La pretensión del G7 de limitar los precios provocó el corte de suministro
Alemania dice que está preparada para pasar el invierno sin gas ruso
La emergencia energética desatada en Europa como consecuencia de la guerra rusa contra Ucrania lleva de cabeza desde hace meses a Alemania, tradicionalmente dependiente del gas ruso, en busca de cómo poner remedio. El canciller Olaf Scholz aseguró ayer que Alemania “podrá hacer frente a este invierno” y garantizar sus necesidades de energía a pesar del cese de las entregas de gas ruso, durante la presentación en Berlín del paquete de ayudas para aliviar a familias y empresas por el incremento de precios.
El Gobierno de coalición de socialdemócratas, ecologistas y liberales acordó movilizar 65.000 millones de euros para este fin. Se trata del tercer paquete de ayudas, pero es el más voluminoso, tras los dos desplegados después de la invasión rusa de Ucrania el pasado 24 de febrero, y que juntos suman unos 30.000 millones.
“Rusia ya no es un proveedor fiable de energía; el Gobierno federal se ha estado preparando para esta eventualidad desde principios de año”, dijo Scholz a los periodistas. Según el canciller socialdemócrata, gracias a la diversificación de las fuentes de suministro y al almacenamiento de las reservas de gas, Alemania está en condiciones de hacer frente a una paralización prolongada del gasoducto Nord Stream 1.
El pasado viernes, Gazprom, la empresa gasista rusa controlada por el Kremlin que bombea el preciado hidrocarburo de Rusia a Alemania a través del mar Báltico, anunció que no reiniciaría el gasoducto, como estaba previsto tras los tres días de parón por mantenimiento. Pero los depósitos de gas alemanes están ahora al 85%, un objetivo que las autoridades habían fijado por ley para el 1 de octubre, lo cual explica el tono de tranquilidad de Scholz y los suyos.