2017: Desempleo y descontento social en aumento, afirma la OIT
El índice de malestar social, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), cuyo objetivo es “vincular el malestar expresado con la situación socioeconómica de los países”, muestra que el malestar social mundial promedio aumentó entre 2015 y 2016.



“De hecho”, afirma un reciente informe de la organización, “entre 2015 y 2016, ocho de once regiones registraron incrementos en la medida del malestar social”, sobre todo, los Estados Árabes.Asimismo, tanto el descontento con la situación social como la falta de oportunidades de empleo decente están entre los factores que influyen en la decisión de las personas de migrar. Entre 2009 y 2016, la proporción de población en edad de trabajar dispuesta a emigrar al extranjero de forma permanente aumentó en todas las regiones del mundo, a excepción de Asia Meridional y Asia Sudoriental y el Pacífico. “Durante este periodo, América Latina y el Caribe y los Estados Árabes registraron los aumentos más marcados”. A nivel mundial, África Subsahariana fue la región que registró la proporción más alta de personas dispuestas a trasladarse al extranjero (32%), seguida de cerca por América Latina y el Caribe y África del Norte (más del 30% y del 27%, respectivamente).
Desempleo y precariedad en países subdesarrollados y emergentesSegún proyecciones de la OIT, este año 2017 habrá 3,4 millones de nuevos desempleados en todo el mundo, lo que equivale a decir que la tasa de desempleo mundial registrará un aumento leve, pasando del 5,7% en 2016 al 5,8% en 2017. Con esto, el número total de personas desempleadas en el mundo en 2017 superará las 201 millones. Y si bien se proyecta que la tasa de desempleo mundial se mantendrá relativamente estable en 2018, “el ritmo de crecimiento de la mano de obra (es decir, de aquellos que buscan empleo) rebasará la creación de empleo, por lo cual 2,7 millones de personas más estarán en situación de desempleo en todo el mundo”.La razón de este incremento en los niveles y tasas de desempleo es “el deterioro de las condiciones del mercado de trabajo en los países emergentes”, como efecto de las recesiones que tuvieron lugar en 2016 y que seguirán afectando a los mercados de trabajo en 2017. “La situación en América Latina y el Caribe genera particular preocupación, pues se proyecta que la tasa de desempleo aumentará 0,3 puntos porcentuales en 2017 hasta alcanzar el 8,4%”, indica el informe de la OIT, sobre todo “debido al incremento del desempleo en el Brasil”.En general en los países en desarrollo la tendencia observada es que los niveles de desempleo se incrementen este año, en 450.000 personas más, y que las tasas de desempleo ronden el 5,5% en 2017 y 2018. El problema adicional es que “en muchos países emergentes y en desarrollo predomina el empleo de poca calidad crónico, es decir, elevadas proporciones de trabajadores por cuenta propia y trabajadores familiares no remunerados (ambas categorías se consideran formas vulnerables de empleo) y de trabajadores pobres”.
Países desarrolladosA diferencia de lo que ocurre en los países en desarrollo y emergentes, la OIT prevé que en 2017 el desempleo se reduzca levemente (670.000 personas menos) y que la tasa pase del 6,3% (2016) al 6,2% este año. Según las proyecciones, en Europa (sobre todo en Europa Septentrional, Meridional y Occidental) los niveles y las tasas de desempleo seguirán disminuyendo. Sin embargo, “se espera que el ritmo de esta mejora se reduzca, y hay señales de que el desempleo estructural está empeorando. Lo mismo puede decirse del Canadá y los Estados Unidos”, agrega el informe.Por ejemplo, tanto en Europa como en América del Norte se siguen registrando elevados niveles de “desempleo de larga duración” en comparación con los niveles observados antes de la crisis. El desempleo de larga duración es aquél en el que las personas están desempleadas y buscando trabajo durante 12 meses o más. Según la OIT, en Europa este indicador aumentó recientemente, pese a la disminución de la tasa de desempleo: En la UE-28, la proporción de personas en esta situación de desempleo alcanzó el 47,8% durante el segundo trimestre de 2016, mientras que en el mismo trimestre de 2012 este indicador se situaba en el 44,5%. Más aun, en el segundo trimestre de 2016, más de dos tercios de este grupo (6 millones de personas) estaban en situación de desempleo desde hacía más de dos años.
Limitaciones estructurales La OIT observa que varias de las dinámicas recientes del mercado de trabajo reflejan factores cíclicos y estructurales (por ejemplo, el reducido crecimiento de la productividad y la desigualdad de ingresos creciente) que podrían provocar un estancamiento temporal, y si éste se intensificara, en los próximos dos años habrá 1 millón más de personas que podrían entrar en situación de desempleo en todo el mundo. Y aunque los países emergentes y en desarrollo “se beneficiarían inicialmente de mayores entradas de capital, acabarían por padecer los efectos secundarios de la disminución del comercio y la inversión”.Por ello, la organización sugiere aplicar políticas de estímulos fiscales (un incre¬mento de la inversión pública) tomando en cuenta el margen fiscal de cada país, pues esto “impulsaría inmediatamente la economía mundial”. Esta medida podría reducir el desempleo mundial en 0,7 millones en 2017 y en 1,9 millones para 2018, según estima la OIT. A mediano plazo, estos esfuerzos “podrían apaciguar los miedos de un crecimiento reducido y, por lo mismo, incrementar la demanda de inversión”.