Un Carnaval sin excesos

Con la llegada del Jueves de Compadres, el Carnaval en Tarija entra en sus jornadas “decisivas”. Una especie de gran previa antes de que la semana que viene, con el Jueves de Comadres, se entre en la recta final que culminará con los entierros del diablo y el Carnaval de Integración el...

Con la llegada del Jueves de Compadres, el Carnaval en Tarija entra en sus jornadas “decisivas”. Una especie de gran previa antes de que la semana que viene, con el Jueves de Comadres, se entre en la recta final que culminará con los entierros del diablo y el Carnaval de Integración el místico día del 29 de febrero.

La tradición festiva de los jueves previos en Tarija está contemplada en documentos y libros históricos de lo más insospechados, y se encuentran referencias desde antes de la Guerra del Chaco, aunque no hay duda de que es en estas últimas décadas cuando el festejo ha ido tomando su forma definitiva, blindando los rituales e incluso las formas de hacer.
El Carnaval Chapaco 2020 vuelve a poner a prueba la capacidad tarijeña de abrir sus brazos y mostrar lo mejor que tenemos, a lo que se le debe sumar un compromiso con la vida.
La ubicación es lo de menos, por mucho que cambie el lugar el espíritu siempre es el mismo: compartir con los amigos un buen rato en una jornada veraniega, solidificar unos lazos de amistad que pasan a formar parte de una especie de familia ampliada y básicamente, divertirse.

La fama del festejo ha ido creciendo y se ha extendido por todo el país, que siempre ha tenido una suerte de atención exótica sobre lo que pasa al sur, desde dónde nos miran con cierta intriga por la capacidad innata y genuina de pasarlo bien. Aunque en la imitación se han empezado a confundir algunos términos.

El Jueves de Compadres no es una “chupa” al uso, no es un momento para sentarse en una mesa hasta quedar “palanca”, no es un momento para exacerbar la masculinidad, ni de ventilar viejas rencillas. No es momento para lamentos ni lágrimas, porque en el intercambio de tortas no se justifica el pasado en la que dos personas se han encontrado, sino que proyecta un futuro acompañado.

El Gobierno Municipal se la ha jugado con su campaña de promoción asegurando que en Tarija se vive “el Carnaval más seguro de Bolivia” exhibiendo las camaritas de seguridad como justificación de semejante afirmación. No hay duda de que es un mensaje comercialmente interesante, pero que exige de un enorme compromiso de la ciudadanía para hacerlo realidad.

En una ciudad que ha crecido a pasos agigantados, mantener sus esencias de familiaridad de antaño es sin duda un desafío de alto nivel, pero no es un imposible. Lograr que todos los vecinos se sientan parte de una u otra manera de los festejos carnavaleros es posible a poco que se diversifique el programa de actos, lo que no implica modificar las convenciones culturales.

El Carnaval Chapaco 2020 vuelve a poner a prueba la capacidad tarijeña de abrir sus brazos y mostrar lo mejor que tenemos, a lo que se le debe sumar un compromiso con la vida. Accidentes de tránsito, peleas, agresiones sexuales y otros actos violentos que lamentablemente cada año se registran empañan frecuentemente los festejos.

Esperemos que este 2020 sea un año diferente, en el que cada uno se comprometa con la vida y su respeto, cumpla las normas, no se exceda con el alcohol y aporte con lo mejor para darle cada vez mayor esplendor a unos festejos únicos en los que precisamente, lo mejor, es su gente.

 

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