Habrá déficit fiscal pero con “colchón financiero”
El 2015 es un año en el que el Gobierno también prevé que haya déficit fiscal. Ante esto y la baja del precio del petróleo, las autoridades nacionales buscan firmemente que la población confíe en que la economía boliviana se mantendrá estable.



Garantía de ello, afirmó el presidente Evo Morales en días pasados, es el “colchón financiero” de 40 mil millones de dólares que tiene el país.La ley del Presupuesto General del Estado (PGE) contempla para la gestión 2015, entre otras cosas, “un déficit proyectado del Sector Público No Financiero de 3,6% del PIB”. Pese al déficit, la ley del PGE establece un incremento del presupuesto consolidado de Bs 195.409 millones en 2014 a Bs 221.181 millones en 2015, es decir un 13% mayor. Respecto al presupuesto agregado, se tendrá un aumento del 16%, al pasar de Bs 259.439 millones a Bs 300.555 millones en el periodo señalado.Además, se prevé un nivel histórico de inversión pública de 42.387 millones de bolivianos, equivalentes a 6.179 millones de dólares (37 por ciento mayor a lo programado para el 2014), “destinado principalmente a sectores estratégicos generadores de excedente en materia de hidrocarburos, electricidad y minería”, entre otros.Aunque la inversión pública no está mal, analistas consideran que el problema es que no hay “ninguna planificación para la inversión pública. En los últimos cinco años la inversión pública ha estado sujeta a la discrecionalidad”, tanto a nivel central como departamental y municipal.Y cuando se hace una priorización, como en el PGE 2015, los sectores que reciben el 80% de la inversión pública son energía, hidrocarburos, minería e infraestructura vial. El problema es que otros sectores también fundamentales para la calidad de vida de la población, o el “vivir bien”, como agua, saneamiento, agricultura, educación, salud, tienen porcentajes menores al 1% en todos los casos.Por su parte, según datos de la Fundación Jubileo, lo destinado a la diversificación de la economía mediante la promoción de los sectores generadores de empleo fue apenas el 1.7 por ciento del presupuesto total durante este año, situación que tiende a continuar en 2015.La finalidad del “colchón financiero”El anunciado colchón de 40 mil millones de dólares, tal como lo ha descrito el presidente Morales, ha sido estimado por el gobierno sumando los 15 mil millones en reservas Internacionales (RIN), 15 mil millones en depósitos del sector financiero y otros 10 mil millones en aportes de jubilación. Deberá servir para mantener la estabilidad económica en tiempos volátiles, afirman las autoridades.Pero también es cierto que el déficit fiscal y la caída del precio del petróleo han provocado que el gobierno empiece a “echar el ojo” a los ahorros de los bolivianos. El temor de algunos analistas es que se pretenda confiscar estos ahorros si la crisis de precios del petróleo se agudiza y se prolonga por más tiempo. Si bien el gobierno ya ha anunciado un endeudamiento de mil millones de dólares el 2015 a través de una nueva emisión de los Bonos Soberanos por los que Bolivia suele pagar jugosos intereses (cercanos al 6%), la confiscación de riqueza a la ciudadanía puede resultar más rápida y silenciosa.Y además con particularmente poca oposición, como se evidenció en abril de este año cuando la dirigencia de la COB pactó con el gobierno de Evo Morales una medida intrínsecamente neoliberal: autorizar a la futura Gestora Pública de Seguridad Social a Largo Plazo (que reemplazará a las AFPs), prestar hasta un 50% de los aportes de jubilación de los trabajadores (o sea unos 5 mil millones de dólares) a corporaciones, bancos, empresas y países capitalistas del exterior.Poco se ha conocido al respecto después de haberse destapado la complicidad de la dirigencia de la COB con este plan.Por otra parte, se ha criticado que a enero de 2014, apenas un 2.8 por ciento del total de los ahorros jubilatorios manejados por las AFPs estuvieron destinados a fortalecer la industria boliviana. Según el reporte oficial (APS), el 33.77% utiliza el Estado boliviano y casi el 60% están depositados en los bancos privados y negocios afines. Analistas consideran que si se quiere invertir este ahorro, debería ser en las empresas privadas bolivianas, para potenciarlas.Lo paradójico, como se conoce, es que Bolivia cobra intereses bajos cuando presta al exterior. Por ejemplo, este año las Reservas Internacionales prestadas por Bolivia a países y bancos extranjeros apenas rindieron 0,52%, según datos del Banco Central de Bolivia.