La solvencia de Montes

No todos los indicadores son malos – sube el petróleo y la exportación de gas – pero las facturas por pagar siguen siendo muy elevadas y la autonomía, muy costosa

El 4 de mayo asumió el Gobierno Departamental el licenciado Oscar Montes Barzón, un animal político de nuestro tiempo tres veces consecutivas alcalde de Cercado y siempre activo en la construcción del relato político, crítico con algunas derivas, como la fórmula de la autonomía que se desarrolló en los años de plomo y capaz de concertar por proyectos específicos con quien hiciera falta.

Montes desarrolló siempre su imagen de caudillo bien preparado técnicamente para afrontar los asuntos incluso más allá de lo que los resultados demuestran, lo que le permitió mantener su imagen en el tiempo en que estuvo en segunda fila, que por otro lado fue poco. Montes ha huido de las grandes pugnas políticas de las últimas décadas y se ha dedicado a estar más cerca de los problemas ciudadanos, a los que les ha dado solución, mejor o peor, pero solución.

Saltar a la Gobernación era una especie de dinámica natural en su desarrollo de servidor público después de estar quince años al frente de la Alcaldía de Cercado. No lo materializó en 2015, dándose un impasse para limpiar sus problemas con la justicia, y no lo dudó en 2021, donde se adelantó a cualquier otra candidatura para posicionar la unidad de su lado. Tampoco engañó a nadie: desde el principio asumió quién era y qué representaba, una alianza de los partidos tradicionales de Tarija que han gobernado en los últimos 20 años.

La victoria, con más problemas de los previstos, fue rotunda en la segunda vuelta y desde entonces no ha tenido que esforzarse demasiado en mantener los compromisos de campaña con sus aliados: apostó por un gabinete reducido y por negociar punto por punto cada institución y cada programa de los que se llevan adelante. Montes tiene mucha visibilidad frente a su equipo, pero por el momento no parece pasarle factura.

El contexto pandémico acabó siendo decisivo en una elección donde Montes explotó la figura de seguridad y anhelo de tiempos mejores que recolectó los votos. El mismo contexto sigue igualmente vigente, pero la crisis económica es algo más que una percepción. No todos los indicadores son malos – sube el precio del petróleo y la exportación de volúmenes – pero las facturas por pagar siguen siendo muy elevadas y los programas desarrollados en la autonomía, muy costosos.

Montes y su equipo están haciendo la necesaria tarea de limpiar el terreno para no llevarse ninguna sorpresa posterior, en cualquier caso, urge poner en marcha el equipo para enfocar a Tarija en una vía de desarrollo firme, que en principio es la que han propuesto en campaña.

No se esperan grandes obras para estos años y sí un apoyo más comprometido a las cadenas de valor del departamento, además de resolver problemas enquistados para los que se requiere de la participación de un Gobierno Nacional que todavía no aclara cuales son sus intenciones políticas para con Tarija.

El desafío es grande y la Gobernación está firme en sacarlo adelante, aún con demoras y con calendarios reacomodados. Los contextos son complejos, pero vale la pena enfrentarlos.


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