Un lamentable vacío en la escuela “Pastor Achá”
La Escuela Municipal de Música Regional “Pastor Achá Martínez”



La Escuela Municipal de Música Regional “Pastor Achá Martínez” nació el año 1987 como una respuesta a la pérdida de la identidad cultural del tarijeño de aquel entonces, a la transculturización provocada por la globalización de una cultura ajena dominante, y a la subestimación del ancestro cultural regional. A lo largo de sus 34 años de existencia ha venido cumpliendo sus objetivos del rescate, preservación, difusión y proyección de nuestra música regional, entendida ésta por la música tradicional campesina “chapaca”, y por el folklore urbano de la región.
En todo este tiempo se ha evidenciado que su labor tesonera ha logrado revertir la situación de la pérdida de la identidad cultural y la subestimación de nuestra música, pues en sus aulas se forman semestralmente centenares de estudiantes, tanto niños, jóvenes, adultos y mayores, que aprenden a conocer, interpretar y amar nuestra música y danza en el contexto del calendario folklórico regional.
Para ello se ha contado y se cuenta con un personal docente comprometido con los propósitos de la Escuela, dejando su huella todos aquellos que ya se fueron: el Prof. Pastor Achá Martínez, el Prof. Nilo Soruco Arancibia, el Prof. Vicente Mealla Hoyos, el Prof. Carmelo Núñez Sosa, y el Prof. Luis Aldana Quispe.
Pero la tarea del crecimiento de la Escuela no ha dependido solamente de los docentes y la dirección, sino que existe un cargo silencioso, generalmente tras las bambalinas, que sin embargo permite el éxito del funcionamiento global, y es el cargo de la Secretaria.
El pasado lunes 14 de junio ha fallecido doña Teresa Aguilera Muñoz de Vásquez, quien se desempeñó como secretaria de la Escuela “Pastor Achá” durante 30 años consecutivos, habiendo profesado su labor con una entrega total al cumplimiento de sus funciones, al punto que me atrevo a asegurar que ella ha mantenido viva la esencia de la Escuela, ya que ésta se ha visto amenazada en muchas ocasiones, tanto por personas ajenas como también desde el interior de la misma institución. Fiel defensora de los objetivos, nunca desistió de ellos, pese a que muchas veces fue cuestionada por hacerlo.
Fue una persona sincera, sin dobleces, y también dicharachera, comunicativa y amigable. Mientras tuve la oportunidad de estar en la dirección, recibí de ella un franco apoyo que permitió la consecución de las actividades del rescate y difusión de nuestra música. Pero lamentablemente no resistió el ataque del feroz covid, que va segando vidas mientras todavía se levantan voces afirmando que el covid no existe y que las vacunas son nocivas, pero ¿hay algo más nocivo que la muerte cuando ésta llega sin tocar la puerta?
Que Dios reciba en su regazo eterno a doña Teresa Aguilera de Vásquez, y dé consuelo a su familia doliente.