Benítez y la vergonzosa salud boliviana (II)

Si el gobierno boliviano se enroca en una cruzada por intentar salvar la cara en un convenio de reciprocidad con Argentina que no se cumple y que no tiene que ver con este hecho, se estará equivocando

Tal como estaba previsto, pero con un aura de formalidad subida y un notable nerviosismo, el viceministro de Gestión del Sistema Sanitario Álvaro Terrazas y el vicecanciller Freddy Mamani comparecieron conjuntamente para negarlo todo en relación al accidente que le costó la vida al profesor argentino Alejandro Benítez, quien había invertido en venir a recorrer el país en motocicleta junto a un grupo de amigos.

Según Terrazas y Mamani, lo de Ivigarzama fue un choque frontal y no un atropello; sí hubo una “atención” de emergencia, pero que consistió en un traslado al centro de salud del municipio donde se pretendía “estabilizarlo hematoclínicamente” pero que fue imposible porque, efectivamente, en el lugar no hay ninguna cama de Terapia Intensiva ni nada que se le parezca. Según Terrazas y Mamani, por esa imposibilidad de estabilización, no se le trasladó ni a Santa Cruz ni a Cochabamba. Eso sí, a pesar de que Terrazas y Mamani dieron por prácticamente ciertas sus averiguaciones previas, comprometieron una investigación a profundidad sobre lo sucedido, así como las sanciones pertinentes si es que no se ha obrado de acuerdo a los tratados bilaterales y de reciprocidad firmados entre ambos países.

No por esperada la declaración dejó de tener un efecto amargo en el que abundaron las frases genéricas y la autocomplacencia y faltaron las condolencias hacia el fallecido, su familia y cualquier otro mensaje que pudiera tranquilizar a los vecinos de la frontera sur, que son muchos y con los que se comparten importantes lazos culturales e intereses regionales.

A falta de que los ciudadanos argentinos que acompañaron a Benítez brinden mayores detalles sobre lo sucedido, su entorno sigue convencido de que un traslado a una de las dos grandes ciudades podía haber salvado la vida del profesor, pero que no fue posible ni pagando. En ese sentido, hubiera sido valioso que tanto Mamani como Terrazas hubieran dado más precisión sobre las capacidades disponibles en el lugar, pues, aunque se pueda justificar, cuesta creer que un municipio importante como Ivirgazama, con unos 40.000 habitantes y en la ruta más transitada del país no tenga una cama de Terapia Intensiva o que no haya una Ambulancia con capacidad de trasladar a alguien grave tras un accidente tristemente común hasta un lugar donde se le pueda salvar la vida.

Si el gobierno boliviano se enroca en una cruzada por intentar salvar la cara en un convenio de reciprocidad con Argentina que no se cumple ni en Tarija en lugar de hacer autocrítica y empezar a trabajar en serio por cohesionar las capacidades del sistema y unificar los servicios en un verdadero Sistema Único de Salud, se estará equivocando.

La trágica muerte de un ciudadano argentino, a cuya familia desde este diario enviamos todas las condolencias, ha desnudado de nuevo la precariedad de nuestro sistema. Nunca una muerte es útil en sí misma, pero ojalá llame la atención para que esto nunca más vuelva a suceder. Por la dignidad de todos y no por salvar un convenio.

DESTACADO.- Cuesta creer que un municipio importante como Ivirgazama, con unos 40.000 habitantes y en la ruta más transitada del país no tenga una cama de Terapia Intensiva


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