio de Energía de Ucrania informó este sábado que 17.500 personas recuperaron el acceso a la electricidad en todo el país luego de que la red eléctrica hubiera sido bombardeada recientemente.

Desde agosto Ucrania sorprendió con un cambió en su estrategia de defensa al avanzar en Kursk usando armamento de corto alcance y precisión proporcionado por sus aliados occidentales, un acto visto por el Kremlin como una provocación de guerra por occidente.