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La intervención de Setar y las manos de Cardozo

Servicios Eléctricos de Tarija (Setar) tiene algunas posibilidades de salvarse. Incluso de convertirse en una empresa más o menos rentable en el departamento de Tarija. Es un monopolio y ningún monopolio puede tener pérdidas, salvo, obviamente, los que se manejan desde la política, con...

Servicios Eléctricos de Tarija (Setar) tiene algunas posibilidades de salvarse. Incluso de convertirse en una empresa más o menos rentable en el departamento de Tarija. Es un monopolio y ningún monopolio puede tener pérdidas, salvo, obviamente, los que se manejan desde la política, con intencionalidad política y con conocimiento y aprobación social. Wilman Cardozo, el asambleísta aliado estratégico de Adrián Oliva, y referencia en la gestión de esa empresa pese a su insistencia en la negación, debería tomar buena nota de ello, pues no es el caso de Setar

Setar es la mayor empresa por volumen de facturación del departamento, más de 35 millones de dólares en las seis provincias. Setar es también una de las empresas que más puestos de trabajo ofrece. Desde administrativos hasta técnicos, pasando por choferes, limpiadoras. Múltiples opciones en todas las provincias.

Cada cierto tiempo, los operadores del Movimiento Al Socialismo (MAS) agitan las banderas de la intervención. Setar reúne las condiciones para convertir su crisis en un clamor. Lo padecen todos los sectores sociales, desde los más ricos hasta los más pobres, pero estos con especial dolor. El mal servicio de Setar se siente especialmente en las provincias y en las áreas rurales de Cercado, pero no hay barrio que se salve.

El problema de Setar es estructural, años de olvido y de esquilma han pasado factura. Infraestructura obsoleta sin posibilidades de ser renovada en lo sustancial y soluciones – parche, sobre todo para los sistemas aislados son los grandes déficit de una empresa que lo que requiere no es más gente haciéndose el sabio, ni el pendejo, sino una importante inversión de capital que permita blindar el servicio.

Una intervención debería llegar, evidentemente, con el maletín de la inversión debajo del brazo. Esa parece ser la causa por la que el debate se abre y se cierra periódicamente, junto a los intereses particulares de unos cuantos, tal vez menos cercanos al Ministro responsable de hoy que al de antes.

Que la intervención no llegue a materializarse no quiere decir que los tarijeños deban conformarse con un servicio mediocre para el resto de sus días. Es necesario que la empresa pública funcione con criterios de eficiencia y excelencia, que se tracen objetivos ambiciosos para prestar buen servicio y para que los ciudadanos puedan estar satisfechos de la empresa tarijeña.

Luego de la espantada del analista Boris Gómez Úzqueda, que asumió fugazmente la secretaría de Hidrocarburos sin saber muy bien que quería hacer con ella, llegó a sentarse a los mandos Freddy Castrillo, manchado encima por un turbio asunto de vales regalo de combustible a nombre de Setar cuando era asambleísta, igual que Cardozo.

Castrillo es de los pocos aliados de Cardozo que todavía le guardan lealtad. El tiempo se acaba y Setar sigue siendo esencialmente la misma, una empresa impredecible con centenares de licitaciones chiquitas al año, ilimitadas compras directas y en la que todo, cualquier trámite, cualquier urgencia, cuesta mucho. Demasiado.

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