El largo camino hacia Tariquía

Primero se aseguraba que no tocaba la reserva, luego que apenas el 0,001 del territorio, luego que no era necesaria la consulta previa, luego que ya se había perforado en el pasado y finalmente, parece, que lo que se pretende eliminar es la propia catalogación de Reserva Nacional de Flora y...

EDITORIAL
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Primero se aseguraba que no tocaba la reserva, luego que apenas el 0,001 del territorio, luego que no era necesaria la consulta previa, luego que ya se había perforado en el pasado y finalmente, parece, que lo que se pretende eliminar es la propia catalogación de Reserva Nacional de Flora y Fauna. Cosas del Ministerio de Hidrocarburos y el poder de las petroleras. Por partes.

La Reserva Nacional de Tariquía forma parte de la cadena que llaman los bosques húmedos yungueños o tucumanos – bolivianos y que se extiende por Bolivia y Argentina. En Tarija los límites de la Reserva se extienden sobre todo por Padcaya, Entre Ríos, una parte en Bermejo y una parte carapareña. La mayor parte pertenece a Padcaya. Es cierto que, técnicamente, apenas se pretenden afectar unas 150 hectáreas de las 250.000 que comprende la globalidad de la Reserva. Ahora bien, que sea poco no significa que no tenga impacto ni que no se tengan que cumplir las mínimas condiciones que exige la Ley.

Las Reservas Nacionales en Bolivia se implementaron entre finales de los 80 y mediados de los 90. De esa época data también la Reserva Nacional de Tariquía, constituida en el 89 en los papeles y con mucho esfuerzo después sobre el terreno. Es demagógico, por tanto, que se pretenda dar por válido el argumento de que ya se han hecho trabajos petroleros en el terreno de la Reserva cuando la Reserva ni siquiera se había constituido. Una vez constituida se hicieron trabajos de sísmica, todavía bajo el amparo de la anterior Constitución.

El Ministro Sánchez dijo a principios de abril que la exploración iba y le hizo a Evo Morales asistir como testigo al acto de firma de contratos con Petrobras. Luego, un viernes a finales de abril, dijo que no iba por culpa del rechazo social y que se llevaba la plata a otro lugar. Luego, un lunes a primeros de mayo, apareció su lugarteniente Eduardo Paz, presidente de YPFB Chaco para decir que los contratos firmados no habían sido protocolizados, por lo que lo dicho por Sánchez parecía verosímil. Luego, el viernes de esa misma semana, el mismo protagonista se fue hasta Bermejo a charlar con las comunidades de El Cajón que le autorizaron la intención de perforar, así que borró lo dicho por el Ministro Sánchez. Luego, hasta hoy, no se sabe si los contratos han sido finalmente protocolizados y si las operaciones han empezado.

La cuestión es que se puso serio el asunto de firmar contratos sin hacer consulta previa en un territorio que no es indígena originario, pero sí campesino, y que forma parte de una Reserva, y que, por otro lado, nadie en el Ministerio ha argumentado que no sea necesaria la consulta, sino que esta se hará una vez que se tengan claro los puntos a perforar y alcance real del proyecto. Esta precisión se hizo después de disparar multitud de datos económicos del supuesto beneficio económico que iba a dejar en el lugar.

La última es la denuncia de la pretensión de recategorizar la Reserva de Flora y Fauna, por donde se colaría, de seguro, una mayor permisividad de la actividad petrolera. El pedido de modificar los límites de una Reserva trazada con escuadra y cartabón desde algún lugar de La Paz sin tener en cuenta la orografía ha sido recurrente desde casi su conformación, pero el objetivo siempre ha sido ampliarlos, no reducirlos. Astilleros ingresa en una parte catalogada como nivel 2, de especial protección por las zonas de agua, según el único plan de manejo visado por el Ministerio hasta la fecha, que es de 2004. San Telmo está fuera, podría estar dentro, igualmente está demasiado cerca de las fuentes de agua.
El camino a Tariquía sigue siendo largo y no, no está olvidado.

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