La UCB, el acoso y la decisión valiente

Tomar decisiones difíciles desde los principios y los valores es la forma de dar cátedra, y no desde el marketing, o el miedo. Sin duda, la UCB sigue siendo ejemplo.

En estos tiempos de oscurantismo, es bueno encontrar un poco de luz después de un proceso justo. Sin duda es una buena noticia para la comunidad estudiantil y familiar de la Universidad Católica Boliviana saber que las denuncias son abordadas con seriedad y que se obra en consecuencia. Es verdad que caben apelaciones, pero en general, el ambiente académico hoy es más sano que hace unos meses.

La mecha la prendió una página de Facebook que destapó algunos casos de abusos y violación que involucraba a estudiantes de la UCB en La Paz y que poco a poco se ha ido perdiendo en el tiempo, salvo el hilo de Tarija, pues varias denuncias apuntaron a un sacerdote diocesano que poco a poco se había hecho fuerte dentro del claustro de la UCB y desde la unidad de Pastoral.

Es verdad que los casos no eran nuevos y que en algún momento del pasado se miró hacia otro lado, pero la valentía de las denunciantes y la oportunidad volvió a poner sobre la mesa un asunto que no es menor y que amenazaba con afectar al prestigio de la universidad privada con más solera del conjunto del país.

No hay que equivocarse en eso, no es la denuncia, ni la publicación de las denuncias, ni hacer seguimiento al caso lo que afecta al buen nombre de la UCB, lo que afecta es tener dentro de la comunidad personas que no representan los valores de la institución

No hay que equivocarse en eso, no es la denuncia, ni la publicación de las denuncias, ni hacer seguimiento al caso lo que afecta al buen nombre de la UCB, lo que afecta es tener dentro de la comunidad personas que no representan los valores de la institución. Y mucho más, a sabiendas de ello, socaparlo y mirar hacia otro lado.

Lamentablemente, esa es la actitud en la mayor parte de instituciones afectadas por escándalos similares en todo el país, e incluso en el mundo. La Iglesia Católica ha tenido que pedir perdón por cómo ha manejado las denuncias de pederastia durante décadas, y ahí están partidos políticos, instituciones jerárquicas, clubes deportivos, cuerpos policiales y militares escondiendo bajo la mesa una y otra vez temas similares, especialmente si la víctima es una mujer.

Muchas de las víctimas abandonan en el proceso, especialmente cuando se trata de casos de abusos o de acoso, donde prácticamente se trata de la palabra de unos contra la de otros, y donde la institución que se cree afectada por el escándalo y no por la vergüenza que supone proteger a personajes de esta calaña, ejerce un poder estructural que acaba por corromperlo todo.

Por eso es valiosa la acción y la decisión de la Universidad Católica Boliviana de alejar a su sacerdote – docente al margen del proceso penal correspondiente luego de haber escuchado y dado todas las oportunidades. Es la forma de avanzar con la cabeza alta, la que manda mensajes claros a la comunidad universitaria en un momento de dificultades para todos, pero que en ningún caso pueden convertirse en situaciones de vulnerabilidad o de justificación del poder.

Tomar decisiones difíciles desde los principios y los valores es la forma de dar cátedra, y no desde el marketing, o el miedo. Sin duda, la UCB sigue siendo ejemplo.


Más del autor
Las ranas pidiendo rey
Las ranas pidiendo rey
Tema del día
Tema del día
Evo, la justicia y la política
Evo, la justicia y la política