¿Y en qué anda la certificación de reservas de gas?
Son ya más de 4 meses desde que se adjudicó la certificación de reservas de gas a la canadiense Sproule (2 de febrero), cuyo plazo de entrega de informe final era de 90 días a partir de la orden de proceder. Como es ya costumbre en el sector, no existe información al respecto, por lo que...
Son ya más de 4 meses desde que se adjudicó la certificación de reservas de gas a la canadiense Sproule (2 de febrero), cuyo plazo de entrega de informe final era de 90 días a partir de la orden de proceder.
Como es ya costumbre en el sector, no existe información al respecto, por lo que solo cabe hacer suposiciones. O la orden de proceder se ha dado más de un mes después de adjudicado el contrato, o ya hay un considerable retraso en la presentación del informe final (incluso mayor a los 15 días adicionales establecidos en el cronograma), o el informe yace silenciosamente en manos de YPFB y del Ministerio de Hidrocarburos.
Dado que la certificación es una urgencia para las autoridades –al menos en teoría, dada su importancia para poder planificar el sector y negociar contratos de exportación, etc.- cabría suponer que la orden de proceder fue emitida máximo hasta fines de febrero.
De ser así la certificadora habría presentado su informe preliminar en abril pasado y el informe final debería estar aprobado a finales de junio. Desde el Ministerio la información es nula, incompleta o confusa.
El 22 de abril, en nota de prensa del propio Ministerio, la autoridad del sector, Luis Alberto Sánchez, afirmaba que Sproule revelaría “en los próximos meses” el dato de las reservas existentes. En otra nota de prensa del Ministerio, del 18 de mayo, el ministro afirmaba que las reservas “serán certificadas en las próximas semanas”.
En ambas ocasiones, Sánchez adelantaba su certeza de que las reservas estarían “en el orden de las mismas que hemos certificado el año 2013, vale decir 10,45 TCF´s de reservas”. Esto en medio de denuncias de la oposición de que las reservas serían menores, poniendo en riesgo los contratos de exportación y los postergados proyectos industrializadores.
La susceptibilidad al retraso en la presentación de los informes de Sproule ha ido en aumento debido a ciertos antecedentes en anteriores certificaciones de reservas de gas, particularmente la del año 2009.
Dicha certificación, a cargo de Ryder Scott (otra empresa canadiense), en su informe preliminar certificó un volumen de reservas probadas de 8,35 TCF’s. YPFB hizo público el informe final recién ocho meses después de haber sido presentado por la empresa, con correcciones y enmiendas, incrementando las reservas a 9,94 TCF’s, es decir, con una subida del 19%, algo calificado como “sorpresivo” por analistas críticos del gobierno.
¿Será que el informe preliminar ya está en manos de las autoridades? ¿Será que el informe final también? ¿Habrán datos que están siendo corregidos y enmendados en esta ocasión también? La ausencia de información oficial impide acallar los rumores y chismes.
En todo caso, el gobierno debería explicar el estado de situación de la certificación, ya que los Términos de Referencias elaborados para el trabajo de certificación de Sproule establecen que ésta se hará con base en la información que les proporciona YPFB que, a su vez, le es proporcionada por las petroleras. No contemplan ningún trabajo de campo.
Por estas razones, los retrasos son difíciles de justificar y fáciles de “malinterpretar”. Veremos lo que deparan “las próximas semanas” o “los próximos meses”.
Como es ya costumbre en el sector, no existe información al respecto, por lo que solo cabe hacer suposiciones. O la orden de proceder se ha dado más de un mes después de adjudicado el contrato, o ya hay un considerable retraso en la presentación del informe final (incluso mayor a los 15 días adicionales establecidos en el cronograma), o el informe yace silenciosamente en manos de YPFB y del Ministerio de Hidrocarburos.
Dado que la certificación es una urgencia para las autoridades –al menos en teoría, dada su importancia para poder planificar el sector y negociar contratos de exportación, etc.- cabría suponer que la orden de proceder fue emitida máximo hasta fines de febrero.
De ser así la certificadora habría presentado su informe preliminar en abril pasado y el informe final debería estar aprobado a finales de junio. Desde el Ministerio la información es nula, incompleta o confusa.
El 22 de abril, en nota de prensa del propio Ministerio, la autoridad del sector, Luis Alberto Sánchez, afirmaba que Sproule revelaría “en los próximos meses” el dato de las reservas existentes. En otra nota de prensa del Ministerio, del 18 de mayo, el ministro afirmaba que las reservas “serán certificadas en las próximas semanas”.
En ambas ocasiones, Sánchez adelantaba su certeza de que las reservas estarían “en el orden de las mismas que hemos certificado el año 2013, vale decir 10,45 TCF´s de reservas”. Esto en medio de denuncias de la oposición de que las reservas serían menores, poniendo en riesgo los contratos de exportación y los postergados proyectos industrializadores.
La susceptibilidad al retraso en la presentación de los informes de Sproule ha ido en aumento debido a ciertos antecedentes en anteriores certificaciones de reservas de gas, particularmente la del año 2009.
Dicha certificación, a cargo de Ryder Scott (otra empresa canadiense), en su informe preliminar certificó un volumen de reservas probadas de 8,35 TCF’s. YPFB hizo público el informe final recién ocho meses después de haber sido presentado por la empresa, con correcciones y enmiendas, incrementando las reservas a 9,94 TCF’s, es decir, con una subida del 19%, algo calificado como “sorpresivo” por analistas críticos del gobierno.
¿Será que el informe preliminar ya está en manos de las autoridades? ¿Será que el informe final también? ¿Habrán datos que están siendo corregidos y enmendados en esta ocasión también? La ausencia de información oficial impide acallar los rumores y chismes.
En todo caso, el gobierno debería explicar el estado de situación de la certificación, ya que los Términos de Referencias elaborados para el trabajo de certificación de Sproule establecen que ésta se hará con base en la información que les proporciona YPFB que, a su vez, le es proporcionada por las petroleras. No contemplan ningún trabajo de campo.
Por estas razones, los retrasos son difíciles de justificar y fáciles de “malinterpretar”. Veremos lo que deparan “las próximas semanas” o “los próximos meses”.