Juegos Odesur, más allá del deporte

Desde el sábado se lleva adelante en Cochabamba una competencia singular de valor olímpico. Los juegos de la Organización Deportiva Sudamericana (Odesur), creada en 1976 para promocionar el olimpismo en el continente, tiene rango de competición olímpica aunque se encuentra un escalón por...

Desde el sábado se lleva adelante en Cochabamba una competencia singular de valor olímpico. Los juegos de la Organización Deportiva Sudamericana (Odesur), creada en 1976 para promocionar el olimpismo en el continente, tiene rango de competición olímpica aunque se encuentra un escalón por debajo de los Panamericanos, que viene a ser la gran cita en la que se registran marcas importantes para participar en los Olimpiadas. En los juegos de Cochabamba participarán 4.013 atletas de 14 países y disputarán entre este sábado y el 8 de junio 1.222 medallas en 35 disciplinas diferentes.

Para Bolivia ha supuesto un desafío internacional importante luego de décadas de desaparición de escenarios semejantes. El último referente semejante sería tal vez la Copa América del 97, aunque dista mucho por el número de participantes. Responder como país a un desafío de estas características contribuye sin duda a reafirmar el orgullo patrio y a desterrar esa especie de derrotismo que nos acompaña.

Los meses previos a la inauguración no se han diferenciado prácticamente nada de lo que suele suceder en las grandes citas deportivas. Los correteos para acabar las infraestructuras se dieron en el Mundial de Sudáfrica y en los Juegos de Beijing, en los de Londres y en los de Río y se ha convertido en un clásico.

Los escándalos por la adjudicación de contratos a dedo y los cuestionamientos sobre la utilidad de las infraestructuras, etc, convulsionó en su momento Brasil y destapó una enorme red de corrupción y clientelismo en la FIFA que a punto estuvo de quebrarlo todo y finalmente no quebró nada. El juego debe continuar.

Algo así ha pasado también en Bolivia donde se ha llegado con la lengua fuera, pero en orden al día de la inauguración donde ha tenido lugar otro clásico: la mezcla de lo deportivo y la política. Es curioso observar a voceros acreditados del Movimiento Al Socialismo, habituados a politizarlo todo, ensayar argumentos de coacción a la expresión política. Que el Ministro Carlos Romero, encargado de la Policía que se dedicó a reprimir las manifestaciones, diga que “no es el momento y diga que no es el escenario” y que hay normas internacionales, como si no le hubieran pitado atronadoramente a Michel Temer en la clausura de los Juegos Olímpicos de Río o no se hubiera convertido en un ritual silbar el himno de España cada vez que el Barcelona juega la final, es simplemente faltar a la verdad.

Con todo, lo especialmente grave es lo que está pasando con los deportistas. Todos nuestros titanes son conscientes de sus limitaciones y de las limitaciones de un país con limitaciones, a la cola del continente por mucho que sus gobernantes se empeñen en mostrar los datos que les convienen, como el de crecimiento, sin hablar del tamaño real del PIB, cuarto por la cola, o los paupérrimos índices de inversión en salud, educación y ni que decir, en deportes. Solo por eso ya son héroes al participar.

Lo que no es normal es que hayas accedido a la organización de unos Juegos Odesur, con lo que eso reporta no en visibilidad ni en turismo, sino en recalificación de terrenos, especulación urbanística, etc, y no se haya previsto en serio un programa de largo plazo para potenciar deportistas de élite. Los juegos, por si acaso, se adjudicaron en 2013 y no en 2017. Valeria Quispe, para entonces, apuntaba maneras, pero apenas había empezado a ganar. Su crecimiento deportivo ha dependido en este tiempo, esencialmente, de ella misma.

Lo más intolerable de todo es que el Ministro de Deportes, Tito Montaño, en la previa a la inauguración, defenestre a los deportistas bolivianos, diga que “la mayoría no son competitivos” sin movérsele un pelo y siga en el cargo.
En la primera edición de los Odesur Bolivia sumó 20 medallas. Entonces no había Ministerio del Deporte.

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