Los “chupaenergía”

Es normal tener días buenos y no tan buenos. Sin embargo a veces caemos en bajones de energía muy grandes. Curiosamente la mayor parte de las veces no nos damos cuenta hasta que estamos ya muy agotados. Pero lo bueno es que si detectamos a estos “ladrones de energía” podemos ponerles...

Es normal tener días buenos y no tan buenos. Sin embargo a veces caemos en bajones de energía muy grandes. Curiosamente la mayor parte de las veces no nos damos cuenta hasta que estamos ya muy agotados. Pero lo bueno es que si detectamos a estos “ladrones de energía” podemos ponerles freno, equilibrar la balanza y recuperar nuestra luz nuevamente.

Preocuparme en lugar de ocuparme
Darle vueltas a las cosas consume una gran cantidad de energía. Pero ojo, preocuparse no es malo, el problema llega cuando dedicamos demasiado tiempo a ello.
Hacer varias cosas a la vez

A veces nos ponemos con varias cosas a la vez: escribir un correo, rellenar datos en un excel, contestar un mensaje en el teléfono, nos acordamos de otra cosa y la sumamos a la lista. Procura hacer una cosa a la vez concentrándote en lo que estás haciendo y no saltar.
Los distractores

Relacionado con lo anterior, muchas veces son distractores los que atraen nuestra atención, desviándola constantemente. Emails, el móvil, redes sociales. etc.

No acabar lo que empezamos
Además de la multitarea, a veces puede pasar que empezamos una cosa, luego nos ponemos con otra, luego otras tres. Intenta empezar y acabar una cosa antes de pasar a la siguiente.

El desorden
La desorganización nos roba mucha energía, e incluso es uno de los motivos que nos impiden avanzar y acabar lo que empezamos. Es importante el orden.
Autopresión y prisa

A veces tenemos tantas cosas que hacer que estamos todo el día diciéndonos a nosotros mismos “Tengo que hacer…”, “Tengo que ir…” No hay hábito más “chupaenergía” que estar repitiéndonos “tengo que…” todo el día.

Quedarme en la queja
La frustración, que haya cosas que salgan mal, o que pasen cosas malas, es inevitable. Es normal que en determinadas situaciones nos sintamos frustrados. Pero tal como comentamos con las preocupaciones, el problema surge cuando nos quedamos encallados en la queja.

No darme cuenta de cuándo tirar la toalla
En algunas ocasiones lo que nos desgasta es que estamos librando una lucha inútil, desgastándonos en algo que no podemos cambiar. Es importante no darnos contra un muro una y otra vez y darnos cuenta cuándo llega el momento de tirar la toalla.

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