Aquella tarde
(En memoria del Hno. Felipe Palazón Delatre. fallecido en Madrid)
¡Cuántos recuerdos
se amontonaron
hondos
después de aquella tarde
en la que le sentí
alejarte de a poquito
hacia la última ausencia!
Hermano, amigo y maestro
de mirada límpida,
fervor trepado al cielo,
en la vida mordida
por las cuitas
trajinadas
del egoísmo.
Te encuentro muchas veces,
Felipe
en la intimidad
de mis silencios
con tu mano posada
en los sueños
de cabedlas desgreñadas
o entretejiendo
con decoro y dignidad
los ideales jóvenes,
desconcertados,
ya enfrentados a la vida.
Te encuentro
siempre
musitando
aquella tarde
con dulzura empecinada
los ideales nuevos
de tu viejo corazón.
Parecías estar rezando
el himno todo de tu vida
que entregaste
a los niños
a los jóvenes
y a los hombres de mi tierra.
Tu palabra
acosada de olvidos y silencios
-presagio de tu ausencia sin tiempos-
cuajó en mis ojos
una lágrima
y el nombre de un poema
de amor y humanidad
en mi ternura.
Tal vez un día
pueda compartir con todos
aquella tarde
con la mano tuya
posada en la mía
y en la de todos
los hombres.