Rinoplastia, mucho más que una intervención estética
Artículo escrito por el Dr. Julio Terrén, Cirujano Plástico y Doctor en Medicina La rinoplastia o cirugía de la nariz es, según su definición tradicional, la técnica quirúrgica encargada de mejorar el aspecto y las proporciones de la nariz, con respecto al rostro del paciente. Ahora...



Artículo escrito por el Dr. Julio Terrén, Cirujano Plástico y Doctor en Medicina
La rinoplastia o cirugía de la nariz es, según su definición tradicional, la técnica quirúrgica encargada de mejorar el aspecto y las proporciones de la nariz, con respecto al rostro del paciente.
Ahora bien, la rinoplastia no persigue únicamente una mejora estética, es mucho más que eso.
Se trata de una cirugía que se diseña exclusivamente para cada paciente, teniendo en cuenta su morfología y sus necesidades específicas. No es lo mismo cambiar el tamaño de la punta de la nariz, que corregir una desviación del tabique nasal, por poner un ejemplo.
La rinoplastia actúa sobre todas y cada una de las estructuras y partes de la nariz.
¿Qué se puede conseguir con una rinoplastia?
Modificar el tamaño de la nariz para equilibrarla con respecto al rostro.
Cambiar el tamaño y la posición de las aletas nasales.
Modificar la anchura en el puente nasal.
Corregir la desviación del tabique nasal.
Solucionar la asimetría nasal.
Minimizar un “caballete” prominente (giba nasal).
Actuar sobre la punta de la nariz para hacerla más grande si es demasiado estrecha, levantarla si está caída o estrecharla si es demasiado grande.
Cambiar el ángulo entre la nariz y el labio superior.
Corregir defectos de nacimiento y lesiones nasales.
Corregir las desviaciones de la nariz y algunos problemas respiratorios (septo-rinoplastia).
Corregir problemas de respiración causados por defectos estructurales en la zona nasal. La cirugía de nariz es muy eficaz a la hora de abrir los pasajes nasales. Se puede combinar con la cirugía sinusal, para solucionar problemas respiratorios y sinusitis crónica.
Detener o reducir los ronquidos, siempre que estos estén causados por una deficiente estructura nasal. También es útil para solucionar otros problemas relacionados con el sueño.
Reparar fracturas en la nariz. Con la rinoplastia se recolocan los huesos en su sitio y se inmovilizan con vendajes y férulas para que se suelden adecuadamente.
¿Varía la técnica en función del sexo?
Aunque la técnica empleada es similar si se interviene a un hombre o a una mujer, es cierto que existen diferencias tanto en los criterios estéticos como en la anatomía de la nariz.
El origen étnico es otro de los aspectos que hacen que la rinoplastia varíe. Entre las distintas razas se pueden observar importantes diferencias en el ancho nasal, dorsal, o en el posicionamiento de la joroba, por ejemplo.
Rinoplastia en Hombres
Las narices de los hombres son más prominentes que las de las mujeres. Cuentan con un puente nasal más alto y unos cartílagos más rígidos y amplios. La piel de la nariz del hombre es más gruesa, y cuenta con un soporte óseo más fuerte, que guarda relación con el tamaño de su esqueleto facial.
A la hora de intervenirse, la mayoría de los hombres apuestan por una nariz que cuente con un dorso nasal recto, que dote de carácter y fuerza al rostro.
Cuando se opera la punta de la nariz se apuesta por un aspecto menos fino y delgado que en la mujer. La punta se coloca con un ángulo comprendido entre 90 y 95 grados entre el labio superior y la nariz.
Rinoplastia en Mujeres
La nariz de la mujer suele estar más definida y ser más delicada que la del hombre. Además, cuenta con una punta fina, respingona y corta. La longitud de la nariz también es inferior a la del hombre. Habitualmente arranca a la altura, o un poco por debajo, del pliegue que forma el párpado superior.
Las mujeres prefieren una nariz pequeña; que cuente con una punta ligeramente girada hacia arriba. Es habitual realizar una muesca sutil a lo largo del puente, justo encima de la punta.
Además, apuestan por un dorso nasal más curvado que el del hombre, para aportar al rostro una apariencia delicada y femenina.
La rinoplastia o cirugía de la nariz es, según su definición tradicional, la técnica quirúrgica encargada de mejorar el aspecto y las proporciones de la nariz, con respecto al rostro del paciente.
Ahora bien, la rinoplastia no persigue únicamente una mejora estética, es mucho más que eso.
Se trata de una cirugía que se diseña exclusivamente para cada paciente, teniendo en cuenta su morfología y sus necesidades específicas. No es lo mismo cambiar el tamaño de la punta de la nariz, que corregir una desviación del tabique nasal, por poner un ejemplo.
La rinoplastia actúa sobre todas y cada una de las estructuras y partes de la nariz.
¿Qué se puede conseguir con una rinoplastia?
Modificar el tamaño de la nariz para equilibrarla con respecto al rostro.
Cambiar el tamaño y la posición de las aletas nasales.
Modificar la anchura en el puente nasal.
Corregir la desviación del tabique nasal.
Solucionar la asimetría nasal.
Minimizar un “caballete” prominente (giba nasal).
Actuar sobre la punta de la nariz para hacerla más grande si es demasiado estrecha, levantarla si está caída o estrecharla si es demasiado grande.
Cambiar el ángulo entre la nariz y el labio superior.
Corregir defectos de nacimiento y lesiones nasales.
Corregir las desviaciones de la nariz y algunos problemas respiratorios (septo-rinoplastia).
Corregir problemas de respiración causados por defectos estructurales en la zona nasal. La cirugía de nariz es muy eficaz a la hora de abrir los pasajes nasales. Se puede combinar con la cirugía sinusal, para solucionar problemas respiratorios y sinusitis crónica.
Detener o reducir los ronquidos, siempre que estos estén causados por una deficiente estructura nasal. También es útil para solucionar otros problemas relacionados con el sueño.
Reparar fracturas en la nariz. Con la rinoplastia se recolocan los huesos en su sitio y se inmovilizan con vendajes y férulas para que se suelden adecuadamente.
¿Varía la técnica en función del sexo?
Aunque la técnica empleada es similar si se interviene a un hombre o a una mujer, es cierto que existen diferencias tanto en los criterios estéticos como en la anatomía de la nariz.
El origen étnico es otro de los aspectos que hacen que la rinoplastia varíe. Entre las distintas razas se pueden observar importantes diferencias en el ancho nasal, dorsal, o en el posicionamiento de la joroba, por ejemplo.
Rinoplastia en Hombres
Las narices de los hombres son más prominentes que las de las mujeres. Cuentan con un puente nasal más alto y unos cartílagos más rígidos y amplios. La piel de la nariz del hombre es más gruesa, y cuenta con un soporte óseo más fuerte, que guarda relación con el tamaño de su esqueleto facial.
A la hora de intervenirse, la mayoría de los hombres apuestan por una nariz que cuente con un dorso nasal recto, que dote de carácter y fuerza al rostro.
Cuando se opera la punta de la nariz se apuesta por un aspecto menos fino y delgado que en la mujer. La punta se coloca con un ángulo comprendido entre 90 y 95 grados entre el labio superior y la nariz.
Rinoplastia en Mujeres
La nariz de la mujer suele estar más definida y ser más delicada que la del hombre. Además, cuenta con una punta fina, respingona y corta. La longitud de la nariz también es inferior a la del hombre. Habitualmente arranca a la altura, o un poco por debajo, del pliegue que forma el párpado superior.
Las mujeres prefieren una nariz pequeña; que cuente con una punta ligeramente girada hacia arriba. Es habitual realizar una muesca sutil a lo largo del puente, justo encima de la punta.
Además, apuestan por un dorso nasal más curvado que el del hombre, para aportar al rostro una apariencia delicada y femenina.