Un héroe sin desfile (II) Gral. Armando Ichazo Urquidi, Héroe Nacional (Primera parte)
La ingratitud de los pueblos se alimenta -entre otras fuentes-
La ingratitud de los pueblos se alimenta -entre otras fuentes- de la información tergiversada, poca o ninguna de quienes registran el desarrollo de las sociedades, es decir de quienes tuvieron tiempo de escribir sus obras que luego se fueron adoptando como resúmenes válidos, legales y legítimos de la memoria de los pueblos.
De esta forma en nuestra sociedad se ha reiterado la acción que recupera la vida de algunos actores y niega los hechos e ideas de otros. Con malicia o no, se recuperan privilegiadamente los vinculados a un interés familiar, sectario o personal, siendo éste el filtro que lanza a las generaciones llegaderas el perfil de los buenos, los malos y los olvidados.
Si a esto sumamos que en sociedades como la nuestra detenemos en la reflexión, la autocrítica y la comprobación de los datos antes de publicar algún documento, es una actividad que no goza de un valor prioritario, nos encontramos que la generalidad de nuestros héroes epónimos, vienen narrados con una alteración de origen.
Además debe enfatizarse que en Tarija, registrar la historia hasta hace nomás 20 años atrás era cuestión de personas que disponían de dos condiciones supremas: tiempo y dinero. La mayoría de las generaciones tarijeñas hasta hace poco tiempo atrás, ni bien podía mantenerse en pie y debía derecho ir a buscar una fuente de sustento para bien propio y de su familia Por lo que si podía alcanzar una de las condiciones (es decir dinero) no contaba con la otra (tiempo); aunque es seguro que en la mayoría de los casos si alcanzaba dinero era lo justo y necesario para cubrir las necesidades familiares, con lo que quedaba sin ninguna de las dos condiciones, o -finalmente- tenía la opción de sacrificar el bienestar de su familia por una actividad que muy poco rédito podía otorgarle.
Con respecto a la autocrítica, la reflexión y la comprobación de la evidencia antes de la publicación -nos ha pasado tantas veces (!)- tenemos un gran vacío en nuestra historia “oficial”. Ínfulas de grandeza, una actitud de suprema imposibilidad de yerro, falta de humildad y honradez intelectual hicieron que en textos locales prioricemos nuestra intención particular y le demos mayor importancia, que la que debe tener, a costa del verdadero supremo interés que es el bien social.
Sobre la metodología científica que debe guiar nuestras publicaciones, pocas pudieron subsanar y evadirse de esa falta, las demás prefieren la indiferencia o el disimulo.
Siendo estas algunas de las características que rodean en una generalidad los textos locales de historia, era ley negar algunas ideas, personas o hechos que no tuvieron la oportunidad de contar con la anuencia del cronista de los sucesos o del apuntador de la “historia”, años posteriores.
Esto sucedió, con más o menos matices, con el hombre a quien se dedica la presente investigación el Gral. Armando Ichazo Urquidi, quien por la relativa cercanía de su muerte (1998) tiene todavía en la mente de algunos miembros de esta sociedad una presencia moderada. Consideramos que es una personalidad que es necesario traer al presente porque fue su intervención en la guerra del Chaco un ejemplo de valor, inteligencia y firmeza que es necesario recordar y poner en la mesa de la rutina de la Tarija de hoy.
Es seguro que no se podrá con este trabajo dar un perfil biográfico final de Armando Ichazo, su vida generó -probablemente- odios y afectos. Al estar todavía activas muchas personas que lo conocieron y compartieron con él, es seguro que las críticas y los halagos serán lo primero en surgir. Por lo mismo tratamos en este documento de aterramos lo más posible a la evidencia del hecho generado por el actor estudiado.
Finalmente, si alguien preguntara el porqué del título que tiene este trabajo (UN HÉROE SIN DESFILE II Gral. Armando Ichazo Urquidi, Héroe Nacional) aclaramos que se considera que el primer héroe sin desfile es el Cnel. Lino Morales (esta es teoría e iniciativa original del investigador Gustavo Guerrero), nosotros sólo utilizamos el epígrafe porque creímos que era justo y era pertinente, pues al igual que Morales, Ichazo comparte el olvido, la indiferencia o la malicia de aquellos que vinieron a proclamarse historiadores tarijeños de aquella gigantesca construcción devenida en historia oficial.
Tarija, Identidad, Investigación e Historia Enero de 2018
VALLE DE LA CONCEPCIÓN, CUNA DE BRAVOS
El Valle de la Concepción a inicios del siglo XX es una tierra de producción agrícola fértil y sólida, la mayoría de las tierras dedicadas a la producción de la vid, las segundas para alimento del ganado y las menores para producción de agricultura de subsistencia. Los solares más destacados de esta región, tienen vínculos sociales, políticos y económicos con las familias más poderosas económica, social y políticamente, de la capital. Puede afirmarse que su capital base es el latifundio.
La venta de uva en fresco, vinificación y el destilado de aguardientes son actividades sobre las que giran una gran parte de la población de la provincia. Todas las casas ancestrales se ubican a los costados de la plaza central y las calles más vecinas. Entre esas viviendas está, un poco arriba de la calle que va para la Cruz, la casa de la familia Ichazo, antigua y señorial desde el portalón de ingreso, trabajado en madera de pino, hasta el primer patio con su fuente de abastecimiento de agua al centro y las habitaciones a los costados de este patio. El segundo patio en realidad es un depósito de varios víveres que se cosechan en las tierras de labranza y rnini zoológico de los más diversos animales, gallinas, pavos, chanchos, patos, corzuelas, gatos, más al fondo la estancia de caballos y asnos.
Existe en el libro de bautizos de la parroquia del Valle de la Concepción un escrito que señala el nacimiento de nuestro biografiado con fecha 2 de noviembre de 1911, pero existe otro documento que presenta Ichazo con fecha de 9 de septiembre de 1947, donde textualmente señala: “En esta iglesia de la Concepción el día dos de diciembre de mil novecientos once yo el cura interino bauticé, puse óleo y crisma a Armando del día, hijo legítimo de María Urquidi y David Ichazo…”(1). A los fines que buscamos, concluimos que uno y otro documento señalan la fecha 2, difiriendo el mes únicamente.
Por la época sólo existían dos profesores en El Valle, uno de ellos su profesor Alberto Zenarrusa, donde aprende las primeras letras, primeras operaciones matemáticas y donde otea por vez primera esa área del saber tan preferida luego en su vida:
La geografía. Conocer, viajar, tramontar las montañas que cercaban su valle era desde niño su deleite, acompañar a su padre, a sus primos a recorrer las propiedades y en especial aquella que estaba en la zona de Toldos era su mayor placer, montado o a pie recorría esos cerros, esos bosques, que tanto asemejaba en su imaginación con los enormes ríos y extensas llanuras del misterioso Chaco...
“Chaco”, en su niñez escucha por vez primera esa palabra que inmediatamente le causó curiosidad, preguntaba a su maestro dónde queda, cómo es, cómo se llega, quienes viven allá ¿puedo ir? (Como un inesperado actor se presentó en la mente infantil del futuro héroe ese nombre que generaba tanta expectativa.
Los Ichazo, los Cermeño, los Mealla, los Zambrana, Moreno Peralta, familias antiguas existentes en el Valle tenían entre sus recuerdos los tiempos en que armados ellos y los peones labradores tenían que ir en socorro de los pobladores tarijeños que incursionaban en el Chaco, consolidando el territorio que Domínicos, Agustinos, Jesuitas y Franciscanos recorrían pregonando la fe cristiana Estos relatos cobraban visos de leyendas en los niños que escuchaban atentos. Se transmitían de generación en generación los relatos que señalaban a los hombres vallunos que iban al rescate de aquellos primeros tarijeños que se establecían en la llanura chaqueña, con fundos agrícolas y ganaderos.
Esta cantidad de narraciones escuchadas espoleaba más la curiosidad del estudiante en su afán de , conocer y recorrer esas tierras que formando parte de Tarija, parecían estar tan lejanas e inalcanzables.
Todavía entre su familia se cuenta, como un relato vivido, la presencia del “tío Telmo” que marchó a la capital del Paraguay para alcanzar un acuerdo pacífico y definitivo sobre la propiedad del Chaco, y todos los pormenores que como familia conocieron sobre la gesta del plenipotenciario boliviano Telmo Ichazo en 1894.
Cumplidos los trece años, la familia considera oportuno que siga su formación en la ciudad de Tarija en el Colegio Nacional San Luís. Está en Tarija cuando se entera del Tratado Internacional de Límites entre Argentina y Bolivia, firmado el 25 de mayo de 1925 en La Paz, participando de la frustración colectiva que aquel tratado dejó en Tarija al enterarse sus pobladores que su departamento, su provincia perdía territorios incuestionablemente suyos a favor de una diplomacia mal entendida y peor llevada. Está en Tarija cuando comienzan a redoblar los tambores militares de una probable guerra contra el Paraguay por el dominio de los territorios chaqueños que fueron conseguidos a sangre, fuego y lágrimas por los tarijeños desde hace más de 400 años atrás. Está partiendo de Tarija cuando se entera del ataque paraguayo a fortín Sorpresa y eso termina de fortalecer su posición de cara a su vida en adelante: formarse militarmente y defender su tierra.
Junto a dos compañeros de curso parte a la ciudad de La Paz con el objetivo de ingresar al Colegio Militar. Desde 1927 a 1932 cursa sus estudios en La Paz recibiendo su grado de Subteniente el 14 de enero.(2)
Su permanencia en La Paz, luego de sus estudios es breve, parte a su primer destino en Cochabamba, donde estaría desde febrero a mayo para ser convocado con “urgencia” a la ciudad de La Paz nuevamente y ser enviado junto a otros oficiales tarijeños al Chaco.
Su llegada a Tarija, a fines de junio, responde a la necesidad de ubicar oficiales que tengan algún nivel de vinculación con el terreno donde se desatarían las tempestades de la guerra
TARIJA, EL CHACO Y BOLIVIA
Ni bien se fundó Tarija, la primera preocupación de los habitantes de la nueva villa fue contener las fuerzas indígenas de las “Tierras de Manso”, luego llamadas de “la cordillera” “frontera chiriguana” finalmente sólo Chaco, que desde tiempos atrás hacían malones contra las posesiones de los españoles en la región, como en las cercanías de los asientos mineros.
Tan cierto es esto que en los primeros diez años de vida de la villa se cuentan 5 expediciones a la “frontera chiriguana” con fines de castigar, amedrentar o tomar a la fuerza posesión de esos espacios territoriales. Las misiones evangélicas, de igual manera, ni bien se establecen en Tarija comienzan su recorrido espiritual y de conquista cristiana en las tierras del Chaco. Al momento de alcanzar los primeros 50 años de vida, la villa extiende sus brazos al Chaco con tanta energía y pasión que alcanza ya las riberas del río Pilcomayo.
A la vuelta del siglo de existencia de Tarija se consolidan las rutas misionales a Chiquitos, al Chaco, los hacendados ingresan con su ganado sobrepasando el río Pilcomayo y estableciéndose en la llanura chaqueña obligando a retroceder cada vez más a la población originaria chaqueña.
Toda esta acción cuesta una cantidad incuantificable de energía, dolor y bienes materiales a la pequeña villa. Existe un consenso generalizado entre autores diversos que la entrada al Chaco por Tarija era la más segura y mejor consolidada.(3)
De las iniciales 30 leguas de extensión que se le otorgó a la villa de Tarija sobre la frontera chiriguana al momento de su fundación, se amplían las mismas debido a las Capitulaciones hechas entre el “heredero universal de Luís de Fuentes y el Virrey del Perú Marques de Montes Claros. El heredero Juan Porcel de Padilla se compromete, en los referidos documentos oficiales a “trabajar caminos hasta el Río de la Plata y el Paraguay y establecer seguro pasaje, trato y comercio con las provincias de estos nombres; y a fundar una población en las tierras que colindan con el dicho río Paraguay”. Las referidas Capitulaciones son rubricadas en Lima el 1 de noviembre de 1614 y mediante ellas Tarija extiende su jurisdicción hasta la ribera del río Paraguay" (4)
De esta manera, en todo el tiempo colonial, el Chaco es parte substancial de Tarija tanto esto es así que la mayoría de las poblaciones hoy existentes en el Chaco boliviano, no importando el departamento, fue en su inicio una misión de los Colegios Jesuitas o Franciscanos de Tarija o una hacienda de un poblador de esta villa. Un texto que confirma este concepto es el emitido por J. B. Pentland el año 1827: “Esta provincia [Tarija] ocupa la extremidad sudoriental de la República, situada entre los departamentos de Potosí, Chuquisaca y la provincia bonaerense de Salta. Sus fronteras orientales se extienden hasta los llanos que limitan con los ríos Pilcomayo y Paraguay,...(5)”
En los 15 años que duró la lucha por la independencia Tarija hizo parte de esta lucha a los indígenas del Chaco, un elemento que comprueba esto es la actuación del General Manuel Belgrano quien dispuso un pago de por vida al Cacique Cumbay de Ingre y a sus descendientes por su apoyo en la lucha libertadora, los dineros para ese pago salieron desde Tarija. Domingo Paz certifica en su libro “Tarija. Sus límites con Chuquisaca y Santa Cruz”, que el pago a los descendientes de Cumbay se extendieron hasta el año 1883.(6) Una curiosidad sobre esto es que el Cacique mencionado tuvo el apelativo de Ingre y hoy esa región curiosamente no está comprendida en el departamento de Tarija.
Al momento del ingreso a la república la administración política de los territorios del Chaco no estaba en duda, pues corría por cuenta de Tarija, como se puede apreciar en el informe del diplomático británico Pentland, citado párrafos arriba. Sin embargo, esto mutó cuando los pobladores de Chuquisaca y Santa Cruz se dieron cuenta de las enormes posibilidades de desarrollo que brindaban esas tierras y comenzaron un ingreso paulatino y permanente hasta consolidar como suyas tierras que fueron conquistadas por Tarija. La acción de Chuquisaca y Santa Cruz fue legalizada mediante la ley de 10 de noviembre de 1898, cuando el congreso boliviano establecido en Sucre divide el único Chaco hasta entonces existente, creando el “chaco chuquisaqueño” y el “chaco cruceño”.(7)
Sin embargo de todo ello deben recordarse algunos intentos que salieron desde Tarija desde 1800 hasta años previos al inicio de la guerra con la intención de consolidar el dominio sobre el territorio del Chaco, a la vez de establecer una ruta permanente al río Paraguay y consiguientemente a su capital Asunción.(8)
1805: comandada por Francisco de Paula Sanz
1826: comandada por Francisco Burdett O.
1839: comandada por Bernardo Trigo
1843: comandada por Manuel Rodríguez M.
1844: comandada por Gabino Achá; Van Nievel
1845: comandada por Crisóstomo Álvarez
1859: comandada por Francisco Carmona
1862: comandada por Miguel Estenssoro
1863: comandada por Cornelio Ríos
1867: comandada por Sebastián Cainzo
1872: comandada por Eulogio Raña; Fructuoso Araoz
1882: comandada por Jules Crevaux
1884: comandada por Daniel Campos
1904: comandada por Leocadio Trigo
De igual manera deben anotarse los intentos diplomáticos bolivianos por establecer un acuerdo pacífico con el Paraguay:(9)
1863: Misión de Aniceto Arce
1879: Misión de Antonio Quijarro
1887: Misión de Isaac Tamayo
1894: Misión de Telmo Ichazo
1907: Misión de Claudio Pinilla
1913: Misión de Ricardo Mujia
1915: Misión de Ricardo Mujia
Muy a pesar de todos estos esfuerzos la intención del Paraguay estaba decidida por el conflicto bélico.
UN MILITAR MESURADO, DISCIPLINADO Y DE INMENSO VALOR
Desde el incidente de Fortín Sorpresa (1927) con la heroica intervención del soldado tarijeño Froilán Tejerina, la tensión con el Paraguay crecía día a día, algunos actos dilataban el inicio de la conflagración, pero que iba a ocurrir la guerra era inevitable. Las fuerzas armadas bolivianas enviaron sus mejores oficiales para hacer reconocimientos y avances en el terreno, de esta manera surgieron las figuras legendarias de Ustarez, Manchego, Jordán, Busch y los tarijeños Eulogio Ruiz y Antenor Ichazo (primo de Armando)
Para inicios de 1932 todas las acciones para evitar el conflicto por parte de los dos gobiernos habían sido puestas en práctica, no quedaba más tiempo de paz. El 25 de abril de ese año, luego de un vuelo de reconocimiento el Mayor Oscar Moscoso divisa “la gran mancha de agua” (Pitiantuta para los paraguayos, Chuquisaca para los bolivianos) en medio del Chaco. Esta laguna se convirtió en el objetivo inmediato del ejército boliviano. En consecuencia un mes más tarde el mismo mayor O. Moscoso sale en procura de encontrar “la gran mancha de agua”, hecho que se produjo el día 14 de junio, sin embargo en una orilla de la dicha laguna existía un fortín paraguayo, mismo que contra la orden presidencial de evitar cualquier fricción en la zona fue tomado por asalto por las fuerzas bolivianas el 15 de junio de 1932, fecha que da inicio al grotesco espectáculo de dos pueblos que se desangrarían 3 años consecutivos.
Para ese mes de junio Armando Ichazo estaba ya en Tarija, en Villa Montes es incorporado al R.C. ó, bajo el mando del mayor Enrique Eduardo Guillén, marchan directamente al fortín ubicado en Ballivían, donde quedan estacionados a excepción de un batallón que iría directo hasta el comando establecido en Muñoz juntándose con otros batallones para el 31 de julio de 1932 tomar por asalto el fortín paraguayo de Boquerón.
El resto del R.C.6, completando tropa, marchó al puesto de Yujra culminando ahí la formación básica a los soldados que apenas llegados recibían armamento sin mayor instrucción militar que la recibida en sus unidades meses antes, pero insuficiente al momento de enfrentar la guerra en el Chaco.
El ejército paraguayo comprendió que la caída de Boquerón significaba un revés muy fuerte para su moral y para su población de ahí que se empeñaron todo el mes de agosto en procurar un cerco en torno al fortín, aprovechando la desidia y desinteligencias surgidas entre el gobierno boliviano y su comando militar.
El 9 de septiembre de 1932 comienza el ataque paraguayo al fortín de Boquerón, horrorosas son las imágenes que deja ese primer choque de fuerzas de Paraguay y de Bolivia, se cuentan por cientos los muertos paraguayos y bolivianos. La defensa y la toma de este fortín se transformaría en sinónimo de “vida o muerte” por ambos ejércitos. Por ello el comando boliviano enterado de la estoica defensa decide romper el cerco desde afuera para aprovisionar a las tropas cercadas; para tal fin dispone al R.C.6. Aquí comienza la leyenda de Armando Ichazo.
“Para el ataque del día 14 de septiembre de 1932, el R.C.6 se organizó en dos grupos de combate: el 1°, llamado Grupo de Asalto, estaba comandado por el mayor Enrique Eduardo Guillén y el 2o. Grupo de Apoyo a cargo del Mayor Julio Viera. Situados en la posición de partida los hombres del Reg. 6 de Cab., se alistan lívidos para el ataque, pues se trata nada menos que del salto de la vida hacia muerte o hacia el triunfo, era el minuto inicial “El bautizo de fuego”. Aquella noche ¿quién iba a dormir? Era la noche del último adiós a la vida, de todos y cada uno de los que debían iniciarse matando o muriendo!(10) De esta manera relata su ‘bautizo de fuego” el mismo Ichazo, una orden sin objetivo claro ni fin alcanzable los obligó a correr en medio los pajonales para sólo ser blanco de los paraguayos que escondidos tras las sombras del bosque disparaban a gusto sobre los soldados y oficiales bolivianos que ante la confusión se replegaron al puesto de Yujra con sentidas bajas, comprobando fatalmente la improvisación de los conductores de la guerra...
Luego de un reconocimiento realizado a las fuerzas que rodeaban Boquerón y al terreno se dio la segunda orden de ataque con fecha del 17 de septiembre; el objetivo era el mismo que el del primer ataque: romper el cerco e introducir víveres y munición a las tropas cercadas.
‘A las 4 de la mañana el enemigo reanudó sus ataques a nuestras posiciones esta vez en mayor número y con todas sus armas, parecía que nos querían liquidar de una vez por todas. Los morteros hacían retumbar la tierra igual que sus cañones 105. Los cadetes avanzaron por todos los sectores estaban mezclados por tropas corrientes pero se los podía distinguir por sus uniformes más claros que el verde olivo de los demás. Así se lanzaron al ataque valientemente y los recibimos con ráfagas de ametralladoras causándoles numerosas bajas. Muchos quedaron tendidos en el pajonal y los más se desbandaron. Después supimos que, una fracción boliviana al mando del coronel Montalvo que debía ingresar a Boquerón, llegó por la retaguardia al iniciarse el fuego enemigo con los cadetes y desbarató el asalto.’’ (11) Este relato pertenece a un soldado que estuvo en el cerco de Boquerón y que señala el ingreso a Boquerón de “una fracción al mando del coronel Montalvo”, el detalle de esta acción, sin embargo, dice que quienes iniciaron el ataque del batallón Montalvo al cerco paraguayo fueron dos oficiales del R.C.6 el uno el teniente Arturo Montes, comandante del 2do. Escuadrón y el subteniente Armando Ichazo, quien al mando de su Sección fue el primero en entrar en contacto con las fuerzas paraguayas y lograr la ruptura del cerco por el que ingresarían pertrechos y víveres de abastecimiento a la tropa cercada. Este hecho marcado por la indiferencia en las historias oficiales que registran la guerra del Chaco y más en esta etapa sensible de Boquerón tiene un respaldo que ayudará a que se proyecte en adelante como un hecho igual o más heroico de los registrados en ese pasaje de la guerra.
1) Doc. Con la numeración 40 del documental presentado por Armando Ichazo con la finalidad de establecer la “Calificación de Servicios Militares”. Documental presentada al Ministerio de Defensa Nacional el 10 de abril de 1949.
2) E título que le confiere el grado de Subteniente es firmado por el Presidente Daniel Salamanca y por el Ministro de Guerra José L. Lanza, fechado 14 de enero de 1932 en La Paz. Como colectivo de investigación debemos ponderar la generosidad del Dr. Luís Paz quien nos facilitó todos los originales de la hoja de vida militar de Armando Ichazo, que son citados en este trabajo.
3) Los autores jesuitas, Franciscanos, así como los laicos que escribieron sobre el particular consideran de esta forma la importancia de Tarija, en este ámbito.
4) MOLINA G. Jesús m./TARIJA. APUNTES HISTÓRICOS/Tarija/2016/P. 52, 53
5) PENTLAND .J.B./INFORME SOBRE BOLIVIA (1826)/Edit. Potosí/Potosí/1975/ P. 62
6) PAZ Domingo/TARIJA. SUS LÍMITES CON CHUQUISACA Y SANTA CRUZ/Reedición a cargo de Elías Vacaflor/ Tarija/2011/P.51
7) La ley en cuestión señala: Bolivia: Ley de 10 de noviembre de 1898
SEVERO FERNÁNDEZ ALONSO,
PRESIDENTE CONSTITUCIONAL DE LA REPÚBLICA.
Por cuanto, el Congreso Nacional ha sancionado la siguiente ley:
EL CONGRESO NACIONAL
Decreta:
Artículo 1º.- El diferendo territorial preexistente entre los Departamentos de Chuquisaca, Santa Cruz y Tarija, se resuelve de la manera que sigue: Se divide la zona litigada entre Chuquisaca y Santa Cruz, mediante una línea recta que, partiendo de la serranía de Incahuasi cruce por el punto céntrico entre Cuevo é Ivo o sea por la quebrada intermediaria del propio nombre á los 20º 27´ y 1/2 (latitud sud) y termine en la margen del río Paraguay, a los 20º 27´ y 1/2 (latitud sud), según el mapa del señor Juan B. Minchin, de 1877 y 1880.
Artículo 2º.- Corresponde al Departamento de Santa Cruz, el territorio al Norte dela línea así determinada, la cual quedará en todo caso al Sud de Puerto Pacheco, y al Departamento Chuquisaca el territorio al Sud de la línea fijada anteriormente, hasta el límite señalado con el Departamento de Tarija.
Artículo 3º.- La línea divisoria entre los Departamentos de Chuquisaca y Tarija es el paralelo 21°, á partir de su intersección con el río Pilcomayo, hasta el río Paraguay, comprendiendo todo el Chaco boreal; paralelo que se halla determinado en el preindicado mapa del señor Juan B. Minchin, sin que, en ningún caso, una nueva determinación científica que pudiese rectificar su fijación geográfica, llegue á comprometer el territorio de las Misiones de Macharetti y Tigüipa que pertenece á Chuquisaca y el de las de Tarairí y San Francisco que pertenece á Tarija.
Artículo 4°.- La Representación de cada Departamento se reserva una copia auténtica firmada por todos los suscritos del mapa de Minchin á que se refiere esta ley, la misma que se conservará en los archivos de los respectivos Concejos Departamentales.
Comuniqúese al Poder Ejecutivo para los efectos consiguientes.
Sala de sesiones,
Sucre, 9 de Noviembre de 1898.
RAFAEL PEÑA
JOSÉ MARÍA LINARES
Manuel O. Jofré (hijo.) - S. S.
Bernardo Raña Trigo, - D. S.
Trifón Meleán, - D. S.
Por tanto: la promulgo para que se tenga y cumpla como ley de la República.
En la Capital Sucre, á los 10 días del mes de Noviembre de 1898.
SEVERO F. ALONSO.
MACARIO PINILLA.
8) Para un cabal y más completo detalle de todas estas acciones ver: MERCADO M. Miguel/HISTORIA INTERNACIONAL DE BOLIVIA/2da. Edic./La Paz/1930; ABECIA B. Valentín/LAS RELACIONES INTERNACIONALES EN LA HISTORIA DE BOLIVIA/La Paz/1978; ESCOBARI C. Jorge/HISTORIA DIPLOMÁTICA DE BOLIVIA/2da. Edic./La Paz/1975/; QUEREJAZU C. Roberto/MASAMACLAY/5ta. Edic./Cbba. La Paz/1992; LANGER Erik; BASS WERNER Zulema/HISTORIA DE TARIJA (CORPUS DOCUMENTAL)/T. V/Tarija/1998; PAZ Domingo/TARIJA. SUS LÍMITES CON CHUQUISACA Y SANTA CRUZ/Reedición a cargo de Elías Vacaflor/Tarija/2011.
9) Para un cabal y más completo detalle de lo anotado ver: MERCADO M. Miguel/HISTORIA INTERNACIONAL DE BOLIVIA/2da. Edic./La Paz/1930; ABECIA B. Valentín/LAS RELACIONES INTERNACIONALES EN LA HISTORIA DE BOLIVIA./ La Paz/1978; ESCOBARI C. Jorge/HISTORIA DIPLOMÁTICA DE BOLIVIA/2da. Edic./La Paz/1975
10) ICHAZO U. Armando/ACCIONES Y HOMBRES OLVIDADOS (BOLIVIA HEROICA)/Tarija/1981/P. 61
11) SAAVEDRA P. Alberto/"BOQUERÓN": MEMORIAS DE UN SOLDADO/Edit. Juventud/La Paz/1990/P. 51