Un 25 de julio
Como no recordar con mucho cariño y tristeza a la vez esta fecha memorable
Como no recordar con mucho cariño y tristeza a la vez esta fecha memorable del nacimiento de Carlos Avila Claure, y también su partida hacia la eternidad, yo creo que estas casualidades solo se pueden dar a personas elegidas por el don divino que cierra los ciclos de vida, nacimiento y muerte.
Cuando llegaste a este paraíso terrenal, trajiste en tu mochila el legado de seguir el camino de la verdad y vida, comprometiéndote en ser un buen pastor, porque compartiste con muchos la senda existencial del ser y saber, desnudando la venda de los ojos de las personas que tuvieron la dicha de ser tus alumnos, colegas docentes y toda persona que llegaba a conocerte en todos los ámbitos que desarrollaste en este pueblo.
Cuando te fuiste, nuestro ego no se resignaba a perder a un hombre que cultivo tanto cariño en cada uno, desde su peculiaridad cooperaba para el crecimiento material y espiritual del otro, inspirado en un sentimiento de amor.
Con la nostalgia que embarga mi ser quiero enviarte un fuerte abrazo hasta la eternidad porque soy parte de tu siembra prodigiosa