Los sueños de San Roque
¿Y ahora dónde, San Roque?
Hay cosas que hay que tomar con calma y otras que hay que tomar al vuelo. Saber diferenciar cuál es cuál es la clave del éxito. Aprovechemos la sabiduría de los viejos y la energía de los jóvenes
Es casi exactamente un año desde que la UNESCO hizo la declaratoria oficial de la Fiesta Grande de Tarija como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Este es un buen momento para hacer una evaluación a profundidad. Vamos a revisar los hechos, los actores y las proyecciones.
Desde un principio fue evidente la lucha por la conformación de un Comité de Salvaguarda de la Fiesta Grande de San Roque. No se trata de reemplazar a los actores institucionales tradicionales de la fiesta, vale decir: el Comité Interinstitucional de Festejos y la Asociación de Promesantes Chunchos. La función del Comité de Salvaguarda es hacer todas esas cosas que estas dos instancias nunca pudieron asumir, pero que los investigadores les demostramos ampliamente no solo que eran necesarias, sino posibles de realizar.
Sin embargo, el Comité de Salvaguarda se convirtió en un botín político tanto para la Alcaldía como para el Ministerio de Culturas, demostrándonos una vez mas que donde hay plata y rédito político los políticos están al acecho. Se ha demostrado con creces que los políticos son incapaces de dejar que los actores tradicionales de la fiesta resuelvan sus propios asuntos sin intervención política. Uno se pregunta si ese es un mal necesario que hay que aceptar, o si no es un llamado de atención para ponerlos en orden y hacer que den tres pasos atrás.
También se demostró que no sirve de nada tener un Comité de Salvaguarda solo en el papel, sin la articulación real de una institucionalidad viva. Al final, después de tantas idas y venidas, los únicos que hicieron algo fueron los chunchos y la iglesia a través de sus respectivos comités. Al Comité de Salvaguarda solo lo llamaron para la foto, tanto la Alcaldía como el Ministerio.
Algo que llamó la atención durante la fiesta fue el intento de introducir actores políticos dentro del Comité de Salvaguarda. Pero de lo que no se habló es de los que no metieron. En el Comité de la Alcaldía no se colocó a los tamboreros y quenilleros. En el Comité del Ministerio no se incluyó al Comité de Postulación. Y en ninguno de los dos se metió a los investigadores, aunque nuestro trabajo se mostró como fundamental tanto para el conocimiento de la fiesta como tal y también para la misma postulación ante la UNESCO.
La fiesta del 2022 fue positiva, aunque se evidenciaron nuestras debilidades institucionales. No pudimos cumplir ni mejorar todo lo que queríamos hacer ni mejorar. La fiesta de este año fue, para lo que hubiéramos querido lograr, una muestra clara de todo lo que nos falta por resolver. Pero al mismo tiempo mostró toda la energía que cada uno de los actores, tradicionales y no tradicionales, estaban dispuestos a invertir en la fiesta. Fue un gran éxito a nivel informal y un despertar a todos nuestros desafíos institucionales. Fue, creo yo, un buen primer paso para el camino que nos queda por delante.
En cuanto a nuestras perspectivas futuras, está el tema del financiamiento de la fiesta. Creo que ya ha llegado el momento de decirles a la Alcaldía y a la Gobernación que ahora si ya tienen que pagar por completo toda la plata que le deben a San Roque. Ya pasó el tiempo de las vacas flacas y es su obligación por Ley es pagar los 15.000 dólares que le deben a la fiesta año tras año. Decirles que no es su plata, sino la de San Roque, y que ya no pueden seguir haciéndose los locos por más tiempo. Lo mismo le va al Ministerio.
Tenemos que resolver la presencia femenina en la fiesta, como un tema pendiente; y lo mismo para el tema de los chunchos chapacos en el interior y exterior del departamento, y el de los bailes chunchos como fenómeno panandino más allá de nuestras fronteras nacionales. Cerrar los ojos no sirve de nada. Hay que afrontar y resolver cada uno de estos temas de manera integral.
Tarija tiene el potencial de convertirse en centro continental ritual e intelectual, pero la ventana se nos cierra cada vez más rápido. De momento Tarija es considerada como centro académico con el tema de los chunchos. Podemos ser sede de congresos científicos internacionales e incluir a las otras tradiciones rituales foráneas. Pero el resto de los países van avanzando en estos temas y ya pronto volveremos a ser irrelevantes. Incluso a nivel local: la negación a incluir a los investigadores como parte de la estructura formal de la fiesta está haciendo que busquemos nuevas costas. La fuerza que tenemos se va perdiendo poco a poco. Para algunas cosas ya es mucha agua que ha pasado bajo el puente en este primer año, y camarón que se duerme se lo lleva la corriente.