Los sueños del Guadalquivir #1
Representando la identidad chapaca
¿Cómo representamos lo que somos? ¿Qué es lo que conforma la esencia de la tarijeñidad? Hay cosas que debemos preguntarnos y respuestas que debemos arrancarlas de nuestras entrañas. La historia es conflictiva y se construye sobre nuestros sueños y nuestros cuerpos.
Damas y caballeros, déjenme presentarles la obra de arte de uno de los artistas jóvenes que más me impactaron en Tarija. Le pedí que preparara el marco de este sector que pueden ver alrededor de la página de la versión impresa del diario.
Lo conocí por medio de sus dibujos de unos chunchos mecánicos, unos armatrostes cibernéticos cubiertos por el tradicional manto del chuncho y en posturas que reflejaban a los chunchos de verdad, de carne y hueso por así decirlo. Mi amigo Erich me pasó unas capturas de pantalla, y me gustaron tanto que me fui directo a visitar su página de Instagram (@bad_drawr). Allí me encontré con un maremoto de imágenes que mezclaban lo futurista con lo tradicional: una chola punk, un chaqueño cibernetico, un ekeko digital y una tonelada de chapacos robóticos disfrutando de nuestras fiestas en posturas y situaciones de mi vida diaria. Todas tan perfectamente plasmadas que no pude evitar que mi corazón se vaya con cada una de ellas.
¿Qué fue lo que me cautivó tanto de la obra de este cuate que luego me hizo buscarlo para felicitarlo? Fueron dos cosas: primero, la mezcla perfecta de tradición y modernidad a través de sus cuerpos robóticos. Y segundo, el realismo en el que estas representaciones futuristas retrataban las escenas cotidianas de la alegría y el jolgorio de Tarija. No pude dejar de verme a mí, a mi gente y a la Tarija que tanto quiero en las líneas de su pluma. Y eso me impresionó.
Yo no me considero un fanático tarijeño. Yo odio la sarta de memes que invariablemente aparecen en los aniversarios de Tarija, el 4 de julio y el 15 de abril, porque considero que no representan la Tarija que yo tanto amo. Yo no me reconozco ni me identifico con ninguna de las patoteras con las que normalmente los tarijeños nos presentamos al mundo. Me parecen tan alejadas de esa Tarija profunda que conozco y que me estimula mental y emocionalmente. Pero con BadDrawer es diferente. Si algo le puedo criticar, es que es demasiado urbano; le falta salir más al campo. Sus chapacos son jóvenes citadinos casi sin ninguna excepción. Pero precisamente por eso se sienten tan reales. BadDrawer ha logrado captar con una maestría asombrosa una faceta de nuestra vida urbana como nadie lo hizo hasta ahora.
Eso me lleva a preguntarme sobre la forma en que nosotros como chapacos representamos nuestra identidad cultural. Creo que es bien conocida la mirada de una tradición anclada a un pasado idealizado que ya no existe… y que tal vez nunca existió. Siempre sentí que la historia oficial de Tarija tenía algo de ficticio, algo de artificial, como construida para cubrir ciertos intereses de clase, que no refleja ni nunca reflejó la realidad como es. Esto es diferente. Yo siento los dibujos de BadDrawer como brotados de la experiencia misma de crecer en la Tarija de veras, con todas sus esperanzas y sus contradicciones. Nuestra forma de ser.
Recuerdo que una vez les pregunté a un grupo de jóvenes de clase media alta por qué se disfrazaban de chapacos para el carnaval. Se pusieron avergonzados y no me respondieron. Pero era una pregunta sincera. Y creo que estos dibujos de BadDrawer reflejan el punto exacto al que quería llegar. Estamos construyendo una nueva identidad chapaca urbana, que no está mal ni es algo por lo que avergonzarse. Pero debemos reconocer la historia densa de lo chapaco como identidad rural subalterna, con las mochas, los cholos y los abusos implícitos. El chapaco alzao, ese poema musicalizado icono de nuestra tradición local no es una historia de la gloria de la elite local, sino la historia de sufrimiento del campesino chapaco a manos de esa elite en una forma específica de relaciones de poder. No podemos negar nuestras raíces, las verdaderas, las sufridas, porque eso es lo que nos da la fortaleza de construir nuestro futuro sobre bases sólidas.
Nuestra identidad no está escrita en piedra. Es dinámica y situacional. Y es por eso que escogí estos dibujos para comenzar este nuevo sector: porque es una mirada fresca que nos lleva a imaginarnos una Tarija nueva profundamente arraigada en nuestras tradiciones, en esa herencia que nos han dejado nuestros padres y los padres de nuestros padres, nuestras madres y las madres de nuestras madres.
La identidad (nuestra identidad) es algo tan complejo, pero tan fundamentalmente esencial en nuestra forma de vivir, de soñar y de proyectarnos al futuro que no vale la pena mentirnos sobre nuestros problemas y sobre nuestro pasado. Somos lo que somos gracias a todo el sudor y la sangre que vertieron nuestros antepasados, a todos los dilemas que tuvieron que resolver y a todo el esfuerzo que le colocaron para salir adelante. Somos lo que somos porque tenemos un pasado, pero también porque tenemos un futuro.