Tarija: La viticultura enfrenta desafíos para tecnificarse
El presidente de ANAVIT resaltó los desafíos de la viticultura en Tarija, donde la mayoría de los productores trabajan con recursos limitados y enfrentan condiciones climáticas adversas que complican su labor
El presidente de la Asociación Nacional de Viticultores de Tarija (ANAVIT), José Luis Sánchez, destacó en una entrevista con El País los desafíos y las oportunidades de la viticultura en el Valle Central de Tarija, resaltando la importancia de adaptar nuevas tecnologías a las condiciones y características específicas de los pequeños productores. La reflexión surgió tras un taller facilitado por la Gobernación sobre la implementación y manejo de drones fumigadores en la agricultura, dirigido especialmente a productores de uva, en un esfuerzo por introducir tecnología de vanguardia al sector.
Sánchez recordó que, hace 40 años, la viticultura en la región comenzó a evolucionar desde prácticas manuales y rudimentarias hacia métodos semi-industriales. Sin embargo, enfatizó que la mayoría de los viticultores —un 70% del total— trabaja aún con recursos limitados, produciendo no solo uvas para el consumo y transformación de vinos y singanis, sino también papa, cebolla y maíz, entre las hileras de viñedos para complementar su sustento.
“La mayoría de los pequeños productores no supera las tres o cuatro hectáreas de viñedos. Es fundamental que las autoridades, como la Gobernación y el Cevita, comprendan nuestras particularidades”, declaró. Sánchez subrayó que, aunque la innovación tecnológica es bienvenida, debe ajustarse a las realidades de las zonas productivas y sus características específicas.
Productores La mayoría de los viticultores —un 70% del total— trabaja aún con recursos limitados
Retos técnicos y climáticos
Sánchez describió las dificultades que enfrentan los viticultores en zonas como Calamuchita, Muturayo, La Ventolera y Colón, donde los vientos intensos y constantes pueden complicar la aplicación de nuevas tecnologías, como los drones. “El viento es un factor crítico en estas áreas, ya que afecta la estabilidad de los drones y limita su efectividad”, explicó.
Además, señaló que los insumos fitosanitarios utilizados en el tratamiento de hongos en los viñedos, como los productos a base de cobre y azufre, suelen ser procesados artesanalmente por los productores, generando residuos que podrían bloquear las máquinas más sofisticadas. Esto, dijo, es una limitación que las nuevas tecnologías deben considerar para ser viables en la región.
En las últimas décadas, para la fumigación los viticultores han adoptado herramientas, como máquinas a motor con gasolina, para mejorar la eficiencia y reducir costos, lo que representa un avance significativo frente a los métodos manuales. Sin embargo, Sánchez destacó que los pequeños productores todavía enfrentan barreras económicas para acceder a tecnologías más avanzadas.
“Si bien los drones pueden reducir costos y mejorar la eficiencia al eliminar la necesidad de mano de obra para fumigaciones, se debe cuestionar si el costo de adquisición y mantenimiento es accesible para la mayoría”, comentó. También cuestionó si las autoridades nacionales, departamentales y municipales estarán dispuestas a implementar programas que permitan a los productores acceder a estas tecnologías mediante financiamiento bancario.
El sector vitivinícola ha enfrentado años difíciles debido a factores como la competencia desleal de uvas importadas de Perú, Argentina y Chile, así como desastres naturales que han afectado la capacidad productiva y los ingresos de los productores.
A pesar de las dificultades, desde ANAVIT se observa con optimismo el potencial de las tecnologías emergentes, como los drones, que podrían convertirse en herramientas estratégicas si se ajustan a las condiciones específicas de la región y a los sistemas de cultivo locales. Se considera que estas innovaciones requieren un enfoque planificado y un compromiso activo por parte de las autoridades, para garantizar su implementación efectiva.
Capacitan sobre el uso de drones para fumigar
La Gobernación, a través del Centro Vitivinícola Tarija (Cevita), realizó una capacitación dirigida a productores de uva sobre el uso de drones agrícolas para la fumigación de cultivos. Esta tecnología busca optimizar los procesos agrícolas al reducir costos, tiempo y el consumo de agua y productos químicos, beneficiando especialmente a los productores del Valle Central.
Los drones, traídos desde Santa Cruz gracias a gestiones realizadas en la Exposur 2024, tienen la capacidad de fumigar hasta 16 hectáreas en solo una hora, reduciendo significativamente el tiempo, el consumo de agua y productos químicos, además de los costos de mano de obra. Según explicó Efraín Rivera, secretario de Desarrollo Productivo, esta tecnología promete transformar la producción agrícola al mejorar rendimientos y generar mayores ingresos para los productores.
Durante las pruebas realizadas en el Cevita, se demostró que estos drones son ideales para el control de plagas, como el oídio y el mildiu, problemas comunes en la región. "Esta tecnología permite fumigar con precisión, utilizando menos recursos y disminuyendo el impacto ambiental", destacó Rivera.
Efraín Rodríguez, gerente de Monitoreo R-2, subrayó que los modelos más avanzados, como el FP 500, pueden cubrir entre 18 y 20 hectáreas por hora, lo que los hace versátiles y aplicables a otros cultivos como papa, maíz, trigo y cebolla.
La Gobernación, en coordinación con el sector privado y universidades, planea extender estas prácticas tecnológicas a todo el Valle Central, incluyendo zonas como Muturayo, Calamuchita y Santa Ana. Además, el próximo domingo se realizará una demostración con mil productores en Casa Real, en el marco del Encuentro de la Uva, con el objetivo de fomentar el uso de estas herramientas en la región.