Obrador arrinconado frente a Trump por amenaza aranceles
La amenaza del presidente estadounidense Donald Trump de aplicar aranceles punitivos a todo el comercio de México si el país no detiene la inmigración ilegal, ha dejado en evidencia las fallas de la diplomacia de no interferencia de su contraparte mexicano, Andrés Manuel López Obrador, con...
La amenaza del presidente estadounidense Donald Trump de aplicar aranceles punitivos a todo el comercio de México si el país no detiene la inmigración ilegal, ha dejado en evidencia las fallas de la diplomacia de no interferencia de su contraparte mexicano, Andrés Manuel López Obrador, con consecuencias potencialmente ruinosas.
México podría enfrentar un shock económico severo si Trump cumple su amenaza de aplicar aranceles graduales desde 5% hasta 25% por ciento a partir del 10 de junio a México, si el país no pone un alto a una reciente ola de migrantes provenientes de Centroamérica hacia la frontera binacional.
La noticia, anunciada el jueves vía Twitter, azotó al peso mexicano y levantó preocupaciones sobre la renuencia del presidente López Obrador para abordar los asuntos internacionales o enfrentar a Trump en su posición hacia la migración ilegal, clave de su política.
Además han surgido temores de que Trump siga atacando a México como herramienta política, dado que busca la reelección el año que viene.
López Obrador, quien asumió el cargo en diciembre, ha tratado de desviar los ataques de Trump insistiendo en que la mejor manera de detener el flujo migratorio es unirse para fomentar el desarrollo en Guatemala, Honduras y El Salvador, de donde provienen la mayor cantidad de migrantes.
Pero el mandatario estadounidense no parece muy convencido con esa idea.
La rutina cotidiana del presidente mexicano, de 65 años, está enfocada en asuntos domésticos y en una agenda nacionalista de autodeterminación, así como en detener la inversión internacional en la industria petrolera del país.
Los asuntos internacionales han estado principalmente en manos de su canciller, Marcelo Ebrard, quien ya fue despachado hacia Washington para negociar con la administración de Trump.
“López Obrador no quiere involucrarse en esto, pero es imposible evitarlo,” dijo el ex canciller Jorge Castañeda, un crítico del presidente mexicano, quien dice que el jefe de Estado no ha entendido el significado de la relación binacional.
“Las relaciones con Estados Unidos no son un asunto de relaciones exteriores para México, son un asunto doméstico”, agregó.
Cerca de 80% de las exportaciones mexicanas van a Estados Unidos y empresas de ese país representan la gran mayoría de las inversiones extranjeras directas en México. Grupos empresariales y legisladores de Estados Unidos han dicho que los aranceles serían devastadores a ambos lados de la frontera.
El presidente mexicano dijo en su conferencia de prensa de la mañana el viernes que considera que Estados Unidos eventualmente rectificará su posición. Al preguntarle si México adaptaría su política migratoria a los deseos de Trump, dijo que su país ya está enfrentando el problema.
Funcionarios mexicanos han señalado que el país podría responder de manera compensatoria si Washington impone realmente los aranceles, lo que podría significar represalias comerciales hacia estados con grandes concentraciones de votantes de Trump.
Pero algunos dudan que desestimar las provocaciones de Estados Unidos, como ha hecho el presidente mexicano, sea la mejor estrategia.
Agustín Basave, un ex diplomático y exlíder del centroizquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), dijo que México necesita poner de sobre la mesa la cooperación en temas de seguridad, en el combate al narcotráfico y en temas migratorios entre ambos países, para responder a las presiones.
Y buscar una conciliación no tendría sentido dado que incluso si México cerrara por completo su frontera con Guatemala, Estados Unidos exigiría más concesiones, agregó.
Trump dijo este año que cortaría la ayuda de su país a Centroamérica y amenazó con cerrar la frontera con México.
“El va a usar a México como un espantapájaros todo el tiempo y va a incrementar en la medida en que se acerquen las elecciones”, comentó.
México podría enfrentar un shock económico severo si Trump cumple su amenaza de aplicar aranceles graduales desde 5% hasta 25% por ciento a partir del 10 de junio a México, si el país no pone un alto a una reciente ola de migrantes provenientes de Centroamérica hacia la frontera binacional.
La noticia, anunciada el jueves vía Twitter, azotó al peso mexicano y levantó preocupaciones sobre la renuencia del presidente López Obrador para abordar los asuntos internacionales o enfrentar a Trump en su posición hacia la migración ilegal, clave de su política.
Además han surgido temores de que Trump siga atacando a México como herramienta política, dado que busca la reelección el año que viene.
López Obrador, quien asumió el cargo en diciembre, ha tratado de desviar los ataques de Trump insistiendo en que la mejor manera de detener el flujo migratorio es unirse para fomentar el desarrollo en Guatemala, Honduras y El Salvador, de donde provienen la mayor cantidad de migrantes.
Pero el mandatario estadounidense no parece muy convencido con esa idea.
La rutina cotidiana del presidente mexicano, de 65 años, está enfocada en asuntos domésticos y en una agenda nacionalista de autodeterminación, así como en detener la inversión internacional en la industria petrolera del país.
Los asuntos internacionales han estado principalmente en manos de su canciller, Marcelo Ebrard, quien ya fue despachado hacia Washington para negociar con la administración de Trump.
“López Obrador no quiere involucrarse en esto, pero es imposible evitarlo,” dijo el ex canciller Jorge Castañeda, un crítico del presidente mexicano, quien dice que el jefe de Estado no ha entendido el significado de la relación binacional.
“Las relaciones con Estados Unidos no son un asunto de relaciones exteriores para México, son un asunto doméstico”, agregó.
Cerca de 80% de las exportaciones mexicanas van a Estados Unidos y empresas de ese país representan la gran mayoría de las inversiones extranjeras directas en México. Grupos empresariales y legisladores de Estados Unidos han dicho que los aranceles serían devastadores a ambos lados de la frontera.
El presidente mexicano dijo en su conferencia de prensa de la mañana el viernes que considera que Estados Unidos eventualmente rectificará su posición. Al preguntarle si México adaptaría su política migratoria a los deseos de Trump, dijo que su país ya está enfrentando el problema.
Funcionarios mexicanos han señalado que el país podría responder de manera compensatoria si Washington impone realmente los aranceles, lo que podría significar represalias comerciales hacia estados con grandes concentraciones de votantes de Trump.
Pero algunos dudan que desestimar las provocaciones de Estados Unidos, como ha hecho el presidente mexicano, sea la mejor estrategia.
Agustín Basave, un ex diplomático y exlíder del centroizquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), dijo que México necesita poner de sobre la mesa la cooperación en temas de seguridad, en el combate al narcotráfico y en temas migratorios entre ambos países, para responder a las presiones.
Y buscar una conciliación no tendría sentido dado que incluso si México cerrara por completo su frontera con Guatemala, Estados Unidos exigiría más concesiones, agregó.
Trump dijo este año que cortaría la ayuda de su país a Centroamérica y amenazó con cerrar la frontera con México.
“El va a usar a México como un espantapájaros todo el tiempo y va a incrementar en la medida en que se acerquen las elecciones”, comentó.