Apuntes de la hora
Deja hablar, de una vez por todas, a la callada voz del corazón
Deja hablar, de una vez por todas, a la callada voz del corazón, que te dirá lo encantada que quedó al verte y conocerte, además de la ilusión que supo despertar ante un mañana esta vez encandilado por una nueva luz, que representa tu sola compañía. A vivir la vida, y encaminarla hasta que llegue el punto final donde todo se esfumará.
= = =
El intelecto humano trabaja todos los minutos, las horas y los días; sin saber, empero, nada del ovillo, o hilo, que cada momento se va consumiendo con alegría, dolor, insatisfacción, por no percibir los sentidos nada más que no sea alargar la vida, vivir a tientas, desconociendo qué pasará mañana.
= = =
Se envejece, ciertamente; pero a tropiezos aprendemos y nos preparamos, tarde o temprano, para dar el último paso hacia el más allá. De la luz a la oscuridad total. O, a la inversa, de la oscuridad en que vivimos a la claridad de lo que una noche sobrevendrá.
Lo importante debe ser dejar prendida una lucecita que ilumine todo cuanto hicimos en el paso por la vida. Al cabo, no se habrá nacido ni vivido en vano. Descansarás en paz.
= = =
La disponibilidad de tiempo, durante la pandemia, a numerosas personas y familias permitió poder abrir las hojas de un libro. Ojalá se hubiera tornado en un hábito para no ser olvidado jamás. ¡Adelante!, a leer y vivir otras vidas, superándote mental e intelectualmente.
= = =
Las canas del Illimani no son gratuitas, por cuanto en el aluvión de los siglos aprehendió el modo del ser humano que extendió a sus pies el inquieto decurso de la existencia. Apenas copos de nieve disgregados de esa montaña en la que cabalgan dioses taciturnos, rigiendo, durante una eternidad renovada, el destino de los paceños.
= = =
A no bajar la guardia, que el golpe puede ser mortal.
= = =
La vida se escurre, bajo la pandemia, como agua entre los dedos.
= = =
Bajo la niebla se dibuja un cúmulo de sombras que acaban de partir hacia otra latitud, la del desconsuelo humano que queda desperdigado, desprendido de los entresijos de la mente insomne y del corazón que llora y busca resignación.
No los olvidaremos, hermanos, en el momento del infortunio de la despedida, por cuanto vivirán en la callada soledad que oprime el pecho e implora a Dios por el eterno descanso.
= = =
Anochece en nuestras vidas y mi soledad se oculta detrás de las palabras escritas.
= = =
Dar testimonio de una vida, o de varias, al escribir, y conocer las vivencias de otros seres, al leer, son dos facetas fascinantes.
= = =
Ciertamente en esta vida de rutinas hay ausencia de soñadores: enamorados de la luna, de la sonrisa de un niño, del ave canora que en la alborada nos sorprende con sus trinos, o del ágil picaflor disparando besos a las flores.
En el fondo, todos llevamos en la sangre alguna dosis de locura, ensueño y fantasía. Amigos, brindemos rienda suelta a estos tributos del alma inquieta y soñadora. El dorado sol iluminará nuestras vidas.
= = =
A no morir de espanto, ya volverá la ansiada vida en torno.