Poemas del nuevo libro
Sin rastro alguno
La vida ya vivida
pasa como una centella
en el extenso manto azul
hoy amenazada la existencia
por sombras siniestras
y el planeta que tambalea
sobre su eje carcomido, roído,
en peligro de desaparecer
sin dejar rastros de paz.
Preciso es, en tal sentido,
estar fusionados en los sueños
juntos bajo el mismo cielo
en el afán de unir pedazos
de nuestras vidas atribuladas.
Vivir en armonía y ganar batallas,
aunque no la guerra total,
tarde o temprano moriremos.
La cuerda floja
El ser humano camina
sobre una frágil cuerda,
a muchos metros de altura
y, al menor soplo del viento,
su vida se encuentra amenazada.
Tal vez ese preciso instante,
brevemente luminoso y cauto
tenga que devolver la sonrisa
que Dios le prodigó al nacer.
A romper el baile
La actividad continua
el ejercicio cotidiano,
a toda edad sin límite,
no tiene precio para la salud.
A bailar se ha dicho,
con energía y alegres melodías
que elevan el entusiasmo
y arrancan jovialidad.
A mover el esqueleto
flaquitos del mundo,
o acaso la panza tambor,
gorditos del universo,
lo importante es entregarse
al ritmo con movimiento
y agilidad que sorprenderá
a los vecinos y curiosos.
En fin, a bailar se ha dicho,
y los tímidos que se resistan
bailarán en la boca de la gente.