Del Río: “Venir a Tarija fue como llegar al paraíso”
Oriundo de una pequeña provincia española llamada Palencia, del norte de Castilla León, pisó tierra boliviana hace 25 años, y hace casi 14 llegó a tierra chapaca. Lleva como dos años despidiéndose desde que en Roma le aceptaron su renuncia, pero debe esperar a que se nombre un sustituto...



Oriundo de una pequeña provincia española llamada Palencia, del norte de Castilla León, pisó tierra boliviana hace 25 años, y hace casi 14 llegó a tierra chapaca. Lleva como dos años despidiéndose desde que en Roma le aceptaron su renuncia, pero debe esperar a que se nombre un sustituto antes de dar sus siguientes pasos. Tampoco tiene prisas. De momento se acumulan los homenajes y reconocimientos mientras él ordena sus recuerdos. Luego de su experiencia en tierra oriental, “venir a Tarija fue como llegar al paraíso”, sostuvo el aún obispo de la región, Francisco Javier del Río Sendino.
Llegó a Bolivia en 1994, nunca había estado en Latinoamérica, su primer destino fue Santa Cruz, fue llamado por el fallecido cardenal Julio Terrazas y luego de 12 años de colaborar con él, pensaba retornar a su diócesis en España para reincorporarse al trabajo pastoral.
Destino
Sin embargo, el Creador tenía otros planes para él, el Papa Benedicto XVI lo nombró Obispo de Tarija y al llegar a esta ciudad su primera impresión fue la amabilidad del clima. “Es fantástico, me encanta, el clima fue lo primero que me sorprendió y me cautivó”, subrayó a tiempo de recordar que su tierra natal tenía un ambiente más seco.
“Estaba contento en Santa Cruz -dijo- había hecho muchas amistades, trabajaba muy a gusto con el Cardenal Terrazas en las distintas responsabilidades de la Diócesis, pero el clima era difícil duro, húmedo y caluroso, yo venía de una región de frío y de calor pero seco, me costó esa humedad y ese calor, sobre todo en los días del verano, entonces venir a Tarija fue como llegar al paraíso”.
También descubrió que su gente era sencilla en el trato, alegre, cariñosa, con un sentido festivo de la vida y “una alegría grande”, lo que le gustó mucho. De igual forma, le impactó la historia de la “Andalucía” boliviana, el río Guadalquivir, sus costumbres, el folclore, la manera de hablar y de entender la vida de sus habitantes.
Agradecido por el cariño y amabilidad con que fue recibido, detalló que la religiosidad del pueblo tarijeño facilitó su tarea como Obispo, encontró un lugar donde se sintió a gusto, humana y cristianamente, afirmó que le hizo mucho bien, de tal manera que después de más de 13 años de vivir en esta tierra tiene al chapaco y al chaqueño “muy metidos en su corazón, en su manera de vivir y de moverse”.
En su faceta más mundana, expresó su preferencia por la sopa de maní, plato desconocido en España, luego los ajíes, especialmente el picante de lengua, le encanta el chancho a la olla y mucho más a la cruz, si bien gusta también de otros sabores como el saice, pero no tanto como los que mencionó.
También quedó impresionado por las particulares tradiciones regionales como las ligadas a la Navidad, la Pascua, alrededor del Viernes Santo, los viacrucis, “de una belleza auténtica”, el conservar las coplas, las danzas y el folclore antiguo, las fiestas de Chaguaya y de San Roque, que mantienen su pureza.
“En todos los sitios hay santuarios y peregrinaciones, pero como en Tarija pocos, en el sentido del caminar, del dejarse pisar por la imagen de la Virgen, los sacramentos y no mezclarlos con otras costumbres tanto folclóricas como de fiesta, que son bonitas, pero aquí se ha querido mantener esa autenticidad de la peregrinación y de la celebración de la fiesta de Chaguaya”, detalló.
A su vez, apuntó que la tradición de San Roque es muy sana, conmovedora, atrae no solo a los tarijeños sino a gente que viene de afuera y observó que es emocionante el sentimiento que embarga a sus participantes.
La vida y recorrido de Sendino
El monseñor, Javier Del Rio Sendino, Obispo de la Diócesis de Tarija, luego de llegar a Bolivia se puso a disposición de la Arquidiócesis de Santa Cruz de la Sierra, donde fue Vicario Parroquial en un templo del barrio Plan 3.000 de esa ciudad.
Asimismo, fue Director Espiritual en el Seminario Mayor Arquidiocesano de “San Lorenzo”; realizó su misión como moderador de la comisión responsable de organizar y conducir el Segundo Sínodo de la Arquidiócesis de Santa Cruz de la Sierra; también, fue Vicario General de la Arquidiócesis de Santa Cruz de la Sierra, de 1997 a 2003.
Fue Rector de la Basílica Catedral de Santa Cruz de la Sierra, desde el año 1997 hasta marzo de 2006, realizando una importante misión como responsable de la Pastoral Sacerdotal de la Arquidiócesis de Santa Cruz de la Sierra a partir del año 2003 hasta enero de 2006.
Se consagró Obispo de Tarija, el 30 de marzo del año 2006. Tomó posesión canónica de la Diócesis, en solemne eucaristía celebrada por el Cardenal Julio Terrazas Sandoval, en la Catedral de “San Bernardo de Tarija”.
Llegó a Bolivia en 1994, nunca había estado en Latinoamérica, su primer destino fue Santa Cruz, fue llamado por el fallecido cardenal Julio Terrazas y luego de 12 años de colaborar con él, pensaba retornar a su diócesis en España para reincorporarse al trabajo pastoral.
Destino
Sin embargo, el Creador tenía otros planes para él, el Papa Benedicto XVI lo nombró Obispo de Tarija y al llegar a esta ciudad su primera impresión fue la amabilidad del clima. “Es fantástico, me encanta, el clima fue lo primero que me sorprendió y me cautivó”, subrayó a tiempo de recordar que su tierra natal tenía un ambiente más seco.
“Estaba contento en Santa Cruz -dijo- había hecho muchas amistades, trabajaba muy a gusto con el Cardenal Terrazas en las distintas responsabilidades de la Diócesis, pero el clima era difícil duro, húmedo y caluroso, yo venía de una región de frío y de calor pero seco, me costó esa humedad y ese calor, sobre todo en los días del verano, entonces venir a Tarija fue como llegar al paraíso”.
También descubrió que su gente era sencilla en el trato, alegre, cariñosa, con un sentido festivo de la vida y “una alegría grande”, lo que le gustó mucho. De igual forma, le impactó la historia de la “Andalucía” boliviana, el río Guadalquivir, sus costumbres, el folclore, la manera de hablar y de entender la vida de sus habitantes.
Agradecido por el cariño y amabilidad con que fue recibido, detalló que la religiosidad del pueblo tarijeño facilitó su tarea como Obispo, encontró un lugar donde se sintió a gusto, humana y cristianamente, afirmó que le hizo mucho bien, de tal manera que después de más de 13 años de vivir en esta tierra tiene al chapaco y al chaqueño “muy metidos en su corazón, en su manera de vivir y de moverse”.
En su faceta más mundana, expresó su preferencia por la sopa de maní, plato desconocido en España, luego los ajíes, especialmente el picante de lengua, le encanta el chancho a la olla y mucho más a la cruz, si bien gusta también de otros sabores como el saice, pero no tanto como los que mencionó.
También quedó impresionado por las particulares tradiciones regionales como las ligadas a la Navidad, la Pascua, alrededor del Viernes Santo, los viacrucis, “de una belleza auténtica”, el conservar las coplas, las danzas y el folclore antiguo, las fiestas de Chaguaya y de San Roque, que mantienen su pureza.
“En todos los sitios hay santuarios y peregrinaciones, pero como en Tarija pocos, en el sentido del caminar, del dejarse pisar por la imagen de la Virgen, los sacramentos y no mezclarlos con otras costumbres tanto folclóricas como de fiesta, que son bonitas, pero aquí se ha querido mantener esa autenticidad de la peregrinación y de la celebración de la fiesta de Chaguaya”, detalló.
A su vez, apuntó que la tradición de San Roque es muy sana, conmovedora, atrae no solo a los tarijeños sino a gente que viene de afuera y observó que es emocionante el sentimiento que embarga a sus participantes.
La vida y recorrido de Sendino
El monseñor, Javier Del Rio Sendino, Obispo de la Diócesis de Tarija, luego de llegar a Bolivia se puso a disposición de la Arquidiócesis de Santa Cruz de la Sierra, donde fue Vicario Parroquial en un templo del barrio Plan 3.000 de esa ciudad.
Asimismo, fue Director Espiritual en el Seminario Mayor Arquidiocesano de “San Lorenzo”; realizó su misión como moderador de la comisión responsable de organizar y conducir el Segundo Sínodo de la Arquidiócesis de Santa Cruz de la Sierra; también, fue Vicario General de la Arquidiócesis de Santa Cruz de la Sierra, de 1997 a 2003.
Fue Rector de la Basílica Catedral de Santa Cruz de la Sierra, desde el año 1997 hasta marzo de 2006, realizando una importante misión como responsable de la Pastoral Sacerdotal de la Arquidiócesis de Santa Cruz de la Sierra a partir del año 2003 hasta enero de 2006.
Se consagró Obispo de Tarija, el 30 de marzo del año 2006. Tomó posesión canónica de la Diócesis, en solemne eucaristía celebrada por el Cardenal Julio Terrazas Sandoval, en la Catedral de “San Bernardo de Tarija”.