El dinero de la petroquímica y los “malos negocios”
La petroquímica con gas tal vez no sea la más eficiente del mundo, pero bien que la utilizan en Campo Durán, Argentina, que durante años la ha recibido gratuitamente y también Brasil, en sus complejos del oeste, y por cuya materia prima entregada entre 2007 y 2014 pagó 450 millones de dólares
De entre todas las estrategias que los aliados de Jeanine Áñez y responsables del Ministerio de Hidrocarburos: Víctor Hugo Zamora, Amado Montes Barzón, Óscar Montes Barzón, Wilman Cardozo y otros podían haber pergeñado para justificar la entrega de la inversión prevista en la petroquímica de Tarija a los proyectos agroindustriales cambas y otras ocurrencias de empleo intensivo, han optado por la más riesgosa: Mentir.
Por alguna extraña razón, los nuevos “guerreros digitales” instruidos por las nuevas altas autoridades coparon las redes asegurando que “es mentira” que se pretendan utilizar los fondos de la petroquímica en el programa de reactivación económica que el Gobierno ha organizado de “urgencia”, pero que cuenta con más carga ideológica que coyuntural y, entre otras cosas, depende de negociaciones demasiado morosas como para considerarse urgente.
El Ministro de Hidrocarburos tarijeño, Víctor Hugo Zamora debe dar un paso al frente y explicar qué decisión se ha tomado y por qué se ha permitido que Tarija se quede sin una inversión de más de 13.000 millones de bolivianos
La estrategia organizada por las cúpulas muestra el total desdén por sus bases, por sus gentes, por sus seguidores, pues los han mandado a defender una mentira sin pies ni cabeza que hace quedar intelectualmente mal a los que repiten y repiten sin preocuparse siquiera en leer. No solo el Ministro Óscar Ortiz, adalid del plan, lo explicitó en su presentación, sino que ha quedado negro sobre blanco en el decreto 4272, donde en su artículo 99 hace referencia a los 13.880.328.000 bolivianos del crédito del BCB con respaldo en las RIN contemplado en la Ley 742 y que ahora pretende utilizar en gasto corriente y subvenciones.
Resulta bastante increíble que a estas alturas de la vida se siga discutiendo sobre la necesidad de viabilizar la industrialización con impulso estatal, tal como han hecho todos los países hoy desarrollados y lo siguen haciendo: la UE acaba de nacionalizar Lufthansa, EEUU salvó 2008 tras nacionalizar General Motors y ni qué decir lo que ha pasado en los países industrializados respecto a la pandemia en comparación con los otros. En cualquier caso, lo que no se puede hacer es mentir.
El Ministro de Hidrocarburos tarijeño, Víctor Hugo Zamora debe dar un paso al frente y explicar qué decisión se ha tomado y por qué se ha permitido que Tarija se quede sin una inversión de más de 13.000 millones de bolivianos sin siquiera buscar un mínimo consenso con los actores locales.
La petroquímica con gas tal vez no sea la más eficiente del mundo, pero bien que la utilizan en Campo Durán, Argentina, que durante años la ha recibido gratuitamente y enviado al poliducto de Rosario, y también Brasil en sus complejos al oeste y por cuya materia prima entregada entre 2007 y 2014 pagó 450 millones de dólares. ¿Quién puede decir entonces que el negocio es ruinoso? ¿Cómo alguien puede defender el negocio de la exportación ahora que los vecinos tienen sus mercados copados por proyectos propios como el Presal y Vaca Muerta?
Es evidente que en Bolivia y en Tarija hay gente que no quiere que el país progrese. Gente que vive cómoda en su status quo. En cualquier caso, lo bueno sería que aquellos no se acerquen a los lugares donde se toman las decisiones.
