Tres mil agentes protegerán el clásico Barcelona - Real Madrid
Con un amplio dispositivo de seguridad de 3.000 efectivos, las autoridades locales se preparan para proteger el particular Clásico entre Barcelona y Real Madrid del miércoles en el que Messi, Ramos y compañía compartirán protagonismo con protestas de separatistas catalanes. La tensa...
Con un amplio dispositivo de seguridad de 3.000 efectivos, las autoridades locales se preparan para proteger el particular Clásico entre Barcelona y Real Madrid del miércoles en el que Messi, Ramos y compañía compartirán protagonismo con protestas de separatistas catalanes.
La tensa situación en esta región del noreste de España en octubre, con manifestaciones constantes y fuertes disturbios, aplazó la celebración del encuentro, que no consiguió quedarse ajeno al conflicto político catalán.
Desde cuatro horas antes del pitido inicial, la misteriosa plataforma Tsunami Democrático ha convocado a sus militantes a concentrarse en los alrededores del estadio azulgrana del Camp Nou, lo que suscita incertidumbre sobre la celebración del partido.
“Se jugará, el Clásico se jugará”, dijo el jueves el presidente del FC Barcelona, Josep Maria Bartomeu, un mantra repetido en los últimos días por autoridades deportivas, políticas y policiales en el país.
En los últimos días se han sucedido reuniones entre la policía, los clubes y la federación española de fútbol para asegurar la llegada al estadio de las plantillas y los árbitros, así como de los casi 100.000 aficionados que se esperan.
El operativo contará con unos 3.000 efectivos, un cordón de seguridad para evitar que las manifestaciones bloqueen las entradas y un refuerzo de los controles en los múltiples accesos al estadio.
En las gradas también se incrementará la presencia de agentes de seguridad privada, ante el temor de una invasión del estadio que provoque la interrupción del juego.
“El dispositivo garantizará que el Clásico se dispute con normalidad”, dijo el comisario jefe de la policía regional catalana Eugeni Sallent.
El encuentro corresponde a la 10ª jornada de Liga, programado inicialmente para el 26 de octubre. Pero, en una Cataluña en erupción, la federación española optó por el aplazamiento aludiendo “causas excepcionales”.
Peligro de sanciones
Desde el FC Barcelona, históricamente afín al nacionalismo catalán, piden compatibilizar la reivindicación política con la disputa del encuentro.
“Sabemos que vivimos un momento social y político complejo, pero estoy convencido que es compatible con que se juegue un partido de fútbol”, dijo Josep Maria Bartomeu.
De hecho, en los últimos años, el Camp Nou es escaparate habitual de proclamas separatistas, con sus gradas llenas de banderas y pancartas del movimiento y gritos a favor de la independencia en cada partido.
Como responsable de la seguridad dentro del estadio, el club sufriría las consecuencias en caso de altercados o interrupción forzada del juego.
En una reunión en Madrid la semana anterior, la federación española de fútbol advirtió que si se confirma este escenario “aplicará la reglamentación vigente”, que contempla desde fuertes sanciones económicas hasta la clausura del Camp Nou.