División internacional del trabajo “reprimariza” economía de Bolivia
¿Hasta qué punto ha conseguido el gobierno de Evo Morales las condiciones para cambiar el carácter primario exportador de nuestra economía?



Para la socióloga y economista Tania Ayllón, que también es investigadora del Instituto de Estudios Sociales y Económicos (IESE) – Universidad Mayor de San Simón (UMSS), la economía boliviana no ha dejado de ser fundamentalmente primario exportadora y considera que más bien se ha profundizado este rasgo desde el advenimiento del MAS al poder.“No podemos decir que estemos en camino de una diversificación de la economía vía industrialización, que pueda cambiar el carácter primario exportador de nuestra economía, sino, más bien, que paradójicamente, este proceso de acumulación de capital industrial, por los rasgos que asume, hace aún más evidente la profundización del carácter neocolonial de nuestra formación económico-social”, explica la investigadora. Economistas como Eduardo Basualdo y Enrique Arceo, consideran que en general, y salvando las diferencias, ésta es una tendencia generalizada en Latinoamérica en los últimos años, y coinciden en que dentro de la división internacional del trabajo, los países latinoamericanos parecieran haber profundizado el carácter primario exportador de sus economías.Por su parte, Arlene Ramírez, de la Red Académica de América Latina y el Caribe sobre China, advierte que incluso países antes considerados como los más grandes e industrializados de la región, como Brasil, han sido arrastrados por el rápido crecimiento de la economía china y con ello habrían pasado de exportar más productos con alto valor agregado a la exportación de más materia prima, para la producción de acero en China. “Mientras Argentina se beneficia del aumento de los precios de la soya, pierde espacio como proveedor de productos con mayor agregado”, explica la investigadora.De hecho, informes de la Comisión Económica Para América Latina (CEPAL) señalan que la competencia de China en la región ha desplazado a los productos manufacturados en rubros como maquinarias y equipos, textiles, calzados, caucho, plástico, metales, automotores y sus partes y otras manufacturas, especialmente a países como Brasil, México y los centroamericanos. Los informes de la CEPAL también detallan que en el período 1996- 2001, los países más afectados por la competencia China, han sido Bolivia, Paraguay y Uruguay, que perdieron hasta el 5% de su participación en las importaciones de Estados Unidos, mientras que entre 2001 y 2006, los países más afectados fueron República Dominicana, México, El Salvador y Guatemala, que aún más que Bolivia, dependían de las exportaciones de textiles, dentro del acuerdo ATPDA durante 2000-2009.Ayllón advierte entonces que estas tendencias del contexto regional latinoamericano han sido reproducidas en la economía boliviana debido a que “esta dinámica comercial está promovida principalmente por la demanda de gas del Brasil, su principal socio comercial, que requiere energía barata con el fin de mejorar la competitividad de su industria, para defender su mercado interno y enfrentar la fuerte competencia China en otras latitudes”. Asimismo, la investigadora constata que “durante el último decenio se ha producido un redireccionamiento de las exportaciones nacionales, que antes se dirigían a Europa y Norte América” hacia países de la región latinoamericana. “Un análisis de la estructura de las exportaciones de Bolivia al MERCOSUR muestra el alto grado de especialización del país en la producción y exportación de gas a la región y su insignificante participación en la exportación de productos manufacturados con mayor valor agregado”, indica Ayllón.La socióloga-economista también reconoce que el crecimiento del mercado interno ha dinamizado el crecimiento económico de Bolivia en los últimos años, y que esto “podría generar un círculo virtuoso que dé lugar a cambios cualitativos en el propio proceso de producción (innovación tecnológica) e influya en la dinámica de los otros sectores como el agrícolapecuario para articularse a un proceso sostenido de industrialización”. Sin embargo, Ayllón observa que “el hecho de que este proceso se dé entroncado en una formación económica primario exportadora impone los límites a la acumulación de capital industrial al mismo tiempo que profundiza el carácter neocolonial de la economía en Bolivia”, y critica que la renta de la que se dispone para dinamizar el mercado interno, vía política de bonos, “no está bajo el control del Estado boliviano, sino de las trasnacionales, que siguen controlando la producción de “commodities” como el gas”. Asimismo, la investigadora cree que dada la dependencia de factores externos, la reciente caída “del excedente hidrocarburifero, puede estrangular al mercado interno, desatando una crisis de acumulación en el sector industrial”. “Analizando la composición de las importaciones, observamos que en el rubro de bienes de consumo, las importaciones tienen una notable tendencia a crecer en el componente de bienes de consumo. Nos encontramos con la paradoja de que, la baja capacidad de producción del sector industrial en una situación de prosperidad macroeconómica y con una política expansiva de la demanda, crea las condiciones para una inflación importada”, advierte Ayllón.
Los perdedores
Los informes de la CEPAL también detallan que en el período 1996- 2001, los países más afectados por la competencia China, han sido Bolivia, Paraguay y Uruguay, que perdieron hasta el 5% de su participación en las importaciones de Estados Unidos, mientras que entre 2001 y 2006.
AnálisisLa socióloga-reconoce que el crecimiento del mercado interno ha dinamizado el crecimiento económico de Bolivia