En Tarija, crisis de los 40 afecta más a mujeres que a hombres
Con la llegada de los 40 se reflexiona en lo que se logró concretar de todos esos planes que se tenía a los 20 años de edad: la casa, el auto, los hijos bien portados, una pareja y todo lo que se podía alcanzar pensándose a uno mismo como el exitoso propietario de una empresa fabulosa....



Más allá del ideal de vida que se tenía, muchos expresan satisfacción por lo que lograron aun cuando no haya sido todo lo que imaginaban. Empero, para muchos llegar a la mediana edad significa un gran shock sobre todo porque esos ideales no se consiguieron o porque lo que se tiene no parece tan bueno como lo que se imaginaba. Lo cierto es que en Tarija son las mujeres las que manifiestan más esta condición de crisis, ya que éstas son las que más acuden a terapia en busca de consejo para superar problemas de autoestima, abrumadas porque que ya no tienen la misma talla, porque ya no despiertan el mismo interés en la pareja, porque las canas ganan espacio o porque las líneas de expresión después de todo parecen ser arrugas. “La crisis de la mediana edad en las mujeres está asociada a la maternidad y al inicio de la menopausia”, aclara la psicóloga Alma Luz Forte.Explica que hoy existen embarazos hasta los 45 años de edad y la moratoria social se amplió para las mujeres, por tanto la adultez es un concepto que va de la mano del asumir ciertos roles. “La juvenilización es algo que influye por una sociedad marcada por las condiciones de juventud para ser aceptada, entonces la mujer necesita sentirse joven y ceñida a un patrón moldeado por el mercado del consumo”, dice.Ante este panorama El País eN realizó un sondeo de opinión a 50 mujeres que se encuentran en esta etapa de vida. 30 de las 50 aseguraron tener nostalgia de sus años de juventud y 15 de las 50 revelaron haber buscado ayuda psicológica para resolver este problema.
Ahora o nuncaPara Gabriela (Seudónimo), la etapa comenzó a los 48 años de edad. Ella es auditora, soltera y con buena posición económica. Empero, a esa edad comenzó a pensar que nada era suficiente si no tenía una pareja para compartirlo, así es que buscó desesperadamente, apegándose a un estilo de vida moderno y vanguardista que le valió más de una crítica de la sociedad tarijeña. Finalmente eligió como marido a un cochabambino diez años menor que ella. Si bien el noviazgo fue apresurado el matrimonio lo fue aún más y concluyó en un sonado divorcio del que tuvo que librarse valiéndose de muchas estrategias para no ser perjudicada legalmente ante los bienes gananciales. Finalmente salió bien librada de ello.Más tarde descubrió en un grupo de oración el camino más adecuado para conseguir sosiego, sentirse rodeada de gente que la aprecie y valorar lo que tenía, aceptando lo que no le agradaba, sin inquietarse en exceso por el paso de los años.“La crisis de los cuarenta es una etapa donde las mujeres se sienten inseguras, pierden la autoestima, les falta atención de sus parejas y esto ayuda mucho a esta pérdida de confianza”, explica la psicóloga, Margot Zubieta. Agrega que muchas mujeres en Tarija son las más afectadas cuando sobrepasan los 45 años de edad y el problema se agudiza cuando se acercan más a los 50. Ellas aseguran que con el envejecimiento pierden la atención notando que ésta se dirige a mujeres más jóvenes.La psicóloga comentó el caso de una paciente que se siente muy amenazada por la juventud de sus hermanas, celando incluso a su propia hija, que es el centro de las miradas y las adulaciones. “Para ayudar a superar esto se trabaja en el tema de la autoestima, fijando nuevas metas y objetivos para que recuperen el aprecio por ellas mismas y de esta forma se sientan más seguras, satisfechas con lo que tienen y alejen el pensamiento de que no aprovecharon su juventud, pues esto es lo que las mantiene en un estado de duelo por ellas mismas”, aclara. Sin embargo, el dolor ante el envejecimiento no es algo que perdura, ya que a más edad muchas mujeres vuelven a recuperar ese amor por la vida, disfrutan de sus relaciones, bailan sobre las mesas, en definitiva se reconcilian con ellas mismas. Estragos en los varonesPero la crisis no es ajena a los varones aunque éstos no suelen recurrir a terapia, ya que no identifican siquiera que podrían estar pasando por una fuerte etapa emocional debido a la edad. Así, muchos llegan incluso a poner en riesgo su unión de varios años de matrimonio para contagiarse de la juventud, entusiasmados en una relación con una mujer mucho menor que ellos. “Después de más de 25 años de matrimonio mi marido se enamoró de una joven de 34 años menor que él”, comenta una afligida esposa.Zubieta asegura que con frecuencia surgen estas situaciones, cuando un hombre cambia a su pareja por una más joven en una especie de “segunda adolescencia”. Esta situación los lleva a actuar sin medir consecuencias poniendo en riesgo una vida de estabilidad y trabajo que llevó años construir. “Buscar una vida lejos del compromiso, las responsabilidades de la vida madura es como volver a alcanzar la libertad que es sinónimo de juventud, pero esto es muy riesgoso porque muchas veces sólo se trata de un momento de confusión que pasará con el tiempo pero a veces puede ser ya demasiado tarde. Sobre todo cundo los daños son irreparables”, explica la psicóloga.
Vivir en el pasado“No se puede vivir en el pasado”, asegura Zubieta. “La crisis de la mediana edad es muy común en mujeres y hombres, todos en algún momento llegamos a sentirnos frustrados con nuestras vidas, nuestros logros, pero dejar que esto se convierta en algo tan trascendental puede ocasionar un conflicto. Debemos saber que recuperar la juventud o evitar el envejecimiento es imposible”, asegura.Agrega que se debe pensar en las ventajas, ya que con los hijos crecidos se dispone de más tiempo y muchos lo viven como una etapa positiva. “Entrar a la mediana edad puede ser bueno si se tiene una buena interpretación de lo que es importante en la vida”, sostiene Zubieta. “El reconocer a esa gente que nos aprecia más allá de nuestro aspecto físico es importante, porque no siempre es la edad, también está la gordura, el no responder al estereotipo de lo perfecto o no responder al nivel de éxito que nos plantea la sociedad, medida en que si tienes más cosas materiales eres mejor persona. Hay que saber equilibrar lo que verdaderamente nos hace feliz para que esta etapa de la edad o cualquier otra crisis de la vida sea llevada de forma positiva”, concluyó la psicóloga.
Diez señales de la crisis de los 40
1. Elegir destinos de vacaciones a los que se fue de niño o adolescente, sólo por el hecho de rememorar historias vividas. 2. Pensar en aspectos religiosos o trascendentes, aunque sea sólo a chispazos, porque los aspectos existenciales comienzan a no ser tan lejanos ni ajenos. 3. Sentir que aún es tiempo de aprender a tocar batería, teclados o guitarras con un claro afán rockero.4. Comparar la apariencia con la de otros de la misma edad.5. Tomar suplementos vitamínicos, chía, omega-3 y cuantas pastillas prometan un estado vital activo.6. Ser un permanente actor en las redes sociales para mostrarse siempre como un tipo moderno y digital.7. Revisar en qué andan antiguas novias en Facebook.8. Sentir ciertos cosquilleos incómodos con éxitos ajenos, de manera especial si el exitoso es más joven. Ante ello se establece el inmediato pensamiento en torno a cómo pasó el tiempo sin hacer todo lo que se supone que se esperaba hacer.9. Desear constantemente una vida más sencilla, menos ajetreo, tomar y ver las cosas con mayor calma y sin tanta prisa.10. Preocuparse de que alguien más joven pueda llegar a reemplazar las labores de uno en el trabajo.
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Para hacer frente a la crisis psicológica
Actitud positivaNo importa que todos hagan notar que ya se está más “grandecito”, es bueno saber que la edad trae experiencia, anécdotas y conocimientos. Aún hay muchos años por delante.
DisfrutarLa experiencia de haber crecido y pasado por muchas etapas hace aún más interesante lo que viene y continúa. Asociar felicidad con juventud es no entender que cada etapa de la vida se puede estar alegre y pleno.
ReflexionarSe está en la mitad de la vida. Es un buen momento para pensar en lo que ya se ha hecho y también en el futuro, porque aún queda mucho por realizar.