Setecientos Cántaros
Hoy recordamos aquel día sábado 17 de octubre de 1992, cuando salió por primera vez a las calles de Tarija CÁNTARO,



Hoy recordamos aquel día sábado 17 de octubre de 1992, cuando salió por primera vez a las calles de Tarija CÁNTARO, como suplemento cultural del periódico AHORA-EL PAÍS, sin sospechar que 28 años más tarde estaríamos escribiendo estas líneas de recuerdo.
No ha sido fácil lograr que por 700 veces consecutivas, quincenalmente, se pudiese plasmar un objetivo que nació al calor de un entusiasmo que, lejos de ser pasajero, solidificó en estas páginas que hoy tú, dilecto amigo, tienes ante tu vista. Y digo que no ha sido fácil, porque en el camino, Dios, supremo hacedor de la vida, se llevó a su presencia al padre Lorenzo Calzavarini (1939-2012), quien fuera un comprometido colaborador e integrante del “equipo” de Cántaro a partir del año 1994. Cinco meses después se nos fue don Carlos Ávila Claure (1927-2012), quien durante 20 años dedicó lo mejor de su tiempo a la preparación del contenido de cada número del suplemento.
Fue en casa de don Carlitos, que un día de 1992 convenimos un grupo de jóvenes entusiastas por el arte y la cultura (CREAR: Centro Regional de Arte), iniciar el proyecto de plasmar nuestros ideales en un periódico local. Habíamos sostenido varias reuniones previas antes de buscar a don Carlos Ávila para proponerle nuestra idea, que casualmente (léase causalmente) él mismo ya la tenía en mente: de ese modo en la primera charla quedó aceptada la realización del proyecto del suplemento, que tendría por finalidad el definir y fortalecer nuestra identidad.
Quedamos para la siguiente reunión la elección del nombre: fue la propuesta de Janeth Mendieta León la que obtuvo unanimidad de votos, y así, se decidió que el suplemento se llamaría CÁNTARO, y abriría sus puertas a todos quienes quisiesen aportar con sus escritos sobre la variada temática que incluye el concepto de cultura. Jamás sospechamos que pasarían décadas y que el bagaje cultural nunca tocaría fondo, porque la cultura está en el aire que respiramos y, aunque hoy llevemos mascarillas por el covid, éste nos hizo descubrir que la cultura, además de estar en el aire, está en los pulmones, en la mirada, en el pensamiento y en el corazón de quienes no han apagado la chispa artística que en nosotros puso el Creador.
En realidad, CÁNTARO sólo es un recipiente: el contenido lo ponen nuestros colaboradores y las transcripciones que encontramos y consideramos de interés para nuestros lectores. Así que también tú, amable lector, eres parte fundamental en la existencia de este tu suplemento.
Si hoy mantenemos la línea que diseñó don Carlos Ávila, es porque desde el año 2004 Ricardo Ávila Castellanos se incorporó al staff, ya que él era el colaborador directo de su padre en la digitalización del material, y desde el 2012, asumió el armado del contenido de cada uno de los números, con similar criterio al de su padre.
Un tiempo fue también partícipe como responsable y colaborador de CÁNTARO Roberto Ávila Castellanos, pero el 2019 fue al encuentro de sus padres (doña Teresa Castellanos de Ávila, fiel seguidora de Cántaro, había fallecido también el 2019).
Un meritorio colaborador que se sumó al suplemento desde el Nº 14 (24/04/93) con la publicación del primero de sus artículos en la fecha indicada, es el Dr. Eduardo Trigo O’Connor d’Arlach; Heberto Arduz Ruiz, quien número tras número nos envía artículos de su vasta producción intelectual, Manuel Gómez Mendoza, Nilda Castrillo de Varas, Janeth Mendieta León, María Teresa Rivera de Stahlie, Atiliano Auza León, José Paz Garzón, Carlos y Daniel Vacaflores Rivero y un largo etcétera de personalidades que actualmente le dan sentido al suplemento.
Es importantísimo destacar que las ideas y los sueños necesitan de un soporte material que les permita cristalizar y hacerse visibles: CÁNTARO existe porque desde su inicio cuenta con el total apoyo del periódico EL PAÍS, que pone la tinta y el papel (en la cuarentena el espacio virtual) y el excelente diseño gráfico de Jannett Ortega. Entonces, no es una metáfora el afirmar que CÁNTARO vive en EL PAÍS.
Haber llegado a este punto es casi una meta, pero todavía nos queda una tarea pendiente que requiere ser consolidada: el poder ver los 700 números de CÁNTARO reunidos digitalmente en un DVD, porque consideramos que el material intelectual acumulado es tan valioso, que merecería servir de fuente de consulta para conocer nuestro pasado, y, a través de él, proyectar nuestro devenir. Pero, estoy convencido que, así como nunca planifiqué ni sospeché participar en los 700 números de CÁNTARO, sólo Dios, en su infinita voluntad, sabe si este sueño llegará a ser realidad; mientras tanto, nuestro deber es continuar el voluntariado, y, número tras número, llegar a tus manos, amable lector…