Los sueños del Guadalquivir: Análisis de información
El recojo y análisis de información primaria es algo que caracteriza el proceso de investigación social. Hay diferentes formas de afrontar este problema en las investigaciones cualitativas y cuantitativas, desde el positivismo y el postmodernismo
Los que me conocen saben que en una investigación yo tengo una forma fluida de afrontar el recojo y el análisis de información. Yo suelo decir que las estructuras científicas formales del positivismo (como el objetivo, la justificación, el marco teórico y metodológico y el marco lógico) son pérdidas de tiempo que te enseñan los docentes que no saben hacer investigación. Ya sé, ya sé, esa es una generalización odiosa. Pero se aplica a los docentes que trataron de enseñarme a mí.
El conocimiento es descubrimiento. Una investigación que valga la pena debe mostrarte algo nuevo, y no solo eso, sino también debe hacerte ver el mundo con nuevos ojos. Las mejores investigaciones que conozco del mundo son así. En mi opinión, las investigaciones que solo te presentan datos nuevos son solo medias investigaciones. Para mí el descubrimiento es la esencia de cualquier investigación social. Por eso cualquier burocracia que se interponga en el proceso de la construcción del conocimiento es una pérdida de tiempo.
Existe una tercera forma de investigación, que no es inductiva ni deductiva, sino abductiva. Esto quiere decir: intuitiva. Como cualquier otra forma de hacer ciencia, la investigación abductiva tiene parámetros y procesos sistemáticos altamente estandarizados para llegar a conclusiones lógicas y validas más allá del caso en particular. La única diferencia es que el origen de la indagación es intuitiva y no basado en los procesos formales tradicionales.
Esta es la forma preferida de la antropología, especialmente en su vertiente posmoderna. Metodológicamente hablando nosotros los antropólogos no utilizamos hipótesis ni variables operativas, porque trabajamos con contextos difusos. Nosotros entramos a una investigación con los ojos y las orejas abiertas para ver qué encontramos. Y solo después (o en el proceso) vamos afinando el tema de estudio, identificando temas específicos y ordenando la complejidad que nos encontramos en el campo. Eso es lo que llamo intuitivo.
El conocimiento cuantitativo (basado en números y estadísticas) es altamente impersonal y trata de abarcar poblaciones masivas que no pueden ser trabajadas de una manera personalizada. Tiene una estructura y una pretensión matemática que trata de purgar cualquier tipo de subjetividad en su análisis.
Por el contrario, el conocimiento cualitativo es altamente subjetivo. Se basa en el contacto personal y en la interacción a profundidad para captar las sutilezas del fenómeno en cuestión. Aunque muchos investigadores cuantitativos no consideren a lo cualitativo como realmente científico, la ciencia cualitativa tiene una larga historia y muchos de los desarrollos científicos del mundo se basan en este paradigma.
Si quieres saber cuánta plata tienes, la única forma de hacerlo es contarla. Pero si lo que quieres es saber sobre el motivo por el que un amigo se peleó con el otro, lo que tienes que hacer es charlar con los dos y ver qué es lo que pasó. Cada una tiene su aplicación, aunque en muchos casos pueden combinarse, y tal vez hasta es deseable.
Entonces, cuando yo me pongo a enseñarles a mis alumnos cómo hacer investigación, no lo hago de la manera tradicional. A mí me parece mucho más importante enseñarles primero que hacer investigación es fácil, y que hacer investigación es divertido. ¡Olvídense de aprender las cosas aburridas! Las técnicas avanzadas y los mecanismos de control los van a aprender mientras vayan avanzando, allí donde vean que les faltan herramientas para lograr un pensamiento y un análisis valido.
Porque hacer ciencia no es hacer política, lo mismo que no es propaganda ideológica. Eso es mucho muy importante. Hacer ciencia es mirarse al espejo y poder reconocerse por lo que realmente eres. Y si los datos que recoges contradicen la teoría que estabas desarrollando, no te queda de otra que cambiar de teoría. El conocimiento solo sirve si es verdadero; todo lo demás son relaciones públicas y discursos de clase.
El resultado al que llegues debe ser lógico y debe ser coherente con la totalidad del universo que estás analizando. No importa que solo sea una investigación “intuitiva”, solo será válida si se corresponde con la realidad. Y la forma de verificar eso es con la triangulación de datos. Es decir, si la pones a prueba en otros contextos y todavía funciona.
Se dice que toda teoría científica es perfectible. Es decir: que se puede mejorar y actualizar. Las teorías científicas validas son aquellas que todavía no se han demostrado como falsas. Pero la ciencia avanza y las teorías viejas se van reemplazando con teorías nuevas, más capaces de explicar la realidad con mayor detalle. Así, aunque una idea nos haya servido hace cien años, eso no quiere decir que todavía funcione. Y no porque no haya sido originalmente correcta, ni porque no nos haya servido, sino porque hay algo mejor y más exacto que podemos utilizar ahora. La historia de la ciencia es fascinante.