La prueba del derbi de Madrid
Con el aliciente añadido del liderato en juego, nada como el derbi de este sábado en España (15:00 horas de Bolivia), para medir el estado futbolístico del Atlético y del Real Madrid. Dos equipos inmersos en dinámicas que necesitan testarse en las grandes citas. Para el equipo de Simeone,...
Con el aliciente añadido del liderato en juego, nada como el derbi de este sábado en España (15:00 horas de Bolivia), para medir el estado futbolístico del Atlético y del Real Madrid. Dos equipos inmersos en dinámicas que necesitan testarse en las grandes citas. Para el equipo de Simeone, el duelo es otra prueba para comprobar el carácter competitivo y el engranaje de su reconstrucción.
Para el Madrid, encaramado en la atalaya de la tabla, la contienda es una reválida del repunte experimentado tras la debacle de París que apuntaba a inicio de crisis aguda. Más que por juego, los jugadores de Zidane se han revitalizado desde lo gremial, atributo que suele asociarse más a su contrincante, al que su exponencial crecimiento económico le cuestiona su histórica arrogación como equipo del pueblo. “Aquí la gente madruga, trabaja mucho, es lo mismo, luego que la gente diga que este es un club de ricos y otros de pobres, eso no lo voy a cambiar”, se rebeló Zinedine Zidane, que zanjó cualquier referencia al vapuleo (7-3) recibido en el bolo veraniego de Nueva Jersey.
El equipo deshilachado que mostró una distancia sonrojante entre sus líneas en el Parque de los Príncipes ha dado paso a un conjunto más solidario, nucleado en torno al liderazgo de Ramos, la versión más killer de Benzema y la doble figura que interpretan James y Bale como alfiles y peones. Zidane y el madridismo esperan a Hazard, artífice hace dos temporadas con el Chelsea de la primera derrota oficial del Atlético en su nuevo estadio. Aquella noche de Champions lució esas conducciones vertiginosas con la pelota pegada al pie que aún no ha enseñado en España. “Si el Madrid aprovecha los espacios será complicado. Bale está creciendo, Benzema sigue muy afinado y Hazard tiene mucha técnica y capacidad”.
Para el Madrid, encaramado en la atalaya de la tabla, la contienda es una reválida del repunte experimentado tras la debacle de París que apuntaba a inicio de crisis aguda. Más que por juego, los jugadores de Zidane se han revitalizado desde lo gremial, atributo que suele asociarse más a su contrincante, al que su exponencial crecimiento económico le cuestiona su histórica arrogación como equipo del pueblo. “Aquí la gente madruga, trabaja mucho, es lo mismo, luego que la gente diga que este es un club de ricos y otros de pobres, eso no lo voy a cambiar”, se rebeló Zinedine Zidane, que zanjó cualquier referencia al vapuleo (7-3) recibido en el bolo veraniego de Nueva Jersey.
El equipo deshilachado que mostró una distancia sonrojante entre sus líneas en el Parque de los Príncipes ha dado paso a un conjunto más solidario, nucleado en torno al liderazgo de Ramos, la versión más killer de Benzema y la doble figura que interpretan James y Bale como alfiles y peones. Zidane y el madridismo esperan a Hazard, artífice hace dos temporadas con el Chelsea de la primera derrota oficial del Atlético en su nuevo estadio. Aquella noche de Champions lució esas conducciones vertiginosas con la pelota pegada al pie que aún no ha enseñado en España. “Si el Madrid aprovecha los espacios será complicado. Bale está creciendo, Benzema sigue muy afinado y Hazard tiene mucha técnica y capacidad”.