Rusia responde al G7 cortando el gas a Europa
Los países más poderosos del mundo pretenden poner un techo al precio del gas y el petróleo ruso pero protestan porque Rusia decida no reanudar los envíos a Europa, aunque alega problemas técnicos
El consorcio gasístico ruso Gazprom ha ejecutado el anuncio que hacía esta pasada víspera de suspender hasta nuevo aviso el tránsito de gas a Europa. El motivo aparente es una fuga detectada en el gasoducto Nord Stream, por el que esta madrugada no ha reanudado el flujo gas hacia Europa, según los datos de la empresa gestora de la infraestructura, pero evidentemente llega el día después de que el G7 “aprobara” fijar un precio máximo para el gas y el petróleo importado de ruso, algo que no ha gustado en ese país y que es igualmente atentatorio al contrato.
El mensaje político del G7 era claro: la intención es dejar de financiar la economía rusa para frenar la guerra en Ucrania, la respuesta de Rusia aún más contundente: no admite presiones. “El precio tope estará específicamente diseñado para reducir los ingresos rusos y la capacidad de Rusia para financiar su guerra de agresión a la vez que limite el impacto de la guerra en los precios globales de la energía”, señala el documento de los países más industrializados del mundo.
Según los datos de la Agencia Internacional de la Energía, entre marzo y julio Rusia ingresó 94.870 millones de euros de sus exportaciones de petróleo y gas solo a la Unión Europea, casi el doble que en años anteriores.
Rusia, por su parte, denuncia que se trata una medida “completamente absurda”. Esta “interferencia” en el mercado del petróleo “sólo desestabilizará la industria petrolera, el mercado del petróleo. Y por ello, los consumidores europeos y estadounidenses serán los primeros en pagar”, amenazó el viceprimer ministro ruso Alexander Novak. “Simplemente no entregaremos más petróleo o productos petrolíferos a las empresas o países que impongan tales restricciones”, advirtió.
Esta una primera señal de lo que podría venir: Gazprom ha informado de que el flujo en el gasoducto NordStream1 hacia Europa se ha interrumpido completamente y que durará más de los tres días anunciados en un primer momento por una supuesta avería.
Antecedente
EE.UU. y la UE anunciaron en primavera el embargo al crudo ruso con lo que el tope supone un impacto relativo
Sin embargo, a parte posibles efectos sobre la reducción de la inflación, el anuncio del G7 es un tanto descafeinado. De entrada, no hay que olvidar que la UE ya antes del verano anunció que no compraría más petróleo ruso por barco a partir del 2023 –con la excepción al oleoducto que abastece a Hungría–, con lo que poner un tope a un recurso que se prevé dejar de consumir en breve, tiene un impacto relativo o limitado a unos meses. Sin tener en cuenta que dicho tope necesitaría el apoyo de todos los estados miembros (Hungría incluida).
Asimismo, EE.UU. también decidió en primavera cortar el grifo al petróleo de Rusia tras la invasión de Ucrania. Un acto muy simbólico que apenas le afecta porque los estadounidenses solo obtienen de Rusia el 1% del petróleo que consumen y el 3% de sus importaciones de crudo. De allí que un techo al precio del barril ruso apenas le supone a Washington cambios en su política energética.
Piden una amplia coalición
Si China o India no se suman a la iniciativa, Rusia puede salirse con la suya. Por eso, el comunicado del G7 insiste en la exigencia de que se constituya “una amplia coalición” para poner en marcha este tope. De otra manera, el efecto de esta imposición puede quedar papel mojado. En este sentido, Víctor Ruiz Ezpeleta, profesor de OBS Business School y experto en energía se mostraba escéptico sobre la efectividad de esta decisión.
“Una medida impositiva de precio máximo sólo tendrá efecto si todos los actores están de acuerdo o, al menos lo acatan, pero este no parece ser el caso. China e India no parecen estar por la labor, y pueden seguir comprando el petróleo ruso beneficiándose de mejores precios o incluso revenderlo con un mayor margen”, declara. “La UE no tiene muchas otras opciones. Están jugando al gato y al ratón con Rusia”., comenta.
Según los datos publicados el pasado mes de junio, la importación china de petróleo ruso, aprovechando grandes descuentos, se disparó un 55% en el mes de mayo respecto al mismo periodo del año anterior. Rusia ha superado incluso a Arabia Saudí.