De la mano de Brady, los Patriots se quedaron con otro Súper Bowl

Se trata, a esta altura, de un matrimonio casi tan perfecto como el que lleva adelante con la modelo brasileña Gisele Bündchen Es más: tan bien se llevan que quizás ella termine haciéndole algún reclamo... Porque Tom Brady y los Súper Bowls parecen haber nacidos el uno para el otro. El mariscal de campo no tuvo su mejor partido, pero apareció en el momento justo y New England se llevó la final del fútbol americano al vencer 13-3 a Los Angeles, convirtiéndose así en una de las dos franquicias más ganadoras de la historia y llegando Brady a su sexto anillo para ser el jugador más exitoso que haya existido.

En 53 ediciones, sólo ocho habían terminado sin puntos en el primer cuarto, lo que volvió a ocurrir en esta ocasión. La defensiva de los Rams jugó fuerte con la presión sobre Tom Brady, el quarterback estrella de la NFL, quien no pudo prevalecer. Por caso, en el primer parcial sufrió la primera intercepción y la primera captura de toda la postemporada.

Los Patriots avanzaron bastantes yardas (195 contra 57 de los Rams), especialmente de la mano de su receptor Julian Edelman -a la postre una de las figuras del partido-, pero no pudieron lograr más anotación que un gol de campo (cortesía del pateador Stephen Gostkowski, que anteriormente había fallado su primer intento) poco después de iniciado el segundo cuarto. El escueto 3-0 se trató de la segunda anotación más baja en la historia de los Súper Bowls.

Después de una primera mitad de tan sólo 52 yardas ganadas a través de sus pases (la más baja en su carrera tras un primer tiempo), Jared Goff encontró la mano cerca del cierre del tercer período, aunque  Brandin Cooks, que ya estaba en la zona de anotación, fue desestabilizado a último momento por Devin McCourty. Sin embargo, y pese a que en la siguiente jugada el mariscal de campo fue capturado, una patada de 53 yardas (la segunda más larga de la historia de las finales) de Greg Zuerlein igualó el juego.

Si un hombre está hecho para los momentos clave, ese es Tom Brady, la gran estrella, el que muchos ya señalan hace tiempo como el mejor de la historia. De su mano, y de la de sus grandes laderos, los Pats encontraron la mayor ventaja. Tras una serie de cinco jugadas y 69 yardas recorridas (la penúltima, un lanzamiento del mariscal a Rob Gronkowski de 29 yardas), Sony Michel llegó al primer touchdown del encuentro. La conversión de Gostkowski puso las cosas 10-3 a 7 minutos del final.

Los Angeles nunca le encontró la vuelta al partido. No supo encontrar los caminos y quedó claro que Goff, de 24 años, es un gran quarterback pero todavía tiene camino por recorrer. La de anoche no fue su noche y quedó en deuda. Tiene talento como para revertir la historia de aquí al final de su carrera.

Con el reloj agotándose, los Patriots tomaron una decisión arriesgada en la serie posterior a interceptar un pase del mariscal rival que podría haber significado el empate. Gostkowski acertó un gol de campo de 41 yardas y se garantizó una ventaja mayor al touchdown (13-3), lo que prácticamente sepultó las esperanzas de los Rams, especialmente cuando Zuerlein falló su intento por descontar a apenas segundos del final.

New England se quedó con el título, llegó a los seis campeonatos y alcanzó a los Pittsburgh Steelers como la franquicia más ganadora de la historia de la NFL. Brady (con 41 años, el mariscal más viejo en ganar un título) alcanzó la misma cantidad (ganó todos los de los Pats) y se convirtió en el jugador con más anillos de todos los tiempos. Un equipo legendario con el jugador más determinante de siempre. Historia viva que se sigue escribiendo.