Tarijeña peregrina por medicinas para su quimioterapia

Hace más de un mes Esmeralda (37) llegó de Tarija a La Paz con la ilusión de vencer el cáncer cervicouterino que le aqueja desde agosto del año pasado. Pero nada ha sido como pensaba, desde que arribó a la sede de gobierno los dolores aumentaron en su cuerpo y aún así se vio obligada a dormir en la calle durante varios días para lograr una ficha y ser atendida en el Hospital de Clínicas.

Apenas puede caminar y no se alimenta como debería porque los pocos ahorros que tiene se le acaban. Tuvo que pedir posada en el albergue para pacientes con cáncer en la ciudad de El Alto, pero todos los días hace un viaje hasta el nosocomio miraflorino con la esperanza de que fijen la fecha para iniciar su tratamiento que consiste en sesiones de quimioterapia y radioterapia ya que la enfermedad está en etapa avanzada y necesita ser tratada cuanto antes.

Sin embargo, desde que llegó a La Paz pasó más de un mes y aún no hay fecha definida para comenzar con las sesiones. Mientras que la salud de Esmeralda se deteriora cada día, debido a la enfermedad tiene hemorragias fuertes y dolorosas. El pasado día no pudo resistir más y los médicos le realizaron una transfusión de sangre urgente porque su salud estaba en peligro.

La paciente relata que tiene un tipo de sangre raro, A +, y le es difícil conseguir donante para llevar al Banco de Sangre y poder acceder a otros suministros.

“El lunes me pusieron sangre, me viene mucha hemorragia y mi tipo de sangre es raro A positivo y no hay en el Banco de Sangre y me dicen que tengo que traer donantes. Pero yo no tengo parientes aquí”, cuenta a la ANF.

Pero su preocupación más grande son sus tres hijos que dejó en Tarija, una adolescente de 16 años, un niño de ocho años y una pequeña de siete que extrañan a su mamá. Los menores están bajo el cuidado de su abuela y hermanos. Esmeralda es padre y madre para los niños.

“Mis hijitos los he dejado por venir a salvar mi vida a La Paz”, dice con la voz entrecortada y confiesa que cuando se enteró que padecía cáncer el año pasado, pensó en morir y dejar de sufrir. Pero ver a sus retoños le hizo cambiar de idea y luchar para vencer la enfermedad y así no dejar en el desamparo a sus pequeños.

En la ciudad de Tarija era trabajadora del hogar, empleo que abandonó y decidió ir a un hospital donde los médicos le recomendaron iniciar con las sesiones de quimioterapia, hizo en tres oportunidades, pero el cáncer no cedía y los galenos le aconsejaron iniciar con radioterapias para atacar a las células cancerígenas. Para eso le aconsejaron viajar a la sede de gobierno a buscar el tratamiento ya que en esa ciudad no hay los equipos para brindar ese tipo de procedimiento.

A más de un mes de su viaje aún no tiene fecha para comenzar con las sesiones de quimioterapia y radioterapia

“He venido con toda la fe, con todas las ilusiones de irme sana”, cuenta, pero los trámites burocráticos para acceder a la quimioterapia y radioterapia hizo que perdiera las esperanzas y se debilitará su energía. Hasta ahora no realizó ningún tipo de tratamiento y la enfermedad empeora cada vez más.

Después de recorrer distintas oficinas, el jueves logró que los médicos le dieran la receta para adquirir los medicamentos para su quimioterapia. Cuando fue a la Farmacia del Hospital de Clínicas a las 12.00 los encargados le dijeron que retorne a las 15.00 para recoger las medicinas.

A la hora pactada, Esmeralda regresó al nosocomio, pero grande fue su sorpresa al ver que la Farmacia estaba cerrada. Esperó con otros pacientes y a las 20.50 se enteró que su receta fue extraviada. Al día siguiente y tras varias horas de espera e insistencia lograron dar con la orden y le entregaron los fármacos.

“No me dijeron nada, solo me entregaron las medicinas. He pasado un susto porque para volver a sacar la receta es todo un trámite y tardan mucho”, remarca, al suplicar a los médicos del nosocomio acelerar su tratamiento de radioterapia.

Para ayudar a Esmeralda puede contactarse al 61857760.