Terremotos varios en la Justicia tarijeña

Si el riesgo de terremoto tuviera que ver con la acumulación de movimientos sísmicos de alta intensidad, los tribunales de Justicia en Tarija estarían muy cerca de la explosión máxima, pero los expertos aseguran que no depende solo de eso, sino de otros factores. En cualquier caso, todo...

Si el riesgo de terremoto tuviera que ver con la acumulación de movimientos sísmicos de alta intensidad, los tribunales de Justicia en Tarija estarían muy cerca de la explosión máxima, pero los expertos aseguran que no depende solo de eso, sino de otros factores. En cualquier caso, todo puede pasar en el departamento.

El último movimiento sísmico tiene origen en Villa Montes, desde donde ha renunciado al cargo asignado de Fiscal de Materia Gilbert Muñoz, tras una meteórica carrera de quince años en los que ha sido poderoso Fiscal Anticorrupción en la época del Gobernador Mario Cossío y desde 2013 Fiscal Departamental hasta enero del año pasado, cuando fue “ascendido” a Fiscal Superior en Sucre, donde la función – pese al nombre – es mucho más gris. Muñoz dirige su carta al Fiscal General Juan Lanchipa y no a quien le posesionó, el fiscal Departamental Aimoré Álvarez, y expresa como motivo la entrega de una oficina incompleta y el desigual reparto de cargas. Por el momento asume vacaciones.

El doctor Aimoré Álvarez fue precisamente el primero de los movimientos tectónicos que generó inestabilidades en la Tarija autonómica desde hacía años. Un Fiscal Departamental llegado desde otro lugar, con experiencia en la Procuraduría, sin “familia” tarijeña y al servicio sin más ataduras que de la Justicia y del Fiscal General, algo que no ha gustado a muchos actores que sí tienen familia desde hace tiempo en Tarija.

Los movimientos se han consumado esta semana, aunque se venían percibiendo. El lunes trascendió el nombramiento de la nueva Representante del Consejo de la Magistratura en Tarija y el miércoles del nombramiento de dos vocales del Tribunal Constitucional en los departamentos, un cargo inédito que viene a ejercer una especie de tutoría sobre las salas del Tribunal Departamental de Justicia que resuelven amparos constitucionales.

En el Consejo de la Magistratura apareció Sandra Gutiérrez, una institución en los estrados pero sobre todo, en los cargos vinculados a la política. Desde la Fiscalía saltó a la secretaría de Justicia con Lino Condori, desde donde se fue a La Paz primero como viceministra de Defensa del Consumidor, luego como Ministra de Justicia. En su retorno ha trabajado para José Quecaña y en la FAM. Su nombramiento en la Magistratura ha sido cuestionada por la cantidad de casos pendientes que tiene por ejemplo Lino Condori.

Entre los vocales para las salas nombrados por el TCP se encuentran Félix Mur y Heidy Calderón. El primero ilustre miembro del TDJ tarijeño que desde que lo dejó para ser candidato al Supremo y perdió se había reacomodado en la Procuraduría Departamental. La segunda controvertida ex funcionaria de Mario Cossío que acabó presidiendo el TDJ en tiempos de Lino Condori y cuyo rol fue siempre cuestionado por el bloque autonomista.

Todo esto sin contar lo que ha provocado el encarcelamiento de la exfiscal María Cristina Mendoza por un caso de drogas, madre a su vez de la también exfiscal Grushenka Romero, apartada desde que se le “escapó” el hermano de Mario Cossío, sentenciado por corrupción.

Más allá de los terremotos, lo cierto es que se viene configurando un escenario de pelea en los estrados judiciales no solo entre en oficialismo y oposición, sino entre la difíciles familias del MAS en Tarija y su pléyade de aliados y apegados. Los cambios, necesariamente deben ser para bien y el optimismo es un valor importante. Ojalá sean todos para bien de los tarijeños.

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