´Déjà vu o volvimos a los 90s

El miércoles, el gobierno envió a la Asamblea Legislativa Plurinacional el proyecto de “perdonazo tributario”, llamado en este caso Ley de Regularización, para su discusión y aprobación. La noticia ha resultado todo un déjà vu, esa sensación de haber experimentado algo antes. Es que...

El miércoles, el gobierno envió a la Asamblea Legislativa Plurinacional el proyecto de “perdonazo tributario”, llamado en este caso Ley de Regularización, para su discusión y aprobación. La noticia ha resultado todo un déjà vu, esa sensación de haber experimentado algo antes.
Es que los pedidos de perdonazos tributarios y de reprogramación de pagos deudas bancarias eran recurrentes en la década de los noventa y principios del nuevo milenio. Incluso durante el segundo gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada se aprobó un perdonazo que beneficiaba también (mejor dicho sobre todo) a las transnacionales.
El caso es que el déjà vu se refiere tanto al perdonazo tributario como al dato de la discordia: el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB).
En los neoliberales años noventa, el PIB crecía a tasas superiores al 4,5%. Por ejemplo, en 1991 creció en 5,27%. El año 1998 creció en 5,03%. En promedio, según datos del INE y UDAPE, la tasa promedio de crecimiento anual del PIB en el periodo 1993-1998 fue de 4.66%, y en los años 1997 y 1998 llegó al 5%.
El paralelismo es preocupante. En los años del proceso de cambio, el PIB también crece a tasas elogiadas por el Banco Mundial y el FMI. En lo que va de esta década, el promedio supera el 4,5% (detonante del doble aguinaldo), salvo los años 2016 y 2017. Y se ha anunciado, incluso antes de contar con datos oficiales, que este año se tendrá un crecimiento superior al 4,5% nuevamente.
Y poco después de anunciarse que es “casi segurísimo” el pago del segundo aguinaldo para este año, y tras las quejas y amenazas de sectores empresariales y microempresariales de no poder pagar esta carga, el gobierno salió al paso con el perdonazo tributario.
Dicen que la moda es cíclica, y que la economía también. Pues parece que hemos vuelto a los años noventa. El PIB crece, se anuncian perdonazos tributarios.
Muchos analistas se han apresurado en sospechar que el gobierno, lo que busca con esa medida, lograr una recaudación rápida de recursos para seguir financiando su modelo. Otros celebran que 80 mil deudores tengan la oportunidad de librarse de las multas e intereses.
De hecho, liberar al contribuyente de lo que ya raya en extorsión tributaria es algo bueno para ciudadanos y empresarios. Pero si hay seriedad en esto, el gobierno necesita replantear todo el sistema impositivo, así como su enfoque de incentivos, y su política en general.
Y es que mientras beneficia a transnacionales petroleras con incentivos que en varios años no han dado beneficios, se beneficia a constructoras extranjeras con millonarios contratos estatales, se beneficia a la agroindustria depredadora con legalización de desmontes y perdonazos al no cumplimiento de la función económica social de la tierra, y un largo etcétera, se castiga a la empresa nacional con alta presión tributaria, dobles aguinaldos, exclusión de contratos importantes… y como migaja se ofrece este perdonazo tributario.
Identificar el verdadero enemigo es un paso que aún no se ha dado. El déjà vu actual se debe a que seguimos mentalmente colonizados, y por eso las políticas de Evo siguen siendo tan noventeras como las Spice Girls, Mercurio o Fey. Casi solo falta privatizar.

Más del autor
El olvido de la nacionalización
El olvido de la nacionalización
Tema del día
Tema del día
Para comprender el valor
Para comprender el valor