Países en desarrollo copian el error consumista de EEUU
“Una de las grandes ventajas de ser un país latinoamericano o asiático era –contrario a lo que se suele pensar- la falta de crédito disponible para la mayoría de los ciudadanos. El sistema bancario,



digamos en Brasil o Tailandia, no era lo suficientemente ‘avanzado’ como para ofrecer tarjetas de crédito, o préstamos para automóviles o hipotecas a escalas suficientes como para esclavizar con deudas a sus ciudadanos, al estilo de EEUU”.Así analiza el experto en finanzas John Rubino la creciente tendencia en los países en desarrollo de estimular ya no sólo el consumo, sino el consumismo (acumulación, compra o consumo de bienes y servicios considerados no esenciales). Ahora, dice, los países en desarrollo están “adoptando los peores hábitos de sus primos ricos”.“Brasil, por ejemplo, era visto como una historia de éxito en Latinoamérica, y una futura potencia mundial. Pero luego usó el incremento del gasto público para alentar que su gente se vuelva consumidora. El resto es una familiar y deprimente historia”, advierte. En efecto, el año pasado el sitio especializado Bloomberg ya informaba que las deudas de los hogares brasileros estaban a niveles record, y que el gobierno de Dilma Rousseff decretó usar los llamados “préstamos de día de pago” para refinanciar las tarjetas de crédito. O sea aumentar aún más los créditos y por tanto las deudas de los hogares.
¿Préstamos de día de pago?Este tipo de préstamos consisten en montos de dinero relativamente pequeños prestados a tasas de interés elevadas, bajo el acuerdo de que serán pagados cuando el prestatario reciba su próximo sueldo. Las organizaciones defensoras de los consumidores y los legisladores de varios países están urgiendo a los hogares de ingresos bajos a evitar este tipo de préstamos. Pero varios países en desarrollo los están estimulando, como Brasil y China. En general se ve que los préstamos para consumo tienen elevados intereses. En EEUU las tarjetas de crédito cobran 15% anual. En Brasil, donde mucha gente recién está empezando a acceder al crédito formal, los consumidores pagan 85% al año por las tarjetas de crédito, y 27% por los préstamos de día de pago, según el Banco Central do Brasil. Y El decreto presidencial de Rousseff de julio de 2015 ordenó a los prestamistas a prestar hasta el 35% del ingreso mensual de los prestatarios. Según el análisis de Bloomberg, “mientras crecen tanto el desempleo como las tasas de interés, el aumento de la deuda de los hogares amenaza con exacerbar la recesión en una economía que ya está encaminada a su peor crisis en un cuarto de siglo”.La deuda de los hogares brasileros como porcentaje del ingreso disponible del hogar alcanzó a 46,3% en abril de este año, el monto más elevado desde 2005 (año en que el Banco Central empezó a registrar este dato).El Servicio para Inversionistas de Moody’s agrega que, si bien los préstamos de día de pago pueden reducir la deuda en el corto plazo, es probable que los consumidores terminen usándolo para refinanciar deudas de mayores tasas de interés y luego volver a cargar sus tarjetas de crédito, lo que generará un nivel de deuda aún mayor en el mediano plazo. Ahora, Brasil está sufriendo una depresión cuyo final todavía no está a la vista, y es en ese contexto donde los hogares “esclavizados” por la deuda tendrán que ajustarse.
Hogares chinos también emulan a los de EEUUAuto News, otro sitio especializado, muestra que los hogares chinos, antes ahorradores y aversos a la deuda, están rápidamente abrazando la idea de adquirir préstamos para comprar automóviles. Los fabricantes están empujando las ventas a crédito para aumentar sus ventas y márgenes de ganancia, y el gobierno chino ha estado flexibilizando las regulaciones sobre créditos desde hace al menos 7 años.Según los analistas de Sanford C. Bernstein (una empresa global de asesoramiento de inversiones) y de Deloitte (empresa multinacional de servicios profesionales), el año pasado cerca del 30% de los compradores de autos en China lo hicieron a través de crédito, cifra que subió desde 18% en 2013. Esta cifra todavía es pequeña comparada con la de EEUU, donde más del 80% de las compras de automóviles se hacen con préstamos, pero los analistas de Deloitte predicen que para el año 2020 las cifras de China subirán al 50%.
Consumismo, el camino equivocadoPara Rubino, “lo triste de todo esto es que la mayoría de los economistas convencionales piensan que la creación de una clase consumidora basada en el préstamo-gasto es algo bueno, un signo evolución de sociedades primitivas que usan efectivo hacia sociedades modernas que usan crédito”. “Se equivocan, claro está. Pero para darse cuenta de esto implicará el inmenso sufrimiento de toda una generación a la que le hubiera ido mucho mejor ahorrando en vez de prestándose para comprar autos y casas”, sentencia el experto.