Una llamada importante
Gabriela, anhelaba con todo su corazón vivir en pureza sexual y permanecer virgen hasta el día de su matrimonio. Durante sus años de noviazgo fue tentada en distintas oportunidades a olvidar esta promesa y tener intimidad sexual con su novio, pero nunca se dio por vencida y jamás cedió a la...



Gabriela, anhelaba con todo su corazón vivir en pureza sexual y permanecer virgen hasta el día de su matrimonio. Durante sus años de noviazgo fue tentada en distintas oportunidades a olvidar esta promesa y tener intimidad sexual con su novio, pero nunca se dio por vencida y jamás cedió a la tentación.
Se casó y logró cumplir su promesa delante de Dios. Una persona se acercó a ella y le preguntó: ¿Después de 5 años de noviazgo, como lo lograste? La respuesta de Gabriela fue: “Aprendí a hacer una llamada importante”. Gabriela contó como en esos momentos de estar al borde del abismo, clamaba a Dios desesperadamente para buscar fortaleza, “no importa donde estuviera, el asunto es que solo tenía unos segundos y llamaba al único que podía sacarme de allí”. Cuando tu vida de oración es activa y constante, logras ese nivel de conexión con Dios como para ser sacudida en un momento de debilidad y volver al camino.
Siempre estoy cerca de quienes me llaman con sinceridad. Salmo 145:18.
Todos saben, que orar es parte de seguir a Jesús, pero ¿Hemos entendido realmente lo que significa orar? Quizá siempre has escuchado que orar es hablar con Dios, y sí, es cierto, pero no se queda allí, orar es mucho más que eso. A través de la oración he librado las batallas más grandes de mi vida, he aprendido las lecciones más importantes, he sido fortalecida en los peores tiempos, y sobre todo he conocido a un Dios que no se parecía al que me habían presentado.
Muchas personas han aprendido a dirigirse a Dios de manera constante, pero de forma muy distante, hablan con Dios con palabras complicadas y muy extravagantes como si él fuese un simple extraño. A lo largo de mi vida con Dios, he aprendido que Dios es un Dios cercano, que él desea que lo veas como tú más íntimo amigo o papá, y no como ¡un ser supremo distante! A Dios no le interesa que tan apoteósicas sean tus palabras, le interesa un corazón humilde deseoso por conversar con él de tú a tú.
Cuando oro, no solo le expreso a Dios lo que siento, o deseo. También recibo una llenura tan indescriptible que no recibo de ninguna otra fuente.
No cuelgues la llamada…permanece en constante conversación con Dios.
Se casó y logró cumplir su promesa delante de Dios. Una persona se acercó a ella y le preguntó: ¿Después de 5 años de noviazgo, como lo lograste? La respuesta de Gabriela fue: “Aprendí a hacer una llamada importante”. Gabriela contó como en esos momentos de estar al borde del abismo, clamaba a Dios desesperadamente para buscar fortaleza, “no importa donde estuviera, el asunto es que solo tenía unos segundos y llamaba al único que podía sacarme de allí”. Cuando tu vida de oración es activa y constante, logras ese nivel de conexión con Dios como para ser sacudida en un momento de debilidad y volver al camino.
Siempre estoy cerca de quienes me llaman con sinceridad. Salmo 145:18.
Todos saben, que orar es parte de seguir a Jesús, pero ¿Hemos entendido realmente lo que significa orar? Quizá siempre has escuchado que orar es hablar con Dios, y sí, es cierto, pero no se queda allí, orar es mucho más que eso. A través de la oración he librado las batallas más grandes de mi vida, he aprendido las lecciones más importantes, he sido fortalecida en los peores tiempos, y sobre todo he conocido a un Dios que no se parecía al que me habían presentado.
Muchas personas han aprendido a dirigirse a Dios de manera constante, pero de forma muy distante, hablan con Dios con palabras complicadas y muy extravagantes como si él fuese un simple extraño. A lo largo de mi vida con Dios, he aprendido que Dios es un Dios cercano, que él desea que lo veas como tú más íntimo amigo o papá, y no como ¡un ser supremo distante! A Dios no le interesa que tan apoteósicas sean tus palabras, le interesa un corazón humilde deseoso por conversar con él de tú a tú.
Cuando oro, no solo le expreso a Dios lo que siento, o deseo. También recibo una llenura tan indescriptible que no recibo de ninguna otra fuente.
No cuelgues la llamada…permanece en constante conversación con Dios.